Con la (completa) certeza de que su propuesta lírica es irresistible, y de que su sonido tan personal como intransferible arrasa desde antes de subir al escenario, León Benavente no hicieron prisioneros en el Festival Strenes.
Si ya poseían un cancionero totalmente ejemplar, la suma de su nueva entrega, el ambicioso «Era”, sólo hace que echar más gasolina al fuego. Una música sin ataduras, ideal para disfrutar en cualquier momento, pero más aún en tiempos de post pandemia. El inicio fue tan compacto como ganador con “Líbrame del mal”, “Di no a la nostalgia”, una guitarrera “Persona”, “Como la piedra que flota” y el rescate de “Estado provisional”.
Pletórico groove en la discotequera “Canciones para no dormir”, sublime “Amo”, jam casi sinfónica en “Te comes mi corazón” y esencial riff en “La gran muralla”. Ejercicio poético el de “Niño futuro”, rockera “La Ribera” y otro punto de inflexión con “La canción del daño”. Tremenda Intro con ecos de Pink Floyd en “La cámara de ecos” y súper rítmica “Mítico”.
La pétrea y perfectamente engrasada sección rítmica lleva la batuta en “Disparando a los caballos” y “Gloria” antes de la irónica “Viejos rockeros viejos” y ese clásico instantáneo de la banda que es “Ser brigada”.
Como no podía ser de otra manera un grupo con tablas cerró los bises por todo lo alto : demostrando que tienen mucho sentido del humor con “Tipo D” (si, of course, es un hit!!!) y una “Ayer salí” que acabó de desatar la locura, las ganas saltar, de dejarse ir, de cantar, bailar y celebrar….
Fotos por Noemí Pujolar.
