Brian Fallon & The Howling Weather, Chris Farren y Jesse Malin: excelente triple cartel que habíamos esperado desde mayo del 2020 y que, tras dos aplazamientos, por fin pudimos disfrutar gracias a Heart Of Gold. Tres distintas maneras de ver el rock que hicieron de la velada una noche con todo tipo de ingredientes, desde la salvaje energía acústica de Jesse Malin a la matizada actuación de Brian Fallon y su banda The Howling Weather, pasando por el «yo me lo guiso yo me lo como» de Chris Farren y su divertida performance.
Jesse Malin tuvo que lidiar con un horario que era más de merienda que de rock and roll.
Mucha de la gente que había comprado entradas estaba todavía trabajando y una sala medio vacía pudo disfrutar del carisma de un artista que siempre lo da todo en el escenario y que, sin dudas, es actualmente uno de los mayores valedores de la tradición del rock americano. Como nos acababa de visitar hace un mes y tenía poco tiempo, Malin fue directo al grano. Repasó varias de sus canciones más relevantes, empezando con Hotel Columbia, de su segundo disco. Versionó a The Pogues y tuvo un sentido recuerdo al recientemente fallecido Howie Pyro en Broken Radio, su dueto con Springsteen.
A diferencia de su visita del mes pasado, no actuó con banda sino con Derek Cruz a las guitarras y teclados. Jesse demostró que no necesita nada más para meterse en el bolsillo a toda la audiencia y nos hizo recordar sus shows durante la pandemia. Siempre discutido por los antiguos fans de D Generation, que le prefieren haciendo punk, hay que reconocer que la carrera de Malin ha estado siempre infravalorada y que en su carrera en solitario ha conseguido crear un repertorio con una buena colección de clásicos del rock neoyorquino. Por ejemplo, Room 13, una canción preciosa, que sonó antes de finalizar con Meet Me At The End Of The World, animándonos a cuidarnos los unos a los otros y a bailar, dejando atrás estos dos años de oscuridad.
¿Chris Farren en el cartel? Su profunda amistad con Brian Fallon hace que suela acompañarlo en casi todas sus giras europeas.
En cuanto a Chris Farren, la verdad es que hizo un show más que decente. Es un tipo excéntrico que sabe cómo entretener a la audiencia con solo su presencia. Acostumbrado a girar solo, mantiene el interés del público utilizando sus cajas de ritmos y sus audiovisuales. Sabe cómo crear un recital muy entretenido que consiguió convencer incluso a las personas que habían ido para escuchar Americana, un estilo muy alejado de sus parámetros musicales. Repasó temas de su último disco, Death Don´t Wait, soundtrack imaginario inspirado por las películas de Tarantino, pero el repertorio se basó en sus discos anteriores. Cerró con el irresistible Human Being, su tema más conocido, dejando a -casi- todos con una sonrisa en la boca.
Los dos teloneros habían dejado el listón muy alto en cuanto a la actitud, y más teniendo en cuenta que Brian Fallon no suele ser la alegría de la huerta.
Empezó el recital a medio gas, mientras la banda iba calentando. Un monólogo alargado más de la cuenta nos hizo temer lo peor, pero se acordó de que había hora límite para el recital y, por fortuna, habló menos de lo habitual. Poco a poco el recital fue tomando altura gracias a la gran colección de canciones que atesora. The Howling Weather es una banda muy solvente y supo arroparlo en todo momento. Como siempre, Brian consiguió emocionar fundamentalmente con las canciones de su maravilloso primer disco, que siguen sonando a clásicos como la primera vez. Acompañadas de lo mejor de sus últimos discos y una visita a Horrible Crowes, consiguió un repertorio muy equilibrado.
También pidió al público alguna sugerencia para versionar y, tras amagar con All Along The Watchtower de Bob Dylan acabó tocando Marie Jane’s Last Dance de Tom Petty. Una elección demasiado obvia, pero que fue recibida con entusiasmo por la audiencia. A pesar de no haber estado nunca en nuestro país, Tom Petty es una apuesta segura.
Después de emocionarnos con Steve McQueen, muy coreada por el público, comenzó un sprint final apoteósico con Rosemary, A Wonderful Life y Smoke que cerraron el concierto por todo lo alto. Y es que Painkillers sigue siendo, con diferencia, lo mejor de su carrera en solitario.
Después de unos años un poco erráticos, esperemos que la próxima reunión con The Gaslight Anthem le dé nuevos bríos y pueda levantar el vuelo. Quizás las comparaciones con Bruce Springsteen fueron demasiado precipitadas, pero está claro que el talento del bueno de Fallon nos puede dar grandes momentos en los próximos años. Solo hace falta que se lo proponga.
Fotos y videos: Javier Naranjo
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