El poder de la armónica sonó durante años en La Taberna del Blues, garito de un pueblo de Guadalajara que llenó de belleza combativa las noches mesetarias durante más de una década.
Los más auténticos y conspicuos representantes del género desfilaron por ese hogar musical para almas errantes, hechizados por el embrujo del Delta y hermanados en la defensa del sueño bluesero.
«Allí se vivieron grandes noches. Especialmente con Edu Big Hands & Whiskey Tren, quienes venían no menos de cuatro veces por temporada. Para mi son el estandarte de La Taberna del Blues.
De hecho, esa formación hizo allí su primera actuación. Aún recuerdo cuando me llamó Phineas y me dijo, unos días antes del bolo, que Cristina Morán se iba a Chicago y no iba a poder estar, ella era la cantante de Whiskey Tren. Entonces hablamos de cómo hacer la actuación y se nos ocurrió decírselo a Edu, quien se había quedado sin banda en aquellos momentos. Así nació una de las bandas mas punteras del panorama blusero en nuestro país…»
Cómo sería la magia acumulada en aquella taberna de Viñuelas que doce años más tarde, este pasado sábado en Torrelaguna, se han reunido algunos de los mejores talentos a este lado del Mississippi para mostrar que ese delirio sigue vivo y enseña los dientes en plenitud.
Este encuentro con el latido eterno de una armónica blues soplada por Rafa Sideburns se transformó en la celebración de una victoria sobre el tiempo y el espacio.
La fiesta de La Taberna del Blues sigue viva en los corazones más puros mientras buscan el sonido exacto del alma humana.
Texto de Miguel López. Fotos y Videos por Ana Hortelano, La Taberna del Blues y Mama Nat & The Blowing Stones.