Los de Melbourne, King Gizzard and the Lizard Wizard vuelven hacer otro lanzamiento con «Omnium Gatherum» desde su debut en 2012 y nutriéndole de una extraordinaria cantidad de recursos sonoros, expuestos a filo de fuzz, rap, soul, jazz y armonías vocales a lo largo de sus 16 temas. Es el vigésimo disco en la trayectoria de los australianos se materializa en forma de un doble LP con 80 minutos reexplorando los distintos hilos melódicos tirados por Stu Mackenzie y compañía durante los últimos años.
El álbum dispara psicodelia pasando al trance de lisergia pop, apostando por sonidos mucho más sintéticos y recayendo en la sensación de dreamscape, abriendo la paleta sonora al hip-hop noventero junto al soul, jazz, metal mastodóntico y r&b de tirada psych.
El disco se sostiene por sí mismo demostrando que el rey y mago lagarto tienen aún más de una idea bajo la manga de micro tonalidades, pero el balance entre el popurrí autorreferencial y la verdadera agalla sonora deben cuidarse para no dejar la sensación de estancamiento al otro lado del auricular.