No podemos negar que tenemos especial cariño por este festival de la capital catalana. Fiel a su propósito de ofrecer artistas que copen los gustos del público residente, este año se han coronado aglutinando a la familia latinoamericana: Molotov, Miss Bolivia, Residente, Juan Luis Guerra, Rubén Blades….casi todo el abanico de ritmos latinoamericanos, gasolina para el cuerpo (y para el cerebro), con letras reivindicativas plenamente vigentes en este mundo loco que estamos padeciendo.
Da gusto que Cruilla siga manteniendo ese espíritu de festival familiar, bien organizado y cómodo, en el que tanto te puedes recrear con los hipes del momento (no diremos nombres) como con la rareza post punk de Sleaford Mods, por ejemplo, o el soul de Vintage Trouble. Para los nostálgicos de los 80 había expectación con Duran Duran, que cumplieron con creces gracias al groove de John Taylor y a pesar del estático Simon Lebon.
Magnífico Jack White también, con unas ganas notables desde el principio. Un cartel para todos los gustos que culminó con un espectacular sold out el sábado, con el tirón de Juan Luis Guerra y Rubén Blades. Un privilegio poder ver a estos jefes de la música latinoamericana, y un gustazo ver a tanto músico subido a un escenario demostrando oficio y talento.
¡Cruïlla sigue enamorando!
Fotos y texto Desi Estévez.
