Resurrection Fest 2022 comenzó su primer día oficial el pasado jueves 30 de junio de esta edición 15 + 2. Encabezaban el día Judas Priest la banda británica de heavy metal, ejemplo santo y seña, un clásico. Teníamos cuatro días por delante y no los íbamos a desaprovechar.
Resurrection Fest 2022 daba comienzo su primer día oficial, tras el largo viaje y el Warm Up caímos tiesos. Abrir ojos, ver la playa y un día espectacular, equipo recargado, desayuno en chiringuito de playa algunos ya con cerveza, la que patrocina el festival que es soberbia en todas sus referencias. Al Monte San Roque nos fuimos a 353 metros sobre el nivel del mar para reponer a base de buenas viandas y disfrutar de unas vistas en esta espectacular zona recreativa que los acampados del Resu lo tenían copado, Vaca rubia gallega, vino turbio, tarta de la abuela, crema de orujo etc… ambiente y conversación nos tuvo ensimismados.
Llegar al recinto para ver en el Chaos Stage a los viveirenses True Mountains a golpe de de punk californiano es gratificante, defienden tres álbumes y su último «Electroshoking» tema que sonó de principio, presencia de los Resukids en el escenario, trascurría el concierto y dilema de tirar a paso ligero para ver a la banda brasileña por excelencia con los que se solapaban.
El día anterior vimos llegar a los brasileños Sepultura al hotel sin un baluarte como Andreas Kisser que por causa de fuerza mayor se retiró de la gira, y al que acompañamos en el sentimiento por el fallecimiento en pleno festival de su esposa. Arrancaron fuertes los Sepultura de Paulo Jr. y Derrick Green, nuestra avanzadilla disfrutó de «Arise», «Territory», «Means to and End» para cuando llegamos el pollo estaba montado y la chavalería estaba en llamas. El guitarrista de Project46 Jean Patton fue el sustituto de Andreas y lo hizo fenomenal. Basan principalmente su setlist en «Chaos A.D» y «Roots» donde Eloy Casagrande se lució. No hubo tregua en el bolo con sol radiante. «Rattamahatta» y «Roots Bloody Roots» fueron un colofón genial a esta banda que aún conserva su pegada y tirón.
Terminando los brasileños turno de los suecos Vomitory, el metal obscuro comenzaba a sonar en su particular mausoleo del Ritual Stage con infinidad de adeptos ya apostados en el terreno de juego. Nos acercamos al Desert Stage para ver de nuevo a Adrift y comprobar el sonido de este escenario que siguió una tónica soberbia todo el festival. Los madrileños son una banda abrasiva que a partir del primer acorde te atrapan y te llevan al sludge psicodélico que ejecutan Al solajero no tuvieron compasión de un Desert completito a base de trallazos como «Pure» o «Abracadabra».
Nos acercamos al Chaos donde Misconduct lo tenían ya petado, este escenario ha perdido muchísimo con la mesa de sonido en todo el medio, en la mayoría de los bolos se llenaba y los de atrás del chiringuito no ven absolutamente nada…A golpe de punk rock acelerado y melódico los suecos se hicieron con el respetable, basaron su enérgica actuación en su álbum «Blood on Our Hands» incluso se cascaron el «Bro Hymn» de Pennywise donde todos coreamos, consignas contra la podredumbre establecida y siempre paz y amor.
El Main Stage tenia ya una asistencia enorme donde Opeth a pleno sol se diluía por momentos, los suecos atacaban sin respiro a la luz del día, a mi particularmente me hubiesen entrado mejor de noche por la complejidad de su propuesta de metal progresivo salido del mismo averno. Segunda ocasión que los vemos a pleno día, cerraron con «Socerless» y el temita «Deliverance», Mikael Akerfeldt a pesar de sus pejigueras en sus charlas es un musico extraordinario.
Hora de cenar algo caliente, apostamos por unas Galipizzas mientras escuchábamos a los franceses Benighted y su propuesta deathmetalera plagada de guturales graves y agudos ensordecedores, mientras masticábamos preparamos nuestros oídos para el plato fuerte de la noche. Por cierto lo de intentar comprar en la tienda de Merchandising del festival era imposible, permaneció desbordada todo el día.
Llegaba la hora de Judas Priest, otra leyenda que rindió honores a Resurrection Fest, 52 años en la carretera no son moco de pavo, el Main a rebosar como correspondía, cayendo la tarde. Intro de «War Pigs» de Black Sabbath que junto a ellos forman la aleación perfecta en el electrum del heavy metal. Bajó la cruz del ahorcado deslumbrando al personal, comenzó el show con «One Shot at Glory» con un sonido espectacular, Halford calibrando su voz que sorprendió al mas pintado. «Lightning Strike» es otro de sus grandes temas, no tienen uno malo, delirio ya con «You´ve Got Another Thing Comin´»
Destellos de luz cegadora desde la factoría de metal en «Freewheel Burning» y pequeño descanso para la voz de Rob Halford en «Turbo Lover» que al principio le costó reducir. Pelos como escarpias al escuchar los primeros acordes de «The Sentinel» me trasladó a aquellas primeras veces a finales de los ochenta y ya van siete con esta, salió de la ficticia persiana de la factoría el dios del metal y la bordó. A partir de ahí un arreón que ni el mismísimo diablo hubiese firmado «A Touch of Evil», «Victim of Changes» un remanso momentáneo en «Blood Red Skies». Siguió un maravilloso tándem de covers que nunca debe faltar como «The Green Manalishi» armonía de guitarras de primeras y saliendo de la persiana un inconmensurable Halford que a tono con una base rítmica en la sombra con Ian Hill y un reloj suizo como Scott Travis junto a Richie Faulkner y Andy Sneap que cumplen de sobra. «Diamonds and Rush» fue la segunda del tándem, simplemente gracias a Judas Priest pues quizás ninguno de las mas de 30000 almas congregadas no estarían sobre el césped de Viveiro.
Lo de «Painkiller» fue un subfusil en modo ráfaga, este álbum creo escuela, agachado Rob, lo bordó no daba crédito al pedazo de concierto que estábamos viviendo, otro destacado para la historia del festival que sin duda será recordado para la posteridad. Se retiraron ante un clamor general, nadie quería se acabase este estaxis auditivo y visual. Al escuchar la intro «The Hellion» el escalofrío de los bises llego en forma de «Electric Eye», «Hell Bent for Leather», de verdad el sonido fue espectacular, no se escatimo, bueno sí, no hubo ni la cuarta parte de gas en la torre principal ni en la entrada a Pandemonium, por aquello de las restricciones argelinas y rusas…que en 2019, no nos importó.
Delirio final con el himno «Breaking the Law» que coreamos bien a gusto, un enorme toro inflable con los ojos encendidos en rojo apareció en el Main Stage era el final de este soberbio concierto que recordaremos para siempre.
«Living After Midnight» puso el broche final a un concierto de cátedra de los que crean escuela. Gracias Judas Priest!! Gracias Resurrection Fest!!
Muchísima gente abandonaba el recinto tras las casi dos horas de Judas Priest que nos hicieron dormir felices y satisfechos. Dark Funeral ya comenzaban en el Ritual Stage a dar brea, unos temas para coger resuello y dejar que la marabunta fijara posiciones. Los suecos no sonaron nada mal los temas que permanecimos observando al anticristo y a Belcebú a golpe de black metal de escuela, son banda enseña del género, hasta yo comulgo con ellos, «Unchain my Soul» abría la liturgia, escuchar «Leviathan» nos satisfizo también. Esto es Resurrection Fest en puro estado de ebullición!!!
Me And That Man la banda del polaco Adam Nelgal de Behemoth que a golpe de folk gótico insuflado de country petó el Desert Stage, no esperaba tanta peña y comentó que en el Ritual estaban nada mas y nada menos que Dark Funeral. Sonido cojonudo en el Desert no nos cansaremos de decirlo, «On The Road» de sus temas mas rockeros y la peña cantando cuan romería veraniega, luego vinieron la fenomenal «Burning Churches», disfrute de concierto, tengo mas años que los Priest y este eclecticismo dentro del festival da vida a este, «Run With the Devil» también nos movió las patas, lleva una banda de tíos curtidos.
Y llegó por votación de expedición junto con Judas Priest el bolo de la jornada, Morning Again, que pena lo de la caseta de sonido del Chaos, tan cerca, aunque hicieron su trabajo de pelotas. Los de Florida nos cortaron la cara con sus guitarras su base rítmica y la voz, hardcore amoroso metálico del bueno. De allí no nos movimos, esto es Resu, creías que nada después de Judas Priest te daría un revolcón a tus neuronas…pues toma!! Queremos volver a ver a estos tíos, trallazos como «Stones», «Turning Over» o «Serpiente» nos abofetearon hasta las 2´20 de la madrugada. Y ahora que? Me Fritos and The Gimme Cheetos… los asturianos que al solajero hubiésemos preferimos democráticamente, tener que esperar hasta las 2.45 nos rompió.. A estas horas Hamlet a los que vimos por la tarde en las Signing Sessions donde una nutrida cola de fans, muchos jovencísimos querian estar unos minutos con estos tipos que son grandes. Teníamos un rato para llegar, las tertulias y recenas en Sacido también son parte de esta reunión anual de cuadrilla. Desde nuestra cocina retumbaron desde el Main hasta los bises «Antes y después», «Tu medicina» o como no «J.F.» eran cerca de las 4 de la mañana… Quedaban tres días aún y el balance ya era extraordinario.
Texto y fotos: Jabier Rioboó-Ignacio Aguado
Hamlet, Signing Sessions Sessions Resurrrection Fest 2022
Vomitory Resurrection Fest 2022
Judas Priest Resurrection Fest 2022