Uno de los mejores conciertos de los que pude disfrutar el año pasado fue sin duda el de la presentación del portentoso “Clamor”. En la intimidad que confiere un teatro, con las voces de apoyo de las no menos prodigiosas Tarta Relena (unas Marta Torrella i l’Helena Ros que me atraparon desde entonces), la intensidad de la propuesta me cogió totalmente descolocado y en shock. Expectación y (prejuiciosas) dudas al enfrentarme al dúo casi un año y medio después, en el marco de un festival en el que la mayoría del público no compró expresamente las entradas para verlos.
Y en mi opinión tomaron la mejor decisión: aclimatarse al espacio, rebajar la intensidad (que no la calidad) en pos de una propuesta más festiva e intentar agradar a sus seguidores captando al mismo tiempo nuevos adeptos. Una puesta escena más austera, sin voces de apoyo, “solo” (entrecomillado, porque son tres bestias) Arnal al micro (una de las mejores frontwoman de este país) y Bagés y David Soler (productor de los dos discos) en las guitarras, sintetizadores y música electrónica.
Excelsa María Arnal, que invocando a la luna llena presente cantó como nunca, volvió a emocionar con ese exorcismo que es “La Gent”, que no paró de danzar e interactuó con el público buscando sustituir la íntima familiaridad de un pequeño recinto por la sinergia que a veces otorga la multitud.
En uno de los últimos conciertos de la gira de «Clamor” sonaron clásicos instantáneos como “Fiera De Mí”, “Ventura”, “Milagro” o “Jaque”, y antes de los bises “Tú Que Vienes A Rondarme”. Acabaron el recital con una conmovedora “45 Cerebros Y 1 Corazón”, “A La Vida” (petición del público que no tenían prevista) y una ración de música electrónica para bailar con la que la verdad no conecté demasiado.
En palabras textuales de Arnal “este otoño será una bomba de proyectos nuevos”: mucha curiosidad por enfrentarme al tercer larga durada del grupo y por no perderme nada (absolutamente nada) de lo que participe una de las mujeres con más visión y talento del actual panorama musical, una esponja camaleónica de largo recorrido…
Fotos Noemí Pujolar.