Hemos estado con Wilco en la primera de sus dos noches en el Botánico de Madrid el pasado 27 de junio.
Los de Chicago nunca fallan. Una apisonadora engranada a base de sonidos maravillosos, conjuntos de armonías y distorsiones encadenadas bajo la batuta de un Jeff Tweedy que madura en barrica de roble americano. Si no existieran habría que inventarlos. Imprescindibles. Seguro uno de los bolos del año.
Wilco venían a presentar su reciente disco y doble «Cruel Country». Wilco no habia sido considerada una banda de «country» desde su debut en 1995, e incluso entonces, fue un poco exagerado. A pesar de las raíces de Jeff Tweedy y compañía en la escena del country alternativo de finales de los 80 y principios de los 90 en AM , los antiguos miembros de Uncle Tupelo parecían más endeudados con los Replacements y Exile on Main Street de los Stones que con los Stones.
Negarse a ser encasillado por su pasado y presente finalmente benefició a Wilco. Durante los siguientes cinco álbumes, la banda experimentaría con todo, desde música concreta y krautrock, hasta pop psicodélico soleado, consolidándose como una de las mejores bandas de Estados Unidos.
Trabajo magistral de una banda que hace los ruidos más hermosos que se pueda imaginar. La principal atracción son las guitarras, incluidas variedades populares como el dobro, lap steel y guitarra barítono, que se entrelazan con gracia rítmica en el que el oyente tiene que adivinar por qué estas canciones, de una forma u otra, abordan un sentimiento de desesperanza. Lo que significa que, como suele ser el caso con Wilco y con la música country, la sociedad y el alma se fusionan en todo el álbum.
Tweedy está tratando de contar con tener un lugar en un lugar, una especie y una existencia que está condenada de una forma u otra. Mira a las estrellas en sus canciones y se da cuenta de que el aquí y el ahora es el único lugar en el que hay que estar. Este pensamiento cósmico es música country en su forma más amable, situando nuestras vidas de una manera que las hace sentir pequeñas y, por lo tanto, preciosas.
