Will Johnson. Un corazón persiguiendo sombras

Por obra y gracia de Houston Party Music, Will Johnson, el que fuera capo de Centro-matic y South San Gabriel, está de gira por España, diecisiete años después de su primera gira en solitario por España. El estadounidense está de gira por España presentando sus últimos discos, «Wire Mountain», que salió en septiembre de 2019, y «El Capitán», publicado en agosto de 2020.

Ayer tuvimos la suerte de compartir con Will la primera noche de su gira en la Sala Siroco de Madrid. El formato es lo más íntimo que podáis imaginar. Will, una silla, un micro, una guitarra, un pedal afinador conectado a las pantallas de altavoces, una botella de cerveza y un pequeño papel, no más ancho de una octavilla, con un setlist manuscrito y enborronado con algún que otro tachón. Nada más y nada menos para vivir en crudo un trozo fundamental de la historia de la música americana reciente. Will va de menos a más. Un tipo tímido que antes del concierto vaga por la sala ante la indiferencia de un público que no le ha reconocido. Escondido tras su gorra y su barba, bien podría llenarte el tanque gobernando una estación de surtidores en cualquier punto de la Ruta66 y no le reconocerías. Comienza el show y Will extrae melodías su guitarra Martin con mucha timidez, casi sin mirar al público, con los ojos cerrados e intimidado por los fotógrafos que hacían sonar el obturador de sus cámaras una y otra vez, dificultando en alguna ocasión la escucha de los temas más pausados, rompiendo la intimidad de Will. Según fue avanzando el repertorio y la noche, Will fue levantando la cabeza y abriendo los ojos para ver a un público que le alentaba y abrazaba la preciosidad y la intensidad de los temas que Johnson iba ofreciendo.

Al hablar de Will Johnson estamos hablando de uno de los artistas de cabecera en redacción. Marcados nos dejaron con aquel «Molina and Johnson», donde Will y el tristemente desaparecido Jason Molina (sombreros fuera, por favor) nos regalaron un puñado de maravillas en forma de canciones. Por no hablar de aquella loncha de versiones de Woody Guthrie en la que Will Johnson acompañaba a, nada menos, que Jay Ferrer, miembro fundador de Uncle Tupelo y Son Volt. Los otros dos figuras que componían los 4 Fantásticos de la producción eran el músico de estudio Anders Parker y el bueno de Jim James (My Morning Jacket) bajo el ocurrente pseudónimo de Yim Yames.

Las canciones propias se suceden entre versiones de sus bandas Centro-matic y South San Gabriel. Gloriosa es la versión de «Flashes & Cables» con la que termina el set antes del bis y ese «Pa-pa-ra-ra-ra» infinito. Uno de los momentos clave de la noche fue cuando Will atacó un tema de su disco con Molina, ese «Almost Let You In». Will echa de menos a su amigo, la cicatriz no ha cerrado y se nota que el dolor en Johnson es todavía intenso por la perdida de un amigo, de un referente, de uno de los compositores claves para que bandas como Wilco o Son Volt sean lo que son y han sido. Para que la música conocida como Americana esté tan extendida y comprendida mucho más allá de sus fronteras. Ese fue para mí el momento más emotivo del concierto porque a la cabeza me venían miles de recuerdos de las composiciones de Jason Molina y de lo que en mi cabeza supone una relación clave. En mi opinión la mitad de la noche Will se la pasa persiguiendo una sombra de alguien que ya no está, un fantasma del pasado al que Johnson no quiere renunciar. En cierto modo Molina vive en Johnson y desde fuera nosotros lo vemos, pero Will no tiene esa percepción y busca y busca, pero no encuentra. Hay un sentido de pérdida embebido en su actuación. Ese sentimiento no hace más que engrosar e imprimir algo a cada una de las interpretaciones, crudas a más no poder, que las hace más especiales si cabe.

Will Johnson no es un virtuoso a la guitarra. En este caso es un mero acompañamiento a base de acordes y un limitado finger picking que se sustenta sobre los tonos graves de su sexta cuerda. La magia reside en el modo de encajar una voz con la que ha aprendido a jugar a su conveniencia. Todo esto lo acompaña con acertados golpes de su bota contra el suelo donde el ritmo lo precisa. Es una performance a corazón abierto. El tormento de un alma americana que emana sentimientos desde las profundidades de Dios sabe dónde.

Con todo esto, poco más hay que explicar para entender que estamos hablando de una gira imprescindible. Las composiciones de Will Johnson navegan entre la tranquilidad y la calma. Música sosegada que nos habla de almas, de lugares recónditos para nuestro reencuentro y meditación. Un músico complejo que no deja indiferente al oyente que esté dispuesto a asumir el viaje y los resultados del mismo. Qué menos se podía esperar de alguien hermanado con el de «Songs: Ohia» y miembro fundador, tras abandonar ese nombre, del maravilloso quinteto Magnolia Electric Co..

Toda una delicia de gira a la que desde hoy le quedan 7 pequeñas salas en otras tantas ciudades españolas. Esta noche Will recala en Valencia:

• Barcelona – Heliogàbal. 11 de Noviembre

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