Acompañados de las bandas Tigercup y Green Lung, Clutch demostraron en la sala Apolo que el stoner está mas vivo que nunca.
Lunes. Otoño. El frío se convierte en la tentación ideal para quedarse bajo la manta viendo cualquier cosa en el sofá de casa. Pero por suerte, Clutch es capaz de conseguir que la Sala Apolo se convierta en un hervidero cada vez que sus giras pasan por Barcelona. La banda de stoner es una de esas rara avis que hacen de cada uno de sus conciertos casi una experiencia única. Y es que resulta muy complicado encontrar dos repertorios exactamente iguales dentro de una misma gira.
Las puertas de la sala Apolo se abrieron casi con el último sorbo al café de la merienda. Eran tres los grupos que tendrían cabida aquella tarde y había que empezar pronto la descarga musical. Los encargados de romper el hielo y comenzar a tocar cuando apenas éramos una veintena de personas en la sala fueron los ingleses Tigercub.
El trío, en activo desde 2013, dió muestras de la calidad que tienen en los treinta minutos justos que tuvieron. Directos y contundentes, temas como “Favourite Song”, “Sleepwalker” o “The Perfume of Decay” dejan la huella suficiente para ver que estos chicos merecen crecer y disfrutar de algo más. Con el espíritu de Queens Of The Stone Age flotando en sus composiciones, una canción como “Beauty”, con la que cerraron su set, debería de traspasar alguna frontera más.
La velada no podía empezar mejor. El primero de los grupos ya había dejado un poso de satisfacción en los oídos de los que iban llenando la sala. Y continuó esa tendencia con los siguientes protagonistas. Con la sala ya a media capacidad, se notaba que había cierta curiosidad por ver a Green Lung. Su propuesta, mística pero desenfadada, nos muestra a cuatro músicos a los que la uniformidad le resbala. Cuatro estéticas diferentes para un objetivo común: volarnos la cabeza.
Son una versión renovada de los Black Sabbath de los 70, oscuros y cercanos a las artes del ocultismo. “Leaders of the Blind”, “Old Gods” y la final “Let The Devil In” nos fueron llevando entre riff y riff por su senda hasta hacernos alzar los brazos para llamar a Lucifer y que se tomara una cerveza con nosotros. En apenas cinco años la banda ha conseguido llamar la atención y su próximo contrato con Nuclear Blast les augura un gran futuro. Cuarenta minutos de repertorio que supieron a poco, pero claro, el plato principal estaba a punto de servirse.
Con un recomendable disco bajo el brazo como es “Sunrise On Slaughter Beach” estaba claro que habrían muchos temas del mismo en el set. El resto, como siempre, sería una sorpresa. No pasaba un minuto de las nueve cuando aparecieron los cuatro miembros de Clutch sobre el escenario. Neil Fallon y los suyos dejaron claro desde un buen principio que no iban a reservar ni un ápice de contundencia en su concierto. “Mice And Gods”, “El Jefe Speaks” y “Earth Rocker” fueron las encargadas de abrir la lata y demostrar de inicio que la apisonadora estaba perfectamente engrasada.
La hiperactividad de Neil Fallon sobre las tablas compensa el punto estático del resto de la banda. Aunque si eso sirve para que los temas suenen redondos y contundentes, bienvenida sea esa actitud. Ni el guitarrista Tim Sult ni el bajista Dan Maines se movieron de su parcela, claro que igual es para no chocar con el inquieto Fallon. Con la mecha prendida del trío inicial, tocó el turno de presentar los nuevos temas. “Red Alert”, “Nosferatu Madre” y “Slaughter Beach” encajaron como un guante con los temas más antiguos. Cualquiera de ellos formará parte de la lotería de canciones al componer los sets de futuras giras.
Los «Monday Night rockandrollers», como fuimos bautizados aquella noche, estábamos encantados con la descarga de la banda. Esa fue quizás una de las pocas veces que se dirigió al público. Los temas iban cayendo sin descanso y empezaron a mezclar nuevos con clásicos. Su particular homenaje al cantante tejano con el tema “Willie Nelson” precedió a “Skeletons On Mars” donde pudimos ver un solo de theremin por parte de Fallon. Una fiesta que poco a poco nos llevó hasta una brutalidad sonora como es “The Face” para terminar antes de los bises.
A estas alturas, poco le importaba a la gente que podría entrar en el tramo final. Y eso es porque Clutch sabe bien que los últimos minutos de un concierto son los que hacen que salgas de allí a tope o decepcionado. Dudo que alguien saliera descontento con una dupla como “Rats” y “The Mob Goes Wild” tocadas a todo trapo. Pero si además de eso, la banda decide modificar su repertorio para darle el gusto al público, a ver quien es capaz de parar el pogo final que se formó. Como cierre tenían prevista una versión de Black Sabbath “habitual” en su repertorio como es “Lord Of This World”, pero durante todo el concierto se fue escuchando desde el público un «vamonos, vamonos» muy característico. Y Fallon tomó nota y decidió terminar el concierto con un temazo como es “Electric Worry”.
Una manera perfecta para terminar las dos horas de otro gran concierto de Clutch. Lo cierto es que se conocen pocas bandas que sean tan regulares en cuanto a calidad e intensidad en sus directos. Asi que dificil seria que los «Monday Night Rockanrollers» no volvamos a encontrarnos la próxima vez con Fallon y compañía en su próxima gira.
PD: A falta de fotos del concierto, un video de cada banda. Que podríamos colgar las fotos que hice con el movil desde primera fila? Si, pero lo suyo habría sido que esa noche hubiera estado Desi Estévez en el foso para regalarnos sus imagenes. Asi que… con esto nos quedamos.