Graham Bonnet, el arcoiris que bajó a la tierra

El cantante britanico Graham Bonnet demostró con 75 años que su voz y espíritu rockero son capaces de ofrecer una gran velada recordando a Rainbow

La carrera de Graham Bonnet resulta curiosa. Saltando de proyecto en proyecto, nunca ha sido reconocido como una de esas grandes voces del rock. Siempre ha estado un escalón por debajo de nombres como Dio, Coverdale, Rodgers… Pero lo cierto es que desde que se inició en la música en 1967 con The Marbles, Bonnet no ha dejado de subirse a un escenario para defender los temas en los que se ha involucrado. 

No tuvo que ser fácil para Graham Bonnet calzarse las botas de todo un Ronnie James Dio cuando Blackmore decidió darle un giro a Rainbow. Dejaban de lado el misticismo y la épica para entrar en terrenos ligeramente más modernos y comerciales. Su imagen, mucho más acorde con esos cambios, seguro que tuvo que provocar más de un disgusto entre los seguidores clásicos de la banda. Era también otro timbre de voz, pero Blackmore apostó por Bonnet para grabar “Down To Earth”, el cuarto disco de Rainbow.

Cuarenta y tres años después, Graham Bonnet se sube al escenario de la Sala Wolf para rendir homenaje a su corto paso por la banda y dejarnos algunas perlas que ha ido grabando. Con una sala bastante llena y la baja de última hora del telonero, llegaba el momento de ver en qué estado encontraríamos al cantante. Sus Ray-Ban clásicas y el corbatín no faltaron a su look característico. Acompañado de Beth-Ami, bajista y actual pareja, subió al escenario para atacar “Eyes Of The World”. Aunque por fuera el paso del tiempo es evidente, la actitud y la voz no parecen tan castigadas. Los registros del hard rock son bastante más exigentes y Bonnet cumplió con creces. 

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“All Night Long” hizo las delicias del respetable y convirtió aquello en una fiesta. El repaso al disco continuó con “Love ‘s No Friend” y un temazo como “Makin’ Love”. Un clásico como “Since You’ve Been Gone” no podía faltar esa noche. Bonnet la presentó diciendo que Rainbow necesitaba un hit y Russ Ballard nos lo dió. Y doy fe de que lo consiguieron, sólo había que ver como toda la sala coreaba la canción. Tras el bloque dedicado a “Down To Earth”, Bonnet se tomó un respiro y dejó a la banda sobre el escenario para los lucimientos personales. No soy muy partidario de estos momentos, pero viendo las dificultades que Bonnet tenía para subir y bajar al escenario, entiendo que en su caso son necesarios. Sobre la base de la purpeliana “Lazy”, la guitarra de Conrad Pessinato y los teclados se enzarzaron en un duelo. 

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Con un solo de batería dió por finalizado el descanso de Bonnet, que presentó “Imposter”, un tema de su reciente “Day Out In Nowhere”. Lo cierto es que no sonó nada mal, contundente y con un estribillo coreable, Bonnet dejó claro que no piensa vivir de rentas. La presentó como un tema del primer disco de la Graham Bonnet Band, pero Beth-Ami cariñosamente le corrigió el dato. Nuestro protagonista esbozó una sonrisa y dijo tengo 75 años, algún fallo tendría que tener. Un nuevo recuerdo a Ballard, al que consideró el mejor compositor del mundo, vino de la mano de “S.O.S” antes de pasar de puntillas por su trabajo con Schenker. “Desert song” no sería el único tema que sonaría del guitarrista teutón. Tras el que posiblemente sea el mejor tema en solitario de su carrera, “Night Moves”, otro buen tema en solitario como “Into The Night”.

Un nuevo solo de batería le sirvió a Bonnet para darse otro respiro y a Beth-Ami a presentar a la banda. Un descanso necesario para poder afrontar con garantías “Assault Attack”. Un buen par de pinceladas de la Michael Schenker Group, pero ningún recuerdo a Alcatrazz y eso que estaba “Jet to Jet” prevista en el set. Y con ellas, la retirada a camerinos. En otro caso uno puede suponer que aún habría algo más, pero en esta ocasión todo era una incógnita. 

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Por suerte aún tuvo fuerzas para rescatar un último tema de Rainbow para satisfacción de todos. “Lost In Hollywood” fue un brillante broche final para un concierto en el que quedaron un par de temas del disco sin tocar, aunque se supone que lo tocarían íntegro. Dar de lado su paso por Alcatrazz o Impellitteri le restó un poco al concierto. Pero teniendo en cuenta que estaba a un par de días de cumplir 75 años, y la exigencia de los temas, Graham Bonnet salió victorioso y dando un más que aceptable concierto. La parte negativa viene de la mano del tiempo y su inexorable paso. Si bien sobre el escenario se ve una gran vitalidad, ver sus movimientos para subir y bajar del escenario pone a todos en su sitio. Ojalá esta no sea la última gira, pero sí lo es, habrá sido una digna despedida.

Fotos: Desi Estévez

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