“En el río de la vida / No hago más que navegar / En el río de la vida / A la deriva, sin más / Sin saber dónde ni cómo / Llegaré hasta el final”. Estos versos iniciales de No Return River (Manrique´s Blues) sintetizan la contradicción que mueve a muchos amantes del género. Lo contó anoche (7 de diciembre) sobre el escenario Sugar Mercy, la front woman de BlackCat Haulers, durante la presentación de su nuevo disco: “Fue una de las primeras composiciones con las que nos sentimos orgullosos”, motivo que llevó a utilizar ese título para los honores de nombrar todo el álbum.
Y la contradicción es precisamente esa, porque la confesión de errar sin rumbo fijo, ese deambular tan kerouacquiano, fue uno de los impulsos que llevó a esta banda bluesera de Madrid a lanzar su espléndido No Return River, con ecos literarios de Jorge Manrique, al igual que recoge también huellas galdosianas en El Blues de Mauricia La Dura, primer corte del elepé y uno de los puntos culminantes de bolo que ofrecieron en El Intruso ante un público entusiasmado por el derroche de energía.
La sección rítmica de BlackCat Haulers casi abarca a los siete componentes, entregados al latido común que marcan Laura García (batería) y Felo Aracil (bajo) mediante una generosa dosis de guitarras (Manu Tapia, Pablo Navajo y el joven virtuoso Ulises “Sumlin” Delgado). La armónica canallesca de Luismi Menéndez y la voz apasionadamente golfa de Sugar Mercy conforman el resto de esta apuesta musical que respeta los cánones clásicos del género. Sonaron los doce cortes del disco y luego se entregaron a interpretaciones festivas que despertaron el baile entre la concurrencia.
Los siete músicos optaron ideológicamente por el nombre BlackCat Haulers (algo así como “gatos negros y liantes”) y han recorrido bastante carretera hasta culminar este disco de debut. Buena parte de las composiciones llevan la huella de Sugar Mercy, pero también firman piezas Ulises Delgado (El Blues del Hombre del Saco), Manuel Tapia (Welcome to the Blues) o Felo Aracil (Camino en un Blues), además de versionear a clásicos como Willie Dixon (Evil) o Slim Harpo (I´m a Queen Bee).
Sí, es muy probable que estos apasionados del blues no sepan hacia donde se dirigen ni el destino final de esas vías que aparecen en el magnífico diseño del CD, dibujadas y también cantadas en How Long Blues. Pero da igual. Quien ame hasta el tuétano estos sonidos del blues más sincero acompañará a BlackCat Haulers en ese errático devenir que permite arrostrar los golpes de la vida. Han cruzado el Rubicón y no hay vuelta atrás. Ni falta que hace.
Fotos Miguel López.
