Tras una colorida portada de aspecto infantil, se escondía la aparentemente desconocida Dianne Davidson, toda una fuerza de la naturaleza, una especie de Mama Cash poseída por el espíritu del rock, folk, blues o country más primigenio.
La historia de esta voluminosa mujer es bien curiosa. Dianne era una joven compositora proveniente del oeste de Tennessee que decide probar suerte y trasladarse a la capital, Nashville, para iniciar una carrera musical. La cosa a priori pintaba muy bien. La chica tiene talento, canciones y una voz de órdago que parece fermentada en barrica de roble y que no es propia de su edad.
Y así van cayendo los álbumes en el sello Janus Records que confirman los buenos augurios iniciales: ‘Baby’ (1971), ‘Mountain mama’ (1972) y ‘Backwoods woman’ (1972) y giras junto a artistas tan variopintos como Linda Ronstadt o los Moody Blues.
Pero surge un obstáculo que hoy en día puede sonar ridículo pero en la década de los setenta parecía insalvable. Dianne es lesbiana en una ciudad ultraconservadora (y no sólo en lo musical) como Nashville y no lo oculta.
No pretende (ni puede, claro) llevar una doble vida al estilo de estrellones como Freddie Mercury o Elton John, y poco a poco empiezan a cerrársele las puertas de la industria musical, de tal modo que se encuentra sin poder dar salida a su cuarto trabajo (‘1974’ permanecería inédito hasta 2020).
Volviendo al álbum que nos ocupa, el exuberante ‘Mountain mama’, lo primero que quizás se echa de menos es que la vocalista aporte más composiciones propias, porque las dos contenidas en él son excelentes. La titular, que abre dicho trabajo, es un rock que cabalga furioso sobre su portentosa voz y que te deja exhausto pero con ganas de más. Y la que lo finiquita, ‘Ain’t gonna be treated this way’ un blues palpitante compuesto e interpretado a medias junto a Mac Gayden. El resto del material, en un tono más pausado, llevado a su terreno con clase, se nutre de temas del primer álbum de Jackson Browne (‘Song for Adam’, ‘Something fine’), el ‘Blue’ de Joni Mitchell (preciosa su interpretación de ‘Carey’), el olvidado Jesse Winchester (‘Brand new Tennessee waltz’) o del mítico bajista Tim Drummond (‘I want to lay down beside you’) que también aporta su sabiduría a la grabación.
Como nota positiva, Dianne alejada del mundillo musical y resueltos ciertos problemas personales, ha regresado en los últimos años con material nuevo, ‘Perigon: Full circle’ (2020). Es de justicia pues, reivindicar a una mujer cuya carrera se vio truncada por algo tan injusto como como no querer ocultar su condición sexual….
NO MUSIC. NO LIFE. PLAY IT LOUD, MUTHA! FUCK YOUR SPEAKERS. MAKE ART NOT FRIENDS. MUSIC IS MEDICINE
Discos olvidados en nuestra sección Discos olvidados.
Texto por David Rodríguez Araujo.