Moses Rubin: talento en los pliegues de cada canción

Dreams and Certainties

Que Moses Rubin es uno de los mejores guitarristas de este país es una obviedad en la que es absurdo detenerse. Ya se ha dicho bastante y bastantes veces. Ahí están sus obras precedentes y sus directos para demostrarlo.

The fact that Moses Rubin is one of the best guitarists in Spain is undeniable: there’s no question about it. This self-evident truth has been repeated over and over again for some time now, and his back catalogue (including live albums) speaks for itself.

Pero ahora debería ponerse el foco en otra de sus habilidades más agudas: las armonías. Escribiré un ditirambo, pero diré la verdad y así atajamos: varias me han recordado a Abbey Road. Mucho Beatle ahí, pero también mucho de todo agitado con la morosa sabiduría de luthier que atesora este músico sin par.

But the time has come to shed some light on another brilliant talent of his: the harmonies. I could profess my praise in dithyrambic prose, but instead, I’ll cut directly to the chase: much of Rubin’s work reminds me of Abbey Road. There’s something very Beatle-like amassed in this unrivaled musician’s labor of love, but there’s also a potpourri of overdue, luthier-borne wisdom.

Dreams and Certainties (2022) absorbe todo tipo de corrientes, se aventura en laberintos sonoros con salidas insospechadas para el tímpano, porque sus composiciones son sumamente personales, como esa portada que refleja lo lejana que es su enfermedad musical. Algo parecido ha pasado con el último de Nacho Para, que también mostraba en foto de portada otro recuerdo adolescente. ¿Cosas de la pandemia? Muchos estrenos de hoy traen ecos introspectivos de esos meses de encierro y embozamiento mental. Algunos buscaron la salida natural, la que da sentido a sus vidas.

Dreams and Certainties (2022) synthesizes all kinds of currents, venturing into sonic labyrinths with unexpected twists and turns for the ear. The fact that his compositions are incredibly personal is made patently clear in the album cover that reveals just how ingrained his long-standing musical affliction is, similarly to Nacho Para’s recent No Parking Tickets In The Clouds, which also displays a photo of an adolescent flashback. Maybe this is just another side effect of the pandemic… countless releases these days are accompanied by introspective echoes of those bygone months of captivity and mental muzzling. But some sought a more natural outlet; one that gives meaning to their lives.

Para Moses Rubin ese viaje hacia el aire se llama Dreams and Certainties, que en cierto ocasión tradujimos como drogas y cervezas o algo así. Esta erupción musical, en plan champagne y con la presión perfecta, ese exquisito cuidado al detalle que pone en todo Moses, esa variedad tremenda de registros que aflora en los pliegues de cada canción se disfrutan en cada corte de esta belleza reconocida como una de las obras notables del 2022. No se puede cerrar este texto sin aplaudir a la sensacional banda que se compenetra hasta el tuétano con el espíritu de cada canción.

Háganse un favor: escúchenlo.

For Moses Rubin, that trip into the great wide open is called Dreams and Certainties, which not too long ago, we thought meant something along the lines of drugs and beer. The spewing, musical discharge (think champagne, with the perfect amount of pressure), the exquisite attention to detail that Moses puts into everything, the tremendous variety of registers, steeped in the veneered layers of each track of this masterpiece… has been hailed as one of 2022’s greatest compositions. And it’s impossible to finish off this text without applauding the thick-as-thieves musicians that masterfully back him up, so in tune with each other and the spirit of each song.

Do yourself a favor: listen to this album.

Translation: Jessica Jacobsen

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