Jared James Nichols se dejó la voz en la Wolf

Ni siquiera la afonía impidió a Jared James Nichols salir triunfador de una gira que se llevó con Montana Stomp una muy grata sorpresa.

Even losing his voice couldn’t stop Jared James Nichols from a landslide Spanish tour, with the explosive surprise of Montana Stomp to boot.

Han transcurrido tres años desde que Jared James Nichols pasó de gira por este país. Es más, al menos para mí, el suyo fue el último concierto al que pude asistir antes de que el mundo se fuera al garete. Durante estos últimos tres años el guitarrista ha aprovechado para grabar su tercer disco y seguir creciendo y evolucionando como músico. Y eso le ha servido de perfecta excusa para lanzarse de nuevo a la carretera con unas pocas fechas en Europa. Tanto en Barcelona como Madrid tuvo además, para regocijo de fans y guitarristas, sendos encuentros con clinics organizados en cada ciudad. 

It’s been three years since Jared James Nichols last step foot in Spain. In fact, his concert was the last one I went to before the world went to hell. The guitarist made the most of these last three years by recording his third album and forging ahead, growing and evolving as a musician, which made for the perfect excuse to hit the road again on a tour that included a few European dates. And, to the delight of fans and guitarists alike, he also organized clinics in both Barcelona and Madrid.

La primera parada del tour fue en la sala Wolf de Barcelona, pero hubo un encuentro previo organizado en el Espai Jove Garcilaso. Si tenéis oportunidad de acercaros a alguno de estos clinics, hacedlo aun si no sois guitarristas. Jared James Nichols sigue siendo más el amigo del barrio que una estrella, y transmite esa actitud cercana cuando está sobre el escenario. Durante dos horas estuvo contando anécdotas, explicando su técnica y cosas del material que usa. La historia de su actual guitarra principal es pura fantasía. Se llama «Dorothy» porque un fan se la regaló tras encontrar el cuerpo (de una de las primeras 25 Les Paul que se fabricaron) en su patio tras el paso de un tornado. Todo genial, menos un aspecto que tendría mucha importancia en su concierto. Durante el clínic ya se notaba cierta afonía que le acompañó al dia siguiente durante todo el show.

The first stop on the Spanish leg of the tour was at Barcelona’s Sala Wolf, although he had already paid a visit to the cultural center, Espai Jove Garcilaso, for his much-anticipated clinic. Even if you don’t play the guitar, don’t miss out on going to one of his clinics if you get the chance. Jared James Nichols is still more like a guy from down the street than a budding star, and is just as approachable on stage, where he exudes that same chummy energy. For two whole hours, he regaled us with anecdotes, talked about his technique and some of the material that he likes to use, and even the almost too-good-to-be-true story of the guitar that he presently uses on tour. Dubbed “Dorothy” because a tornado had conveniently deposited it in the back yard of a fan’s house after a tornado had passed through town, this gorgeous guitar is one of the first 25 Les Pauls to have ever been made. Everything seemed to be great, except for one crucial aspect that would prove to have some major ramifications on the rest of his tour. During the clinic, there were already hints of a certain hoarseness in his voice that would stick around throughout the following day’s show in Barcelona.

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Pero no adelantemos acontecimientos, porque la velada en la sala Wolf empezó con una grata sorpresa. Admito que la única referencia que tenía de los Montana Stomp provenía del promotor del evento, así que solo por eso ya merecía la pena estar desde el principio. Y suerte que hice caso al bueno de Xavi. Una banda formada a medio camino entre Elche y Zaragoza que ha sabido ser capaz de coordinar agendas para crear un disco de corte muy clásico.

But let’s not get ahead of ourselves. The evening at the Wolf started off with a pleasant surprise: the supporting band. I have to admit that the only previous reference I had of Montana Stomp came from the tour’s promoter, which in itself made it worth it to show up early. And it sure was a good thing I listened to Xavi. The Spanish band, hailing from somewhere between Elche and Zaragoza, has managed to organize themselves and their schedules to create a dynamite record with classic rock written all over it.

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Ocho buenos temas que no reflejan al 100% la fuerza que muestran en directo. Y aunque pueda parecer algo negativo, es todo lo contrario. La arrolladora presencia de Susana Colt y su rota voz mejora los cortes de su rojo vinilo. La banda suena contundente y tienen actitud para llevarse por delante a más de una formación ya establecida. Desde “Rock and Roll Wheels” con la que abrieron el concierto hasta la final “Mister”, hicieron méritos para convencer a una parroquia que debería de haber dejado temblando el stand de merchandise.

The album’s eight tracks are solid but still don’t do justice to their explosive live show. And, contrary to how this might sound, Susana Colt‘s powerhouse presence and somewhat cracked voice elevates the red vinyl’s cuts to a whole new level. The band’s overwhelming sound and attitude is more than enough to take on their share of even more-established bands. From the moment they opened with “Rock and Roll Wheels” to the final chords of “Mister”, they brought the house down, leaving the merchandise stand a-shakin’.

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Con el buen sabor de boca de un gran concierto, tocaba esperar a Jared James Nichols. Y no se hizo de rogar. El trío tomó el rebufo de la energía desprendida por Montana Stomp y comenzaron con ganas de rematar la faena. Dennis Holm seguía ocupándose de la batería como en las giras previas pero al bajo encontramos la novedad de Diego. Y al frente el gran guitarrista de Wisconsin desgranando uno a uno los temas de su último trabajo. Porque el repertorio se basó casi en exclusiva en su disco homónimo.

After the mighty impression that the opening act left on us, it was time to wait for Jared James Nichols’ turn. And he didn’t make us wait for long. The trio caught a ride on Montana Stomp’s tailwind and eagerly set out to finish off the job right. Just as in previous tours, Dennis Holm was still on drums, but on bass, Diego was the new kid on the block. And, of course, upfront, the amazing Wisconsin guitarist, reeling off song after song from his latest self-titled album, which made up the majority of most of the night’s setlist.

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El sonido clásico de “Bad Roots”, en el que JJN hace sonar su guitarra casi como un Hammond, y “Easy Come, Easy Go” marcó el inicio del show. “Down The Drain” tiene un punto en el que bien podría cruzarse Chris Cornell con Sammy Hagar. A la altura de “Hard Wired” la afonía de JJN empezaba a dar señales, pero los coros que aportaba Diego reforzaban y salvaban la papeleta cuando era necesario. A pesar de la evidente falta de voz, no se amedrentó y siguió el concierto con la misma fuerza y actitud. “Throw Me To The Wolves” fue, junto a “Nails In My Coffin” los únicos temas propios que sonaron fuera del último disco, y sirvió para hacer un poco de jam haciendo sonar “Miss You” de los Stones.

The classic sound of “Bad Roots”, in which JJN made his guitar sound almost like a Hammond organ, along with “Easy Come, Easy Go”, started the show off with a bang. “Down The Drain” has a trace of something that sounded like Chris Cornell crossing paths with Sammy Hagar. At the height of «Hard Wired«, JJN’s voice began to show signs of frailty, but that’s when Diego stepped up to the mic, his backup vocals making up for any possible vocal faltering. Despite the fact that Jared was losing his voice, he was not daunted and he pushed through the night with the same strength and attitude as always. “Throw Me To The Wolves” and “Nails In My Coffin” were the only songs that didn’t come off Nichols’ last album, and they turned into a sort of jam with the Stones’ “Miss You” woven in.

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Una propuesta arriesgada dejarse las canciones más conocidas de sus anteriores trabajos. Pero visto el resultado, lo cierto es que las nuevas composiciones suenan espectaculares en directo, así que no tengo ningún pero que ponerle. La tripleta de canciones “Shadow Dancer”, “Good Time Girl” y “Hallelujah” demuestran una evolución compositiva capaz de hacer más accesible este hard blues que practica. A estas alturas de concierto ya eran innumerables las tazas de té y los chupitos de algo que estoy seguro que era jarabe lo que vimos subir al escenario.

It was a pretty bold step to omit the more well-known songs from his previous albums, but after having witnessing the results, the truth is that these new tracks sound amazing live, so there are no objections from my part. The triple whammy made up of “Shadow Dancer”, “Good Time Girl” and “Hallelujah” displayed a songwriting evolution capable of making his hard blues even more accessible. At this point in the show, countless cups of tea and shot glasses of something that I’m guessing was cough syrup, had been knocked back on stage.

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Aun así, el concierto siguió adelante y donde no llegaban las palabras, llegaban las notas de la guitarra, que a fin de cuentas es lo que la mayoría quería disfrutar. Con “Out Of Time” y ese aire reposado a lo Soundgarden llegamos al final del concierto. Un show del que estaba convencido que no habría vuelta para bises tal y como estaba su voz. Pero me equivoqué. En el off the record del día anterior ya le pregunté por su problema de voz y su respuesta no pudo ser más esclarecedora: Me debo a quien ha gastado un dólar por verme, y me dejaré lo que me quede en el escenario. Y cumplió. Para los bises dos versiones de regalo para los viejos rockeros. Comenzaron con “War Pigs” de Black Sabbath y remataron la faena con “Stranglehold” de Ted Nugent.

And yet, the show went on, and when there were no words, guitar notes prevailed, which, in the end, is what we were there for. “Out Of Time” and a calm and collected Soundgarden mood ushered in the end of the concert: a definitive end in my mind, as I was convinced that Jared’s voice wouldn’t stand up to an encore. But I was wrong. The day before I had already asked him, off the record, about his voice. His answer couldn’t have been more conclusive: “I owe it to whoever has spent one dollar to come out and see me, to give it all I’ve got on stage.” And that’s exactly what he did. For the encore, two covers that all the old rockers at the venue got a huge kick out of: Black Sabbath‘s “War Pigs” and Ted Nugent‘s “Stranglehold”.

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Una lastima que su lastrada voz no nos dejara disfrutar del concierto en su totalidad. Aun así fue capaz de transmitir ese buen rollo y humildad y defender su material con buena nota. Sobre el escenario es un huracán dispuesto a arrasar con lo que sea. Y es que no resulta tan extraño relacionarlo con las fuerzas de la naturalez. A fin de cuentas su nueva guitarra favorita vino a él gracias a un tornado. Hay quien compara a Nichols con Bonamassa o Nugent, palabras mayores, y no dudo que con el tiempo pueda equipararse a ellos en lo musical. Pero parafraseándole “la música no es una competición, son sólo muchos caminos diferentes” y Jared James Nichols creo que va en la dirección adecuada. Y si el éxito no le arrebata la humildad que desprende, estoy convencido que será capaz de llegar muy lejos.

Even though it was a shame that his somewhat afflicted voice put a sort of damper on the night, Jared James Nichols was able to transmit his signature great vibes and humility at all times as he held his own with flying colors, churning out song after song. On stage, he’s a hurricane, booted and spurred, ready to destroy anything that comes his way. In fact, it isn’t strange to compare him to a force of nature. After all, a tornado brought him his new favorite guitar. Some people compare Nichols to Bonamassa or Nugent, which are words that shouldn’t be taken lightly, and I don’t doubt that over time he’ll be able to catch up with them musically. However, to paraphrase him, “music is not a competition, it’s just many different paths” and Jared James Nichols is going in the right direction. And if his success doesn’t take away his gushing humility, I know he’ll go a long way.

Fotos: Desi Estévez

Translation: Jessica Jacobsen

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