Drayton Farley publica»Twenty On High»

Drayton Farley publica su segundo disco, «Twenty On High». El productor es el mano derecha de Jason Isbell, Sadler Vaden. Algo que se nota en el espíritu de todo el álbum. El sonido es muy «400 Unit» , algo normal estando involucrados en la grabación varios miembros de la banda. La composición corre completamente a cargo de Drayton Farley. Participan en el álbum, además de Vaden (guitarras), Chad Gamble (batería), Jimbo Hart (bajo), Peter Levin (teclados), Kristin Weber (violín) y Katie Crutchfield (coros). El disco ha sido publicado en Hargrove Records, con distribución de Thirty Tigers.

Escucha «Twenty On High» de Drayton Farley aquí:

Drayton nació y creció en Woodstock, Alabama; un pueblacho de la América profunda. Tenía una esposa, una hija pequeña y un trabajo en la fábrica de Mercedes. Sus manos estaban llenas de callos, pero grababa canciones por hobby. Un día, colocó a su mujer y su hija en casa de los suegros y se puso manos a la obra. En una sola tarde y en una toma, solo con su portátil, un micrófono de condensador y su Martin Custom D; grabó su debut, «A Hard Up Life». Cuando terminó, no hubo tiempo para celebraciones. Se puso el uniforme, se hizo un bocata y caminó hacia la fábrica. Semanas después, tenía 5000 oyentes nuevos en Spotify, gracias al single «American Dream (Hard Up)». Y sí, él era el protagonista del sueño americano.

En aproximadamente un año, pasó de ser un currito con sueños a un músico de tiempo completo. Abrió para Zach Bryan, Mike and the Moonpies y Arlo Mckinley. Y, para culminar su ascenso, ha conseguido grabar con la banda de su ídolo, Jason Isbell.

«Empecé a prestar mucha atención a la composición de Jason Isbell, y me quedé impresionado. Me sumergí en su música después de eso. Fui con un colega a ver a Jason Isbell en Birmingham por la época de «Southeastern», con Sturgill Simpson de telonero en acústico. Fue increíble. Ellos dos abrieron aquella noche mi cerebro a un mundo musical completamente diferente»

El disco no engaña a nadie, Jason Isbell es una referencia que está ahí. Si hubiera querido escapar de él, no hubiera contratado a su banda de acompañamiento. Pero, ¿qué hay de malo cuando la colección de canciones es tan avasalladora? Drayton es otro humilde cantante que, como Zach Bryan, ha basado su carrera en el poder de las canciones sencillas. No son producto del marketing discográfico, sino de cada uno de los fans que los descubrieron en las redes. 

Después de una vida sencilla, sus canciones exploran esa austeridad. La búsqueda de un destino cuando estás perdido en medio de la llanura americana. El paso del tiempo, implacable. La dura vida de los hombres sencillos que trabajan para sacar una familia adelante. El disco comienza con «Stop the Clock», la primera referencia al paso del tiempo. La vida en Alabama no fue fácil: «Comíamos todo lo que papá había cultivado/o matado para llenar nuestros platos». «Wasted Youth» nos llena de melancolía, con los años agachando la cabeza ante el capataz mientras soñaba con llegar a casa y coger la guitarra.

“Perdí mi juventud tratando de crecer/Desperdicié mi futuro, nunca apareció”. 

«Norfolk Blues» nos recuerda al primer Springsteen, con esa oda al duro trabajo diario de los hombres que necesitan sacar adelante una familia. En «Devil’s in NOLA» recuerda a Kris Kristofferson, con su cadencia setentera y el violín de Kristin Weber coloreando la canción allí donde se necesita. «How To Feel Again» no engaña, parece un outtake de «Southeastern». Ya hacia el final, escribe una carta de amor a su estado natal en «The Alabama Moon». En ella se une Katie Crutchfield (Waxahatchee) a los coros, una estrella más en la galaxia de músicos participantes en el disco. El final nos recuerda a su disco debut. «All My Yesterdays Have Passed» es Drayton solo con su guitarra. Y, a pesar del título, es la canción que más conecta con su pasado.

En dos años, el salto ha sido increíble. De grabar en una tarde en su habitación a hacerlo rodeado de algunos de los músicos más talentosos del mundo. Drayton ha sabido aprovecharlo y entregarnos un disco que perdurará en el tiempo.

draytonfarleyguitar

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