Se están celebrando los fastos del cincuenta aniversario del disco por antonomasia de Pink Floyd, y entre reediciones mastodónticas y vitaminadas se ha colado este álbum en directo, que recoge una actuación en Wembley donde en pleno apogeo del descomunal éxito del disco lo interpretan en directo al completo. Y es que siempre resultó curioso que una banda con semejante nivel de éxito y -además en los setenta- no tuviera su correspondiente live album.
Vale, sí, estaba Ummagumma, pero era sencillo y representa una etapa de la banda aún embrionaria, aunque de resultados sonoros espectaculares. Pero a lo que íbamos, con este disco tenemos a los Floyd en la cima recreando Dark Side Of The Moon.
Y el resultado es simplemente espectacular. Esto no es Pulse, son cuatro músicos con las puntuales ayudas de Dick Parry al saxo y dos coristas. Y nos encontramos con una versión extendida y más deshuesada de su obra por excelencia. «Time» suena mucho más concisa, los efectos de «On The Run» están mucho más contenidos, la versión alargada de «Money» con David Gilmour dejando fluir a borbotones las notas de su guitarra es sencillamente mágica y la revisión también alargada de la instrumental «Any Colour You Like es para enmarcar.
Y también sirve para recordar la sutileza a los tambores del nunca bien ponderado Nick Mason. Pura magia floydiana, y es que una época en la que se recurre hasta a los despojos para hacer caja sorprende que este directo aún no hubiera tenido su edición oficial, además mezclada y de sonido pristino y pulido. En fin, que Roger Waters siga con su delirio de regrabar Dark Side Of The Moon, que en esta grabación sí que se encuentra el genuino espíritu Floyd, con permiso…de los devotos de Syd Barrett.
