Nuestro entrevistado, que está muy activo siempre y especialmente en este momento, ha concedido varias entrevistas a diferentes medios en los últimos años, donde ha contado sobradamente como fue el destino de un joven que quería ser médico, nacido en la casa de los abuelos paternos en la calle Carlos Arniches de Madrid, pasando después a ser la cocina de la de sus padres y una radio, más otra leyenda de la radio como Ángel Álvarez y su Caravana Musical, los que ejercieran el hechizo sobre aquel joven madrileño y la causa de que terminara en la primera promoción de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid allá por 1972 para convertirse en un periodista enamorado profundamente de la Radio. Tiempo después, tres amigos, Carlos Finaly, Montserrat Doménech y nuestro entrevistado, se cruzarían con un disco de Roberta Flack llamado First Take y así es como se origina el nombre de Toma Uno como programa de radio.
Por todo ello, desde Dirty Rock y el que suscribe estas letras, queremos hacer una entrevista algo diferente, o de otra manera al menos. Esperamos conseguirlo agradeciendo la ayuda y la colaboración de Manolo Fernández por concedérnosla. Así que ahí van nuestras preguntas, Manolo…
“Take it easy” de los Eagles es una canción fundamental en tu carrera en la radio, por eso nos gustaría saber algo. Nosotros imaginamos que los Eagles no serían los Eagles sin Jackson Browne y Poco, teniendo en cuenta que un poco de Poco es mucho. ¿Cuál es tu canción favorita de los Poco?
– Uffff. “Take it easy” es una canción que ha marcado mi vida en muchos sentidos y eso tengo que agradecérselo (ya lo hice personalmente) a Jackson Browne y por supuesto a Glenn Frey que la terminó. Aquella escena en una esquina de Winslow, Arizona, quise repetirla la primera vez que estuve por la Ruta 66, cuando aún no estaba plantada la estatua a Frey, pero no fue lo mismo. Me gustaría volver a intentarlo.
En el caso de Poco, es otro de los grupos seminales que me ayudaron a darle forma a mi vida profesional. La lista de canciones favoritas del grupo es infinita, aunque no puedo negar que el impacto que supuso escuchar “Rose of Cimarron” sobrepasó todo lo que esperaba de ellos. Esa suite campera de Rusty Young era impensable y venía a resumir la grandeza de los espacios abiertos y los amplios horizontes.
Director, locutor, realizador, guionista… ¿Cuánto hay que saber de música/de músicos/de discográficas para tener una preparación así?. ¿Cómo se logra?
– Pienso que es la vida que vives la que te va formando en todos los sentidos. La familia, los amigos, la escuela, las personas que conoces, los lugares que visitas, los caminos que recorres, los paisajes que disfrutas… y los sonidos que van poniendo banda sonora a todo ello son lo que va conformando nuestra personalidad.
En mi caso concreto, todo empieza con el transistor de la cocina de casa de mis padres donde mi madre y yo nos reuníamos después de comer para que ella fregará y yo secara los cacharros. De aquel aparato salían canciones que empezaron a llamar mi atención. Primero fueron las armonías y los instrumentos, luego quise saber que decían aquellos vocalistas que cantaban en inglés, un idioma que desconocía, y empecé a buscar las traducciones de aquellas letras. Según fui entendiendo lo que contaban me fue interesando más todo aquello. Luego seguí investigando quiénes eran y cómo eran, de dónde venían, a dónde querían ir… Eso se convierte en una especie de gran bola de nieve que se va haciendo cada vez más grande, según se van añadiendo nuevos contenidos. Todo ello casi te obliga a seguir ampliando horizontes. Esa ha sido una de las razones por las que a lo largo de los años he diversificado mucho mi relación con la música. Siempre he querido contestar a las múltiples preguntas que me he hecho y por ello he querido experimentar en sus más distintas facetas.
He trabajado en casi todos los medios de comunicación (prensa, radio, televisión, redes sociales…), en compañías discográficas, tiendas de discos, venta por correo, marketing directo y organización de conciertos y festivales, entre otras muchas actividades. Eso me ha permitido tener una visión muy amplia del horizonte, aunque he preferido ser un especialista en lo que se conoce como Americana.
¿Brevemente, de dónde y de quién recibiste el interés por el tipo de música que tanto tiempo has ayudado a difundir?.
– Una vez más tengo que referirme a la cocina de casa porque fue el comienzo de todo. Allí escuché por primera vez Caravana Musical, el programa que Ángel Álvarez presentaba en La Voz de Madrid, una emisora local, desde abril de 1960. Esas canciones que programaba y lo que contaba sobre ellas conseguían emocionarme y despertaban mi curiosidad por conocer más cosas. Esos sonidos, esos paisajes y los músicos que programaba Ángel tenían el color que nos faltaba en una España en blanco y negro, décadas después de que hubiera terminado una guerra civil de la que casi nadie quería hablar. Y yo quería saber más de aquello.
¿Las siguientes canciones y sus artistas, como por ejemplo “Tender Love and Care – Jimmy Rogers” “He’ll have to go – Jim Reeves” “My Rifle, My Pony and Me” – Dean Martin”, “You Belong To Me” – Patsy Cline”, “I’m easy – Keith Carradine” qué significan para ti, más allá de las conocidas sintonías del programa durante su historia, “Take it easy”, “Wolf Creek” o el instrumental “Toma Uno” de Tony Luz?
– Aunque pueda parecer extraño, nunca tuve carnet oficial de Caravana. Sin embargo, mi relación con Ángel Álvarez y su familia fue muy estrecha. Incluso trabajé con él en su oficina de la calle López de Hoyos al lado del imprescindible y nunca suficientemente reconocido Charlie Domínguez (que estuvo a su lado en sus 44 años de carrera). Como curiosidad, te diré que Charlie y yo escuchamos juntos la entrada de Tejero en el Congreso aquel nefasto 23 de Febrero en el transistor de la oficina de Caravana sintonizando la SER. Ángel fue mi mayor influencia profesional y mi mentor.
Ángel Álvarez fundía “Tender Love And Care” de Jimmy Rogers con la “Suite del Gran Cañón” de Ferde Grofé para iniciar su Caravana Musical a modo de sintonía. Cuando fui por primera vez al Cañón del Colorado, aquella música sonó a todo volumen en el coche y lloré como un niño.
Los llamados “caravaneros” elegían por entonces una serie de canciones favoritas que pasaron a convertirse en lo que se ha conocido como Seríes Doradas de Caravana Musical. La primera de ellas fue “He’ll Have To Go” de Jim Reeves, convertida en una leyenda que no olvidaré nunca.
Aunque pueda chocarle a algunos, no me cuesta nada decir que considero a Dean Martin y Patsy Cline como los mejores vocalistas de la historia de la música. Y lo pienso así por su extraordinaria versatilidad. “My Rifle, My Pony and Me”, de la inolvidable escena de la cárcel en Rio Bravo, y “You Belong To Me”, con una Patsy Cline siempre inabarcable, son piezas maestras irrenunciables.
En cuanto a otras canciones, “I’m Easy” fue la representación sonora de un año 1976 en el que todo parecía empezar a cambiar. Aquella canción, la más popular de la película Nashville de Robert Altman, me hizo mirar de otra manera a la llamada Music City USA y entender que aquel movimiento llamado Outlaw se rebelara contra el monopolio industrial de la capital de Tennessee.
“Take It Easy” fue la primera canción que sonó en Toma Uno el 24 de septiembre de 1973 y según ha ido pasando el tiempo celebro más y más que fuera así. Sin ninguna duda, aquella esquina de Winslow, Arizona, estaba hecha para mí.
Toma Uno cambió varías veces de sintonía (siempre instrumentales) a lo largo del tiempo (la Marshall Tucker Band con un “edit” que creamos de “This Ol’ Cowboy” y Dickie Betts y su “Hand Picked” también fueron protagonistas) hasta que apareció “Wolf Creek” de Dan Fogelberg. Cuando esté murió decidí que era el momento de tener una sintonía exclusiva. Se lo comenté a mi buen amigo Tony Luz en la sobremesa de una comida en mi casa y una semana después aquel instrumental estaba creado para siempre. Tony lo grabó en su hogar, tocando todos los instrumentos excepto la batería.
¿Cómo ves el futuro de la Radio e industria musical actual y especialmente todo lo relacionado con la música popular de raíces? La radio de ahora es muy diferente a la de antes ¿Pero respecto a la del futuro?. ¿Todo será podcast cuándo los centennials y posteriores generaciones sean las mayoritarias, la radio desaparecerá como lo ha sido hasta la actualidad?
– La radio se hace a mano, de la misma forma y con el mismo esmero y la misma dedicación con la que un luthier es capaz de crear un instrumento. La radio siempre ha tenido la magia de no tener imágenes… hasta que pusieron una webcam en los estudios. La radio se dirige a cada una de las personas que la escuchan. Cuando abres el micro estás individualizando el mensaje. Estás hablando con ella o con él. Con nadie más. Si consigues eso, haces radio. Si no, están haciendo otra cosa. Por eso suelo hablar del oficio de la radio.
La industria musical ha pasado de ser un oficio, ese que nos enseñó Ralph Peer hace casi 100 años cuando cogió una maleta y se fue en la segunda mitad de los años 20 del siglo XX por los pueblos de Estados Unidos para descubrir nuevos valores de la música popular de raíces, a ser pura gestión económica y administrativa. Gracias a él pudimos conocer a Jimmie Rodgers y la Carter Family.
Nosotros pensamos que tú eres el relevo natural de Ángel Álvarez en las ondas, pero no vemos a nadie en el panorama actual que pueda ser tu relevo natural como tú lo fuiste, haciendo radio como tú la realizas en la actualidad independientemente del formato. ¿Qué piensas sobre esto, si crees que no habrá relevo con una manera de hacer radio y de un programa como Radio Con Botas?
A pesar de que nunca lo pretendí, agradezco mucho que se me pueda considerar un relevo natural de Ángel Álvarez. Lo que me entristece es que la mirada al futuro pueda ser poco esperanzadora.
No tengo muy claro por qué derroteros va a ir la radio a corto o medio plazo. Mi impresión es que los gestores de este medio –y de los otros- tampoco lo saben, y eso es lo preocupante. El concepto de radio como oficio se va diluyendo poco a poco y no parece importarle a nadie. Esa relación personalizada entre emisor y receptor se va perdiendo con una extraordinaria rapidez siendo sustituida por una oferta vacía de contenidos en la que dejan de importar hasta la forma y el fondo. Me resulta muy triste la baja calidad de propuestas y ni tan siquiera la radio pública da la impresión de tener demasiado interés en ello.
Jamás se me ha ocurrido pensar en tener un “sucesor”. De verdad. Este oficio no es una carrera de relevos.
¿Qué opinión tienes sobre el fenómeno en la sociedad actual, donde desde instituciones privadas y públicas, no se valora o se desecha el talento, experiencia demostrada, más el trabajo bien realizado y contrastado? ¿Por qué crees que sucede este algo así, acentuado más si cabe cada vez que se vive una crisis o recesión?
-Mi impresión es que el talento casi nunca ha sido valorado y cada uno de nosotros podría aportar suficientes ejemplos. En cuanto a la experiencia, hemos entrado en la paranoia del edadismo, donde el calendario se ha convertido en la vara de medir las supuestas capacidades. Eres demasiado viejo o eres demasiado joven. No hay un equilibrio imprescindible. Lo patético es que ciertos gestores parecen sentirse al margen del paso del tiempo sin ser conscientes de que también pasa para ellos. Lo mejor es cumplir años. Si no lo haces… estás muerto.
Desde Dirty Rock pensamos que en España el concepto o etiqueta “indie”, que viene desde los años 80, es muy diferente a la que se tiene en el mundo anglosajón e incluso en otros países europeos de nuestro entorno. Siendo tal, que muchas veces la música es realmente diferente en estilo o concepto, aquí en nuestro país se mete en ese saco a artistas que en el mundo anglosajón estarían en la etiqueta pop o pop-rock, sin entrar a valorar la calidad artística de los artistas indies españoles, que no es lo que nos ocupa en este momento. ¿Si piensas lo mismo, o algo similar, a qué crees que se debe esta diferencia?
-El término “indie”, relativo a “independiente” debería ser unívoco, pero no es así. Tengo la impresión de que en España se utilizó para dejar claro el estar al otro lado de la llamada industria musical y, sobre todo, el combatirla. Lo curioso es que buena parte de los llamados pioneros de esa etiqueta se agarraron como lapas a las discográficas más potentes de la época y succionaron a las instituciones públicas vía subvenciones.
En cualquier caso, nunca he tenido interés en lo que aquí se conoce como “indie”. Siempre he preferido fijarme en las propuestas artísticas y no he encontrado demasiados puntos de encuentro con aquellas. Confieso que tampoco me ha importado demasiado.
Conviví con lo que se conoció como Movida y tengo la impresión de haber sobrevivido a algo que siempre me fue ajeno.
¿En tus viajes a Estados Unidos qué bares, (si hubo banda o artista o no) garitos, qué lugares lograron captar más tu atención más allá de las visitas a los sitios que uno tiene mitificados? ¿Cuál fue más especial, Nashville, New York o California? ¿Qué se siente cuando visitas el Grand Old Opry, y otros lugares emblemáticos como ese?
-Estados Unidos es tan enorme como variado. A aquellas tierras llegó gente desde casi todos los lugares del mundo y los distintos modos y maneras de sus distintas culturas se fueron instalando por todos aquellos territorios según iban buscando su “tierra prometida”.
Reconozco que me gusta mucho la memorabilia y para esas cosas los yankees son especiales. Me he hecho fotos en una esquina de Winslow (como dice “Take It Easy”), ante el arco de Bakersfield y en tantos y tantos otros lugares.
Durante años me compraba una camiseta de cada Hard Rock Café en el que me tomaba una cerveza y tengo los cajones de casa llenos de ellas.
No hay nada mejor que recorrer aquel país en coche y pararte donde te apetece y, sobre todo, hacer realidad el refrán de “allá donde fueres haz lo que vieres”. Como simple anécdota, me he encontrado con músicos maravillosos tocando en honky tonks en los que las chicas no pagaban la entrada, no te permitían entrar si no llevabas camisa y botas y cuyo escenario estaba protegido por una malla metálica para que no llegaran las botellas que les pudieran lanzar.
Nueva York es un lugar a visitar. Hay que hacerlo andando, en metro y en taxi. Recuerdo que salí de aquella ciudad diez días antes de que cayeran las Torres Gemelas y volví al año siguiente para mostrar a mi manera la solidaridad con sus habitantes. Pasé por la zona cero; me aloje en el Waldorf Astoria; desayuné en Tiffany’s; fui hasta la puerta del edificio Dakota; paseé por Central Park, especialmente por Strawberry Fields, y mostré mis respetos ante el mosaico de Imagine; subí al Empire State Building; asistí a una representación de El Fantasma de la Ópera y recorrí Times Square iluminada con neones. Hice lo que cualquier turista hace allí. Con California pasa lo mismo, aunque por su extensión hay que tomárselo con mucho más tiempo. Pero me gusta “turistear” y buscar sitios curiosos, como Carmel by the Sea, donde Clint Eastwood fue su alcalde, o el Sequoia National Park cerca de Visalia.
Pero Nashville es muy especial. Por algo la llaman Music City USA. En su centro, Lower Broadway, vas de garito en garito, algunos tan míticos como el Tootsie’s Orchid Lounge, The Stage o Robert’s Western World. En varios de ellos me he encontrado a leyendas de la categoría de George Jones, Vince Gill o Brad Paisley entre la clientela. Es la zona que puedes recorrer andando y donde está Ernest Tubb Record Shop y, sobre todo, se alza el Ryman Auditorium, sede del Grand Ole Opry, el programa de radio más antiguo del mundo. El día que entré por primera vez en aquel antiguo tabernáculo también se me escaparon las lágrimas. Estaba en The Mother Church of Country Music.
¿Cuál ha sido para ti musicalmente hablando el día más amargo que has vivido en tu larga carrera profesional? ¿Y por ende, cuál ha sido también el más grato o satisfactorio de ella?
-Pienso que tengo la capacidad de sobreponerme a los momentos amargos y la mejor manera de hacerlo es quitarles importancia. En cuanto a los días gratos, tengo que agradecer que hayan sido muchos. Casi todos ellos tienen que ver con las personas cercanas a las que quiero.
En este mundo actual digital, se podría decir que existe a su vez una burbuja de fotógrafos de prensa gráfica, aunque estos en su mayoría no sean periodistas gráficos de carrera, en otra ocasión se puede hablar de este fenómeno, la cantidad de cámaras que hay en los festivales y conciertos últimamente, que a veces impiden el disfrute de los conciertos de manera normal o como se hacía años atrás.
Pero realmente nos gustaría saber si crees que hay una “burbuja festivalera” en nuestro país: Nosotros pensamos que sí existe tal burbuja. En prácticamente cada provincia y pueblo de este país hay un festival musical, donde muchas veces los carteles se repiten una y otra vez, sin que haya variedad de los artistas propuestos. Si lo ves así. ¿Cómo crees que está afectando esto a la cultura, la industria musical, y cuando esta burbuja estalle, qué crees que será de la escena e industria musical de este país?
-Los nuevos tiempos y el acceso indiscriminado a cierta tecnología ha dado pie a que cualquier persona aspire a ser “profesional” de casi todo. Proliferan radios, prensa y televisiones digitales, podcasts y un sinfín de ofertas con una ínfima calidad en cuanto al continente y aún peor en lo que se refiere al contenido. Pero el intento es hacerse con un trozo de esa tarta que se supone que está en manos de los que han llegado a un cierto reconocimiento profesional mediante la formación y el estudio, además de la experiencia. No todo vale. Esa es una enorme falta de respeto hacia los que han necesitado de preparación, esfuerzo y sacrificio para ocupar un lugar en esos medios. Es, simplemente, intrusismo. Pero, por otra parte, es mucho más que evidente que la calidad suele ser paupérrima y significa también una enorme falta de respeto hacia quienes se supone que va dirigida su aventura. Los hay que con un móvil pretenden ser el nuevo mesías del audiovisual.
Hablando de fotografía, cada vez es más habitual sufrir la invasión de móviles y pequeñas cámaras digitales en las primeras filas de los conciertos. La norma habitual es la de permitir que los medios gráficos acreditados accedan al “foso” para hacer fotografías o tomar imágenes durante las dos o tres primeras canciones y después abandonen el sitio para permitir que aquellos que han pagado sus entradas disfruten de la velada.
Tengo varios amigos fotógrafos por los que siento un enorme cariño y respeto. Son profesionales contrastados de la categoría de Domingo J. Casas, Juanlu Vela, José Luis Frías, Juan Pérez-Fajardo, Fran Cea, Chusmi10, Ana Hortelano o Robin Drake, entre otros, y sé de primera mano lo que sufren para hacer su trabajo. Han realizado una inversión tremenda para tener los conocimientos y los aparatos necesarios para que los resultados sean excelentes. El problema es que la exigencia es cada vez menor. La búsqueda de la calidad está en declive.
Ahora es una marea de cacharros audiovisuales que, tengo la impresión, solo quieren dar fe del “yo estuve allí”. Tristemente, cada vez es más habitual tener que aguantar a los que fueron a hacerse selfies o, peor aún, a charlar a voces con el colega de cualquier cosa que nada tiene que ver con el concierto.
Sobre la “burbuja festivalera”, parece claro que la situación creada por la pandemia ha producido una reacción en cadena en cuanto a recuperar el tiempo perdido. Los festivales han hizo brotando como hongos.
En cualquier caso, la entrada de grandes empresas y fondos de inversión, ajenos a los que la música tiene de arte y cultura, lleva ya tiempo cambiando el panorama. Es una cuestión de creación ficticia de oferta y demanda… y de sectorizar el mercado de acuerdo a la capacidad económica de los compradores a los que se incita a consumir por la única razón de hacerlo, creando necesidades ilógicas que dan la impresión de ser muy baratas, pero que van cambiando según el número de demandantes aumenta.
Otra cosa es la de las administraciones públicas que utilizan sus recursos olvidándose del fin de servicio a todos que tienen en sí mismas. Las subvenciones no vienen de ahora. En los primeros años de la llamada transición los ayuntamientos, las diputaciones provinciales y las comunidades autónomas las repartieron para tener protagonismo y contentar a la gente. Sin personal especializado el desequilibrio presupuestario de fiestas, festivales y conciertos fue terrible hasta que aquella burbuja estalló. Ahora vamos por caminos similares. Los festivales, de hecho, se han convertido es una especie de parques temáticos en el que no importa el contenido sino el continente. Cuando quiten la escalera dejará a unos cuantos agarrados a la brocha.
En este 2023, el 24 de septiembre es una fecha muy señalada para ti. ¿Tienes en mente algo espacial como cuando sacaste el CD doble recopilatorio del programa como hiciste en 2005, copia que tengo debidamente autografiada y conseguida de la tienda de discos ya desaparecida Toni Martin, o alguna otra cosa pensada para estos 50 años de profesión?
-Hace mucho tiempo que sueño con celebrar ese 50º aniversario de haberle puesto botas a la radio y estamos cerrando varios proyectos. Hemos consolidado nuestro Radio Con Botas Podcast Live haciéndonos residentes de Galileo Galilei, una sala que representa a la perfección el espíritu del programa, hecho ahora podcast. Estamos terminando de elaborar un calendario que nos lleve hasta finales de año con apariciones bimensuales. Hacer el podcast en directo fuera de Madrid es mucho más comprometido por la necesidad de cubrir la producción imprescindible, aunque seguimos estudiando distintas fórmulas para llevarlo a cabo. Nos encantaría ir a muchos más sitios.
La diversificación de proyectos para celebrar estos 50 años va a dar muchas sorpresas. Hay un equipo trabajando en ello desde hace tiempo. Son personas con una capacidad y una dedicación extraordinaria. Y todos calzan botas, por supuesto.
Iremos dando detalles poco a poco.
¿Cómo logras llegar a trabajar en televisión, y como fue la experiencia en CNN+ y en el canal Non Stop People, como se adaptó un hombre de la radio a un formato tan diferente como lo es la Televisión?
-Antes de nada, tengo que decir que mi experiencia en televisión ha sido una de las aventuras más reconfortantes de todos estos años. Llegué a un medio que desconocía y que difiere mucho de lo que es la radio. En la televisión no hay espacio para la imaginación. Además, se pierde la individualidad. Es plural. Te diriges a un colectivo, no a una persona en particular como en la radio. Es todo imagen y es todo real, casi se puede tocar. Casi te pueden tocar. Por eso tienes que empezar por cuidar tu propia presencia, tu peinado, tu vestimenta, tus gestos, tu mirada… y hacer que todo ello sea natural, o que lo parezca. No es nada sencillo, pero tuve a enorme suerte de contar con el apoyo y la ayuda de buenos amigos como mi socio Álvaro Aranegui, el mejor productor de televisión que he conocido nunca y con el que he tenido el privilegio de trabajar posteriormente en otros proyectos. Fue fundamental que Antonio San José me confiara una sección semanal en su programa diario de CNN+ Cara a cara: la tarde en directo. Tristemente, en diciembre de 2010 cerraron el canal para convertirlo en Gran Hermano.
Volví a la televisión en 2015 con Non Stop People de Movistar+, que era una franquicia de un canal del mismo nombre de la televisión francesa. Allí estuve durante un par de años colaborando como crítico musical en distintos espacios como El Hub y Xtra . Incluso dirigí un programa semanal monográfico llamado Historias del Pop. Fue una experiencia muy saludable ya que estaba rodeado de gente mucho más joven que yo, con un dinamismo envidiable y unas ganas de aprender enternecedoras. Cuando ahora veo a algunos de ellos en la pequeña pantalla no puedo evitar una sonrisa.
¿Volverá a realizarse otra edición del Americana Music Madrid (AMM) Lo ves factible aunque sea en otra localización o población?
Lo veo difícil. Desde luego en la ciudad de Madrid no parece viable con los dirigentes actuales. Están en otras cosas.
Aquello funcionó porque se puso en manos de profesionales y especialistas. No fue una cuestión de elegir a dedo quienes formábamos parte del equipo de Americana Music Madrid. Yo mismo me presenté al concurso público para ser el Comisario de aquel proyecto y gané el puesto. Fue un año de trabajo agotador pero enormemente gratificante porque se tradujo en dos semanas de conciertos diarios (en muchos casos con dos en cada jornada) con lleno en todos excepto en un par de ellos. Pero llegaron las elecciones municipales, cambió el gobierno del Ayuntamiento y, además, apareció la pandemia cuando teníamos el cartel de la segunda edición completamente cerrado. Fue el fin.
Patsy Cline, Jim Reeves. Johnny Cash, Loretta Lynn. George Jones, Dolly Parton, Kenny Rogers, Vince Gill, Juice Newton, Tanya Tucker, Dwight Yoakam, Reba McEntire, Kathhy Mattea, Mary Chapin Carpenter, Lee Ann Rimes, Alison Krauss, Tim McGraw, Brad Pasley, Toby Keith, Carrie Underwood, Dierks Bentley Luke Bryan, Miranda Lambert, Brandi Carlile, Chris Stapleton . Todos ellos estrellas de la musica Country en sus respectivas décadas. ¿Quiénes crees que serán las siguientes estrellas en la década de 2030, quien después de Chris Stapleton puede ocupar el lugar del nuevo rey midas de la musica Country, quien después de Miranda Lambert?
Siempre he pensado que una cosa es la industria de Nashville y otra la country music. En general, una cosa es la industria musical y otra la música. A finales de los 80 y principio de los 90 hubo un cierto acercamiento con músicos a los que llamaron neo-tradicionalistas, pero la avaricia de los directivos de Music Row acabó con ello. Ahora es otra cosa. Music City USA va a lo suyo, procurando exprimir la gallina de los huevos de oro que ha sido siempre esa ciudad. Un capitalismo irracional en el que los fondos de inversión juegan un papel preponderante con un desapego absoluto por lo que ha sido la historia y el espíritu de la música de raíces. Pretenden desde hace tiempo marcar la pauta de una industria que, como en otras facetas de la propia vida, terminará por rebelarse y ya hay algunos movimientos en ese sentido, especialmente desde fuera de Nashville.
Lo de hacer funcionar la bola de cristal no va mucho conmigo. Además, todo va muy rápido y los cambios se producen con mucha celeridad y bastantes sorpresas. Lo que me produce muy buenas sensaciones es que los nuevos nombres tienen por regla general un extraordinario respeto hacia las raíces y la tradición, aunque una buena parte de ellos dan un paso adelante y sus propuestas no suenan anticuadas en absoluto. La lista, por suerte, sería casi interminable, pero hay que destacar que son las mujeres quienes más profundizan y arriesgan en estas aventuras sonoras con resultados excepcionales. En cualquier caso, pienso que Margo Price es el nombre del presente de cara al futuro.
¿Se te ha pasado por la cabeza retirarte?. Nosotros esperamos que no, pero si ha sido así, ¿Cuándo lo ves? ¿O los #cowboysnoretire ever?
Me encantaría tener el don de la ubicuidad para no perderme nada, pero el de la eternidad no me parece ni tan siquiera justo. Soy consciente del paso del tiempo y no me entristece que sea así. No tengo la intención de irme arrastrando y es evidente que en algún momento tendré que dejarlo, especialmente en cuanto a mis apariciones públicas. Pero, por suerte, no me parece que haya llegado el momento. Me encuentro en buen estado de forma y me divierto mucho. Las personas con las que comparto mis aventuras me permiten dar más de sí y formamos un equipo muy cohesionado. Son imprescindibles para que todo siga adelante.
En cualquier caso, os avisaré cuando haya noticias al respecto.
Finalmente, para concluir la entrevista, aunque pueda sonar aventurado, quizás puedas tener nuevos proyectos en mente, ¿Hay alguno del que nos puedas contar algo?
Me siento privilegiado en cuanto a recibir muchas propuestas para nuevos proyectos, pero todo ello me lo tomo con cierta tranquilidad y mucha responsabilidad. Elegir no es fácil. Además, hay veces en que te proponen cosas inviables en el tiempo y hasta en el espacio.
No me gusta anticipar nada porque suelo estudiar bastante lo que me proponen. Antes de tirarme a la piscina suelo comprobar que, al menos, hay agua.
Biografía y Background Manolo Fernández
Manolo Fernández estudió Periodismo a la vez que trabajaba en la mítica Popular FM, fue uno de los fundadores de Onda Dos y pasó a Radio Cadena Española en 1982. Desde entonces ha estado en todas las emisoras de Radio Nacional de España, especialmente en Radio 3 y tiene una sección semanal en Onda Madrid, además de una columna mensual en el digital Free Rockin’. Actualmente sigue siendo uno de los máximos especialistas en Americana Music. Su gran influencia profesional es la del tristemente desaparecido Ángel Álvarez, del que fue estrecho colaborador y amigo personal.
Conoce la escena musical en profundidad, ya que también es especialista en Marketing Directo y Product Manager por la Cámara de Comercio e Industria de Madrid, y ha desarrollado su actividad como Label Manager, Jefe de Producto y Coordinador de Proyectos Especiales en empresas de mailshop y compañías discográficas, además de haber publicado crónicas, reportajes, artículos y entrevistas en los más importantes medios nacionales e internacionales.
En 2009 recibió el premio especial de la European Country Music Association (ECMA) en la categoría de medios de comunicación y dos años más tarde fue distinguido con el Radio Award de la ECMA, instituido en memoria del disc jockey británico Harry E. Fenton, primer presidente de la asociación. En 2021 pasó a formar parte de la Folk DJ Hall of Fame de Folk Alliance International (FAI), la mayor institución de música de raíces a nivel mundial, siendo el único profesional español que goza de ese reconocimiento.
También ha sido Jefe de Prensa de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y responsable de la sección de radio de Guía del Ocio. Es miembro de la Country Music Association (CMA), de la European CMA y de la Americana Music Association (AMA), entre otras instituciones. Con más proyectos en la actualidad en el que destaca su Radio Con Botas en Subterfuge Radio, actualmente en su quincuagésima temporada más abajo podréis ver y leer cronológicamente el admirable background profesional del entrevistado.
- Ciencias de la Información, Periodismo Universidad Complutense de Madrid 1972 – 1977
- Director y presentador de programas Radio Popular de Madrid (Cope) 1972 – 1980
- Jefe de Sección Radio Guía del Ocio 1978 – 1982
- Director y presentador de programas Radio Nacional de España 1982 – actualidad
- Jefe de Prensa Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) 1985 – 1987
- Strategic Marketing Manager and Blue Note’s Label Manager EMI Music 1998 – 2002
- Crítico musical en «Cara a cara: la tarde en directo» CNN+ 2010
- Colaborador Non Stop People España 2015 – 2017
- Huercasa Country Festival Director de Comunicación 2016 – 2019 · Asesor musical y Director artístico 2014 – 2019
- Asesoría y Comisariado del ciclo Americana Music Madrid (AMM) Madrid Destino. Cultura, Turismo y Negocio S.A. Teatro Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa 2019 – 2020
- Socio fundador Con Dos Pares, Música y Medios. 2014 – actualidad
- Colaborador con la sección La Máquina de Discos en el programa El Enfoque de Onda Madrid RADIO TELEVISION MADRID SA 2021 – actualidad
- Colaborador Revista Free Rockin’ 2022 – actualidad
- Director, locutor, guionista y realizador del podcast Radio Con Botas Subterfuge Radio 2022 – actualidad
- Miembro de la Country Music Asociation (CMA)
- Miembro de la Americana Music Association (AMA)
- Miembro distinguido por la European Country Music Association (European CMA
Entrevista realizada por Chema Moriñigo
Fotos de Ana Hortelano