Conocí a Núria Graham en 2015, a principios de su carrera. Desde el minuto cero me di cuenta que tenía algo especial, un intangible empujado por una inesperada madurez, y un dominio y voluntad de experimentación con la guitarra eléctrica solo al alcance de unos pocos elegidos. Al verla en directo una decena de veces he podido asistir a su evolución musical en tiempo real, y la presentación de su ultimo LP, “Cyclamen” (2023) es la final constatación del sideral cambio de su propuesta musical.
Y es que el sutil frenazo de intensidad intuido en su anterior álbum “Majorie” (2020) se ha acentuado hasta la máxima expresión. El tránsito del rock íntimo y de corta duración fue transmutando de manera progresiva a un pop de raíces anglosajones de corte ochentero. La percepción en directo no era tan exagerada, ya que la alternancia de nuevas canciones con su cancionero primigenio diluía el efecto. Pero ahora la fractura es total.
Nunca criticaré las ansias de evolución de un artista, la alergia al inmovilismo que tenga un creador es siempre loable, pero a veces es difícil de aceptar cuando se pierden las señas de identidad. Graham ha pasado de un cuarteto con guitarra eléctrica, batería y teclados a uno con piano, arpa, guitarras españolas y acústicas, clarinete y saxofón. Irreconocible.
Y es que me parece poco menos que un pecado que una de las guitarristas más talentosas de nuestro país solo toque la guitarra (española) en tres canciones, basando todo su nuevo discurso en el protagonismo del piano y la voz. La presentación de su nuevo disco, con contadísimas citas a su cancionero anterior, fue la perfecta encarnación de su (¿definitiva?) mutación. Como una moderna Laura Nyro, Núria Graham abraza el free jazz con determinación, dando prioridad a la emoción y el detalle, bajando las revoluciones en pos de una mayor delicadeza.
Un gran concierto, sin duda, pero una pequeña decepción para el que escribe. Me pierde la subjetividad ,y echo de menos a su súper engrasada anterior banda, su manera de experimentar con la guitarra eléctrica y la intensidad de sus melodías, pero también estoy impaciente por descubrir la nueva vuelta de tuerca que Núria nos tendrá preparados. Does It Ring A Bell?…
Fotos por Emma Barrios y Albert Barrios.
