La vida está llena de excepciones, por no decir que es una gran excepción en sí misma. Por eso no se puede asegurar que todos los discos publicados por Capricorn, el sello de southern rock por excelencia; son tremendos, eternos, canela fina. Pero casi.
Esta garantía de calidad se extendió hasta su abrupto final por bancarrota en 1979, un canto del cisne que se llevó por delante el futuro de una más que prometedora banda de Oklahoma, Two guns. Grabado en los estudios de la casa (los míticos Capricorn Sound Studios de Macon ,Georgia), “Balls Out” (1979) es uno de los últimos ejercicios puros y genuinos de rock sureño: junto a esa desconocida obra maestra de la Dave Chastain Band “Rockin’ Roulette”(1980) y el debut de “Doc Holliday” (1981), las tres últimas exhalaciones de un género musical único e irrepetible.
Y es que el southern rock es producto de un sitio concreto en un momento determinado, todas las bandas implicadas comparten idénticas influencias y raíces, e interaccionan usualmente formando una comunidad artística con un alto sentido de camaradería y hermandad. La mezcla de estas tres características dará como resultado la concepción de unos nuevos patrones sonoros que incorporarán con total naturalidad innovadores esquemas rítmicos y solistas totalmente reconocibles para los aficionados y seguidores del rock sureño.
Con la colaboración del omnipresente Paul Hornsby y los Muscle Shoals Horns, el álbum nos regala guitarras dobladas, teclados con groove y la solidez de una sección rítmica “old school”. Un sonido auténtico que transita entre la crudeza de Molly Hatchet y Blackfoot, la intención FM de los 38 special y la ruptura estilística de Stillwater. Un gran disco, sin pretensiones pero con muchos aciertos, y un claro ejemplo de lo que pudo ser y no fue. Y es que no hay mala suerte, sólo existe la suerte que has encontrado.
NO MUSIC. NO LIFE. PLAY IT LOUD, MUTHA! FUCK YOUR SPEAKERS. MAKE ART NOT FRIENDS. MUSIC IS MEDICINE
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