Brandy Clark lanza su cuarto disco, titulado con su propio nombre; una manera de reafirmarse en su carrera en solitario. El disco se publica en Warner Records y ha sido grabado en los estudios Shangri-La de Rick Rubin y producido por Brandi Carlile. Fue Brandi quien dijo que este disco sería el “Car Wheels On The Gravel Road” de esta generación. ¿Hay para tanto? El tiempo dirá, pero lo que es incontestable es que los cuatro discos editados por Brandy constituyen una de las mejores colecciones de canciones de toda la década.
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El álbum homónimo suele utilizarse para debutar o para dar un giro en la carrera. ¿Hay algo de esto aquí? No necesariamente, la producción de Brandi Carlile es cruda y sobria, sin desarrollar los arreglos como en el glorioso “Your Life Is A Record”, donde colaboraba Lester Snell, el arreglista de cabecera de Isaac Hayes. Este “Brandy Clark” es una vuelta a lo básico, un poco como hizo Tom Petty con “Wildflowers”. El sonido transcurre por un pop rock elegante con matices de teclados, cuerdas y armonías vocales maravillosas. Entre los colaboradores, Dereck Trucks, Lucius y la propia Carlile.
Brandy Clark y Brandi Carlile estuvieron nominadas al Grammy por «Same Devil». «Cuando no ganamos, Brandi me dijo: ‘amiga, ¿sabes que me encantaría producir un disco completo para ti?», recuerda Clark. «Pensé, ¿En serio? Mientras salíamos de la ceremonia, ella dijo: ‘Sí, ya lo he pensado… Para mí, sería como tu regreso al Northwest’. Y eso realmente me llegó al corazón”. Las dos crecieron en aquella región y también tienen en común el ser las mujeres homosexuales más respetadas en una industria profundamente misógina.
¿Quién es Brandy? Fue conocida por componer canciones para artistas como Miranda Lambert (“Mama’s Broken Heart”), Kacey Musgraves (“Follow Your Arrow”) y Reba McEntire. Pero ya su álbum debut, “12 Songs” (evocando a su admirado Randy Newman, que colaboraría en “Big Boat” de su disco de 2020) era excelente y fue alabado por la crítica. Aunque fue “Big Day in a Small Town” de 2016, conceptual, el que le confirmaba como una de las más grandes de su generación. “Your Life Is a Record”, su tercer trabajo, era un discazo espectacular. Publicado el 6 de marzo de 2020, la pandemia hizo que no pudiera presentarlo en directo, pero fue nominado a los Grammy.
El álbum se abre con «Ain’t Enough Rocks», una historia corta sobre dos hermanas que se vengan de un padre abusivo, inspirada en parte en Forrest Gump. El canto de Clark, parte hablando, parte cantando, subraya la profundidad de esta murder ballad del siglo XXI, mientras la slide de Derek Trucks aparece como un trueno en medio de la tormenta desatada por el asesinato de las hermanitas, a las que la venganza no consigue arrebatar el dolor del abuso sufrido.
“Buried” también se preocupa por superar el pasado, el desamor de alguien al que se añora tras una ruptura. El intento de aparentar que vas a seguir siendo feliz (viajando en primera clase a París y New York y bailando con desconocidos) sin tu ex mientras, en secreto, sabes que la amarás hasta el día de tu entierro. “Tell Her You Don’t Love” cambia la perspectiva, centrándose en un amor obsesivo y un tanto enfermizo. Enorme trabajo de Lucius, poniendo el contrapunto a Brandy con sus armonías.
Las tres canciones nos ponen en órbita, pero el disco despega definitivamente en el dueto con Brandi, “Dear Insecurity”. Dos de las mejores artistas del momento poniéndonos la piel de gallina con una canción donde aparecen los fantasmas de viejos hábitos de autosabotaje mientras va naciendo un nuevo romance que sabes que acabará, posiblemente, por tus errores.
El amor duele, el amor te absorbe y, a veces, te salva y te cambia la vida. El disco está lleno de amor de todos los tipos, desde el romántico al interesado, pasando por el familiar y el espiritual, temas trillados hasta la saciedad pero que suenan frescos en sus canciones. En «Come Back to Me», Brandy es la amante desinteresada diciéndole amablemente a su pareja que «pruebe con todo el mundo, si siente la necesidad», que ella promete esperarle con los brazos abiertos si esas excursiones por otros cuerpos no le satisfacen. No solo hay amor a otras personas, también hay pasión por los lugares. Como ese “Northwest” pura celebración del lugar donde creció. “Esta canción está en mi alma porque me fui/ Pero mi corazón todavía apunta al Northwest/ Donde los árboles crecen alto en las montañas/ y la mayor parte del verano parece otoño”
Sigue la conmovedora «She Smoked in the House», toda una celebración del amor a una abuela, con una letra preciosa donde recuerda las tardes en la cocina escuchando country western en la radio con ella. Cuando Clark canta, «Yo odio los cigarrillos, pero echo de menos todo ese humo que mi abuela soplaba cuando crecía con ella y con esa radio” se alcanza una de las cumbres emocionales del disco.
El álbum se va cerrando con historias de corazones rotos ( la impresionante «Up Above the Clouds»), una adictiva relación de amor y odio («All Over Again»), historias de puro placer (“Best Ones”) y ánimos a un amigo desilusionado, para que sea fuerte y supere el desamor («Take Mine»). Ya sea desde los apetitos más primarios como desde la empatía hacia un corazón roto, Brandy canta de manera sincera y real. Eso es una de las razones por las que Brandy emparenta este disco con la obra maestra de Lucinda Williams.