Danko Jones sin horchata en las venas

Danko Jones y The Lizards llenaron Razzmatazz 2 de musica directa y sin subterfugios. Actitud y riffs afilados sin más intención que pasarlo en grande. 

20230510-Danko-Jones_DSI2727©DesiEstevezEstá claro que a estas alturas ya no se puede concebir una gira por Europa de Danko Jones sin que pase por nuestro país. El músico canadiense ha aprovechado cualquier ocasión para dejarse ver allí donde se le ha requerido. Da igual si es festival, gira regular o tocar en una fan zone de una final de un torneo de fútbol. Siempre ha estado ahí. Si a esa proximidad sobradamente demostrada le sumas un rock directo sin florituras y ganas de pasarlo bien, el resultado llega solo. La mediana de Razzmatazz vió el pasado miércoles como el lleno quedaba muy cerca de lograrse.

20230510-The-Lizzards_DSI2618©DesiEstevez

 

Los encargados de ver desde el escenario cómo la sala se iba llenando poco a poco fueron los barceloneses The Lizards. Doblete de power-tríos sobre las tablas. Con Carla Santacreu a la voz y guitarras, Judith Jordan al bajo y Edgar Beltri a la batería y coros, The Lizards lo dieron todo durante sus 35 minutos. Bajo el brazo, un flamante “Fake Reality”, en el que los riffs afilados y las melodías son la marca de la casa. Garage y Punk-rock se entremezclan en temas como el que da nombre al disco o “Dead City”. Desbordando actitud hasta el punto de que Carla rompa una cuerda en la inicial “Burning City” y proseguir el show como si nada pasara porque ‘esa no la usa’. Mientras sonaron trallazos como “Beware” o “Everybody Sucks” y seguro que en las notas finales de “Twisted Mind” alguno puso una marca para verlos encabezando cartel.

20230510-The-Lizzards_DSI2709©DesiEstevez

Turno para nuestro protagonista. Como él mismo se encargó de recordarlo, hacía tres años y medio que Danko Jones no pisaba estas tierras. En aquella ocasión fue durante un triple cartel en el que le tocó el papel de sparring. Pero esta vez era él el plato principal de la velada. Y mil gargantas con ganas de fiesta y pasarlo bien durante la siguiente hora y media. Con la música de “Los Intocables” de fondo, el trío salió al escenario. “Guess Who’s Back?” sonó a declaración de intenciones como inicio de concierto. Está es su carta de presentación de su próximo trabajo “Electric Sounds”. A partir de aquí, nuestros tímpanos se llevaron un repaso exhaustivo de la carrera del canadiense.

20230510-Danko-Jones_DSI2943©DesiEstevezApenas habían sonado “I Got A Rock” y “I’m In A Band” cuando ya empezaron a escucharse los gritos de “Dan Kojones”, a los que como siempre respondió entrando al trapo. Aunque en su actitud intensa da la sensación de que está eternamente cabreado, deja claro que es solo una pose y agradece este tipo de gestos con cariño. Ese es uno de los secretos de la banda, en hacer efectivo algo tan sencillo como un patrón rítmico nada complejo y cuatro acordes. Salvando las distancias con grandes nombres como KISS o AC/DC, es la misma propuesta pero sin pirotecnia ni maquillaje. Temas como “First Date”, “Lipstick City”, “I Think Bad Thoughts” de estribillo fácil sonaban sin dar un respiro entre ellos. 

20230510-Danko-Jones_DSI2748©DesiEstevezMucho hace para eso llevar como escuderos a dos viejos conocidos. El bajo de John Calabrese y Rich Knox en las baquetas ofrecen toda una locomotora del sonido, perfectamente engrasada. Sin necesidad de un gran espectáculo son capaces de conectar con el público para hacernos sentir que también formamos parte de la banda. Y eso se nota en la entrega. Los gritos, los estribillos a mil voces son parte importante de sus conciertos. No hubo ni tregua ni descanso para nadie y menos si se encadenan “Full Of Regrets”, “Had Enough” y “Lovercall”. Fugaz como el paso de una estrella. Esa fue la sensación que tuvimos del concierto tras “My Little RnR”.

20230510-Danko-Jones_DSI2717©DesiEstevezPor suerte aún quedaba una última descarga de la que disfrutar con “Saturday” e “Invisible” antes de echar la vista atrás y recordar su disco de debut y cerrar con “Rock Shit Hot”. Danko Jones no inventa nada, ni lo pretende. Sus composiciones son de sota, caballo y rey. Ofrecen una liberación casi primaria con el único objetivo de pasarlo bien. Y con el tiempo ha ido controlando mejor el timing del concierto reduciendo sus intervenciones durante el espectáculo. Aunque el público insista en las gracias de siempre, esta vez no hubo momento horchata, ni se golpeó la cara como motivación… A fin de cuentas y parafraseando a los Stones «es solo rocanrol y nos gusta».

Fotos: Desi Estévez



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