“That’s What I Am Here For” pertenece a esa curiosa categoría que podríamos titular “no es su mejor disco, pero si mi preferido”. Una incongruencia más habitual de lo que pensamos. A veces porque es el primero que compras del artista, otras porque contiene alguna canción especial, o porque nos recuerda a alguien o algo, o por mil motivos diferentes. Sabemos que no es su mejor álbum, pero si nuestro favorito.
En el caso del guitarrista de Arkansas la mayoría de la crítica y aficionados en general se pondría de acuerdo en destacar sus dos primeras entregas “Roy Buchanan” (1972) y “Second Album”(1973), en los que sintetiza con total naturalidad blues, rock y country. O el incendiario “Live Stock” (1975), una atemporal “master class” de guitarra de escucha obligada para novatos y veteranos. Pero es su tercer LP mi favorito.
Porque fue el primero que adquirí de su discografía. Pero también porque a diferencia de los dos anteriores Roy le mete una marcha de más. Acompañado de la banda más sólida con la que nunca tocó (ojo con la intensidad y fineza del cantante Billy Price), Buchanan arrasa desde el principio con el poderoso riff de “My Baby Says She’s Gonna Leave Me”, homenajea (arriesgando) a Hendrix en “Hey Joe” y coquetea con los “bends” sureños en “ Home Is Where I Lost Her”, por citar solo el trío inicial.
Un tipo singular, alabado y adorado por colegas como Clapton, Lennon o Jeff Beck. Éste último le dedico la canción «Cause We’ve Ended as Lovers» del experimental “Blow by Blow” de 1975 y Roy le devolvió la dedicatoria un año más tarde con «My Friend Jeff» de “A Street Called Straight”.
Huiremos del halo de maldito y desafortunado que siempre le envolvió para celebrar la música de uno de los mejores guitarristas que nunca parió el planeta, inquieto y ecléctico to the max…
NO MUSIC. NO LIFE. PLAY IT LOUD, MUTHA! FUCK YOUR SPEAKERS. MAKE ART NOT FRIENDS. MUSIC IS MEDICINE
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