No creo que cuando a finales del frío diciembre neoyorquino de 1966 Tim Bogert le propuso a Carmine Appice entrar en su banda (The Pigeons) pensara que acababa de nacer una de las mejores secciones rítmica de la historia. Y sí, las hay igual de buenas, pero no mejores.
Porque la interacción entre el revolucionario bajo de Bogert y la sólida pegada de Appice supo transitar de la psicodelia inicial al posterior hard rock & blues de manera tan natural como imprevista e innovadora.
Y es que The Pigeons mutaron rápidamente en Vanilla Fudge, icónicos precursores de la mezcla de psicodelia con R&B y pop asaltando todas las listas de éxitos.
Pero en 1969 el cansancio y las pocas opciones de futuro de su sonido acaban con la banda. Ese mismo año están a punto de formar un super grupo con Jeff Beck, pero el accidente automovilístico que sufre el inglés lo deja ko y el proyecto tardará dos años y medio en cristalizar. Mueven ficha y se hacen con los servicios de dos bestias pardas de Detroit, el guitarrista Jim McCarty y el cantante Rusty Day, y nace Cactus, uno de los más excitantes y mejor engrasados combos que ha visto alumbrar este planeta.
«Cactus»(1970), «One Way… or Another» (1971) y «Restrictions» (1971) forman un trío que será de obligatoria escucha para millones de grupos que vendrán después, y los colocará en lo más alto para los aficionados a la música rock de los 70’s.
McCarty y Day son sustituidos por Werner Fritzschings en las seis cuerdas, Duane Hitchings en los teclados y el (infravalorado) cantante Peter French. El resultado es un álbum grabado la mitad en estudio y la otra en directo, el placentero «‘Ot ‘n’ Sweaty» (1972).
Disuelven el grupo y por fin se lleva a cabo la reunión con Jeff Beck en «Beck, Bogert & Appice» (1973), un gran álbum, pero que podemos archivar en la sección de «lo que pudo haber sido y no fue», y en la primavera de 1974 el inglés da por finiquitado el proyecto.
A partir de aquí separaron y juntaron sus caminos varias veces, pero ya lejos de la grandeza anterior. Un fascinante viaje el de estos dos secundarios de lujo, auténticos «roba escenas» que de una u otra manera siempre estuvieron en la primera fila del RnR…
NO MUSIC. NO LIFE. PLAY IT LOUD, MUTHA! FUCK YOUR SPEAKERS. MAKE ART NOT FRIENDS. MUSIC IS MEDICINE
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