Les advierto que desde la óptica de un argentino emigrado hace más de 20 años y a crecido escuchando a los abuelos de la nada , los Rodríguez, que ha festejado con Maradona que no es una persona cualquiera en el Estadio Azteca allá por el 86, que se ha codeado con la alta suciedad de la música en los 90 en el estadio se obras sanitarias en Buenos Aires, ¡y encima se llama Andres! Esta crónica sobre el concierto de Andrés Calamaro en las Palmas de Gran Canaria este jueves 20 de julio no será muy objetiva que díganos, pero haré mi mejor esfuerzo para que mi honestidad brutal no se pase de fanatismo argento.
La noche comenzó tranquila, el con su chaqueta negra y su gafas oscuras detrás de teclado conectando con la gente, muchos argentinos pero casi la misma cantidad de canariones, en este 20 de julio, que en Argentina se festeja el día del amigo… y como amigo que es nuestro a través de sus canciones empezó a calentar la noche con una serie de popurrís con sus éxitos más reconocidos, desde Flaca, pasando por Crímenes perfectos, Me arde, el Salmon, te quiero igual, paloma, hasta Siempre tuyo, entre otros tantos éxitos de sus más de 30 discos que lleva en sus años de rockanrolero.
Es la tercera vez que nos visitaba a Gran Canaria desde que recalé en esta tierra allá por el 2001, y tanto aquella vez en el estadio de Gran Canaria donde había más de 5000, personas a esta últimas donde escasamente llegábamos a los 1500 espectadores. Parece que en los tiempos que corren la música con melodía, armonía y letras con poesía tienen poca convocatoria.
Calamro no defraudó a pesar que se nota el paso del tiempo y los excesos, pero e .soporte de unos músicos a quienes hay que sacarles el sombrero hicieron que cualquier fallo se mezclará y diluyera con el fervor de la gente que bailaba cada una de sus canciones.
Gracias Andrés por la noche que nos brindaste, necesitamos que músicos de su calidad nos visiten más seguido y en particular los argentinos.de las islas necesitamos que parte de lo que dejamos atrás hace tanto venga a visitarnos…
Texto por Rosario Quintana Marrero y Andrés Marvelli. Fotos Andrés Marvelli.
