Treinta años pasaron desde el álbum el Amor después del amor, y más de cuarenta desde que este rosarino flacucho, ya no tanto, tocara en pequeñas salas de su Rosario natal y se transformará en este músico capaz de llenar estadios y tener una serie de nexflix… el pasado viernes 21 de junio, Fito Páez llenó el auditorio Alfredo Kraus y no defraudó.
Desde el comienzo con un escenario a oscuras y su voz en off sonaba el tema que da nombre a la gira, ya nos adelantaba una noche llena de sorpresas y emociones. La banda impecable, la calidad musical innegable con él como director de orquesta, pero la voz de Mariela Vitale, hija del famoso pianista y compositor Lito Vitale, justificaría ya el haber asistido a la gala de anoche.
A los de nuestra generación, que éramos la mayoría de los asistentes, nos hizo volver a nuestra adolescencia, ya que Fito Páez ha sido la banda sonora de nuestras vidas, nos hizo recorrer casi toda su discografía, nos devolvió al tercer mundo con sus canciones, volver a la ciudad de pobres corazones que nos emociono hasta las lágrimas a algunos y a disfrutar con la magia del Circo beat.
Por momentos volvió a ser el chico rokcanrolero de los 90, alentado por un público que canto casi todas las canciones, para luego calmarnos con sus hermosas baladas que siguen siendo poesía para nuestros oídos. El show duró más de dos horas, que parecieron pocas, a la hora de los bises, pensábamos que ya no podía darnos más, pero acabo con Dale alegría a mi corazón, a capela junto a un coro de 1500 personas que agitaba sus brazos y ondeaban sus banderas, sabiendo que no todo está perdido…él vino a ofrecer su corazón.. Gracias Fito!!
Texto y fotos por Andrés Marvelli.