De todos es sabido que tocar rock en este país (de poder ganarse la vida ni hablemos) es como predicar en el desierto. Y un claro ejemplo de una gran banda que se quedó en el camino (al igual que otras que se me ocurren como Rip KC, Mermaid o Green Manalishi) eran el trío de Algeciras, Viaje a 800.
«Coñac oxigenado» (2012) fue su brillante epitafio en estudio ( la despedida real sería tres años después con el directo ‘Alguien murió bajo las ruedas del tren’), uno de los trabajos más brutales que se recuerdan por estos lares.
Desde que comienza con los doce intensos minutos de ‘Oculi omnium in te speran domine’ (un clásico desde ya) hasta el cierre con una desasosegante y oscura version de ‘What’s going on’ de otra banda a reivindicar, los australianos Buffalo (puñetazo sobre la mesa figurado), dicho álbum supone un excitante viaje musical sin tregua ni respiro donde confluyen los Black Sabbath más viscerales, la esencia del mejor rock andaluz con con la trilogía inicial de Triana en el punto de mira, la influencia desértica de los stoner Kyuss, el flamenco, el blues lisérgico, la psicodelia, los ritmos del kraut rock, el hard rock setentero o el progresivo.
Una sugerencia: si os interesa la banda echad un vistazo al catálogo del sello malagueño Alone Records y hacéos con su material porque está a precios de risa. Maldita sea, otra banda de culto y van.
