La cita parisina no decayó en su segunda noche. La excéntrica personalidad de Brian Molko fue solo la punta del iceberg en una noche donde le precedieron artistas icono del mundo LGTBIQ+ como Boygenius o Christine & The Queens.
La jornada del viernes Rock en Seine avecinaba carreras de punta a punta del festival y muchos solapamientos de horarios. DRAMA: Turnstile y The Big Idea, Viagra Boys y En Attendant Ana y por último Flavien Berger y Silly Boy Blue, especialmente estos dos últimos. Solución: quedarnos en el Scene Du Bosquet (escenario del bosque) aunque esto supusiera correr maratones in extremis por estar más alejado del Grande Scène (escenario grande) y obviamente, sacrificar algunas bandas. Eso sí, asomamos la cabecita por Viagra Boys, Flavien Berger y luego en Fever Ray, aunque solo fuera para verles el hocico.
Después de nuestra entrevista a En Attendant Ana en la zona de prensa, la primera parada comenzó con The Big Idea. No llegamos a tener lluvia pero respiramos mar abierto. Los franceses grabaron su último disco The Fabulous Expedition of Le Grand Vésigue en una expedición entre La Rochelle y la isla de Guadalupe con parada en Canarias (origen de Dirty Rock). Parecía que escuchábamos el oleaje y el rocío, el chapoteo de las olas o el giro de las manivelas para izar las velas. Con una de mis canciones favoritas “Last Chance Desk” ofrecieron una mezcla perfecta entre New Wave y electro-pop con guitarras ultrasaturadas. Aunque a veces sonaban como al britpop de los 90 e incluso a los Beatles.
El tono de voz irreconocible de Bertrand Belin se escuchaba de fondo mientras nos acercamos corriendo al Grand Scene del Rock en Seine. Lo llaman el Nick Cave francés pero no saben, si se parece a alguien es a Scott Walker. Su carisma en el escenario nos dejó inmersos en su música y a mí, unas ganas terribles de aprender francés. No faltó su teatralidad y sus piernas al estilo Elvis. Hizo las delicias de sus fans interpretando algunos de sus temas más conocidos como “Oiseau” o “La nouvelle”.
Con Attendant Ana volvimos a soñar con vacaciones, mojitos y paseos (vestidos o no) por la playa. Ver al quinteto fue como encontrar una pequeña perla musical en un océano. Qué maravilla disfrutar de sus armonías vocales y de su pop tan delicado en un entorno como el del Rock en Seine. Por un momento, con algunos de las canciones de su último disco Principia (incluida la propia “principia”) parece que estuviéramos transportándonos a los 90 y disfrutando de Stereolab o Broadcast, pero no, ellos suenan a An Attendant Ana. ¡No les hagas esperar demasiado! ¡Adoramos también el saxofón de Camille!
Emocional, espiritual y erótico. Así fue Boygenius.
Una de las razones principales por las que habíamos decidido venir al Rock En Seine ya estaba ante nosotros: Boygenius con Phoebe Bridgers , Julien Baker y Lucy Dacus , «los chicos», como los llaman cariñosamente las fans. Abrieron el espectáculo con la canción “Without You Without Them” y en un silencio ferviente y respetuoso absorbimos esta canción y todas las que vinieron a continuación. Entraron de invitados al escenario el cantante de Turnstile y el de Viagra Boys para acompañarlas en “Satanist”.
Apreciamos suavemente algunos de sus temas como “Cool About It” y “Souvenir” pero también brillamos apasionadamente con “Not Strong Enough”. Fuimos vulnerables y nos golpearon en el estómago. ¿Y ese momento de Lucy recogiendo sus claveles rosas en “We’re In Love”? Conmovedor. Sin palabras. Voy a dormir para lo que queda de año con “Ketchum, ID”, otra interpretación magistral. Por cierto, acabaron con “Salt in the wound”, mientras Lucy y Phoebe hacían crowd-surfing entre sus fans y a continuación, hubo beso de Lucy y Julien.
Parece que Boygenius fuera el grupo principal y que sus proyectos en solitario fueran los secundarios. ¡Estas tres artistas como la copa de un pino hacen un auténtico MATCH!
Nos cautivó la vitalidad electrizante de Silly Boy Blue
Las historias de desamor de Silly Boy Blue ya conviven con ella en armonía. Veníamos directos a escuchar sus Break Up Songs (primer álbum) y nos encontramos con más temas nuevos de su último disco Eternal Love. Su música es pop, pero un pop oscuro que te hipnotiza. Con influencias de artistas que van desde Evanescence o Frank Ocean hasta Elliot Smith, veníamos exhaustos de Boygenius pero aún así, disfrutamos muchísimo de la artista de Nantes con su energía desgarradora y vitalidad. “The Fight” y “Teenager” mis temas preferidos.
Por cierto, el parecido de Ana Benabdelkarim con Elisabet Moss es indiscutible, pero en morena claro.
Con Pogo Car Crash Control y Avalon Emerson & The Charm en la trastienda, hicimos una parada técnica en Dirty Rock para cenar, descansar y tomar notas de lo vivido, no obstante, nos dio tiempo de tomar algunas fotos y escucharlos a ambos en la lejanía entre los dos escenarios enfrentados.
Nos perdimos el electro-pop de la artista binaria antes conocida como Chris y Redbar, Christine & The Queens y de la ya conocida Fever Ray, el proyecto en solitario de la cantante Karin Dreijer Andersson, vimos de cerca dos o tres canciones. ¡Pero no se podía estar en misa y repicando!
Placebo, un fin de gira muy especial y bañado en aplausos.
Y entonces llegó Placebo, en su último concierto de gira y el mundo se paró durante dos horas. Aún me pregunto qué ocurrió para que en los últimos quince años decidiera abandonar y dejar de escuchar a esta gran banda alternativa británica. El concierto fue espectacular y salí decidida a comprarme su último disco Never Let Me Go, del que tocaron bastantes temas del repertorio. ¡Grandiosos!
Placebo fue formado en 1994 por Brian Molko y Stefan Olsdal. En vivo añaden a Bill Lloyd a la guitarra, el multiinstrumentista Nick Gavrilovic (sintetizadores, guitarras, coros), Matt Lunn a la batería y Angela Chan a los teclados y el violín
Abrieron su set con la canción “Forever Chemicals” de su último lanzamiento y cerraron todo el espectáculo con dos versiones: «Shout» de Tears for Fears y “Running Up That Hill” de Kate Bush. Fue un final salvaje, divertido y envolvente y con el detalle más esperado de alguna banda por parte de servidora: dedicarle una canción a Jane Birkin. ¡Así se hace Brian Molko!
Y es todo por hoy dirtyrockers. Mañana más…pero no sé si mejor. A pesar del cansancio, no me quiero ir de ninguna manera sin felicitar al Rock En Seine por lo bien que tienen montado los baños, los escenarios, la variedad de gastronomía y, sobre todo, el servicio personalizado que ofrecen amplísimo para personas con discapacidad. Chapeau!
