Ayer el concierto de Teenage Fanclub en el Teatro Albéniz de Madrid se vio mermado por un sonido lamentable. Avisamos a los acomodadores varias veces. ¿Quién tuvo la culpa? No sabemos a quién se suele culpar. Solo sabemos que Teenage Fanclub no se lo merecían.
Mi primera conclusión tras hablar con amigos en las filas cercanas y con otros a la salida y, posteriormente, leer los comentarios de Twitter, era que el Teatro Albéniz de Madrid estaba encantado o si no, no me explico la divergencia de opiniones.
Mientras algunos periodistas que admiramos, hablaban de armonías vocales o bramidos con cada canción tras el concierto de Teenage Fanclub, el resto de mortales estábamos pasmados porque las canciones tan bonitas y melódicas, y que habíamos escuchado tantos cientos de miles de veces en nuestros tocadiscos y otras tantas en concierto, de una de nuestras bandas favoritas por los siglos de los siglos amén, sonaban cada cual peor. Impotencia a la decimonovena potencia. Nos movimos de la segunda fila al pasillo lateral y luego al final, y no había manera. En el anfiteatro nos confirman por las redes que se escuchaba igual de mal.
Al menos el telonero fue un descubrimiento, Sweet Baboo, y su voz sí nos envolvió por unos instantes de la magia que se espera alcanzar en un teatro. Un artista invitado que por cierto, lleva en los escenarios desde 2008, o antes, y que ha lanzado varios álbumes y sencillos. Así que nunca es tarde si la dicha es buena.
La revolución silenciosa y positiva de Sweet Baboo
Sweet Baboo es el nombre artístico de Stephen Black, una figura brillante de la escena indie de Gales. Él fue el encargado de abrir el concierto de la gira de Teenage Fanclub en España y por tanto, lo hizo ayer también en el Teatro Albéniz. Sus canciones en acústico sonaron muy bien, nada hacía prever la hecatombe posterior. Su fingida inocencia que causaba risas al puro estilo Mr. Bean, su particular visión del mundo y su romanticismo innato, consiguieron hacer maravillas con poco.
Apunten dos canciones que nos enamoraron: «Clear Blue Skies», alojada en su disco Wild Imagination, que trata sobre un padre y un hijo volando sublimemente por el espacio y «The Worry», de su último trabajo Wreckage, centrada irónicamente en que no hay que preocuparse por nada, con una alegre melodía folk-pop inspirada en el programa de televisión infantil Rainbow de los años 70 y 80.
La descarga de sonidos de Teenage Fanclub
Teenage Fanclub han sido responsables de algunas canciones de amor espectacularmente tiernas a lo largo de sus 13 álbumes, y nuestra devoción hacia ellos no va a cambiar ni un ápice por la mala fortuna, o no, de Houston Party de llevarlos al Teatro Albéniz, gestionado por UMusic Hotel, que igual tenía los altavoces explotados o poseídos por el espíritu milenario del fantasma de la Ópera reencarnado. ¿O sería que estaba todo correcto en el teatro y alguien no estuvo a la altura de decir «esto no puede ser sonar así» e imponerse? El técnico de sonido por ejemplo, no soltaba su móvil, true story. No sabemos quién era ese alguien, pero que cada vela aguante su palo. Esto hay que decirlo y no puede volver a suceder. Lo que nos parece imposible es pensar en la posibilidad de que una banda de este calibre fuera sin su propio técnico. Si alguien lo sabe que se manifieste.
Fue una revelación inquietante cuando Norman Blake y Raymond McGinley junto con la banda subieron al escenario. Todavía con «About You», uno de sus hits más esperados, y la segunda canción en ser interpretada, seguíamos en ese halo envolvente de magia que te rodea cuando por fin estás ante tus ídolos tras meses de espera. Y que su último tema de la noche «Everything Flow» sonara ligeramente mejor nos pareció un milagro de despedida. Algo es algo.
Pero no solo sonó a chatarra, sino que los bajos y la batería retumbaban por todo el suelo del teatro y las sillas, y al teclado ni se le escuchaba. Y la audiencia no estuvo al nivel de felicidad y entusiasmo que se esperaba. Estaba más silenciosa. Estaba frustrada.
A pesar de que se mostraron canciones más nuevas e igualmente buenas como «Foreign Land» o «Tired of being Along», lo que despertó la nostalgia fueron sus éxitos más antiguos como «I Don’t Want Control Of You» o «What do you To Me» entre otras. Por problemas de logística los que esperábamos llevarnos como premio de consolación su último disco Nothing Lasts Forever no pudimos.
Lo mejor de este concierto fue ver miles de caras conocidas, porque al final cuando el sarao es bueno, somos siempre los mismos, los de hace veinte años. Y por supuesto, sabemos distinguir que ellos, Teenage Fanclub, en su parcela del escenario lo estaban dando todo como solo puede hacerse con la experiencia de años y años en el circuito en vivo. Nos quedamos con el recuerdo de sus conciertos en La Riviera, El Primavera Sound y El Primavera Club o el FIB, entre otros, y les esperamos con los brazos abiertos si quieren volver. Esperamos que sea pronto.
Os compartimos el Setlist:
- Tired Of Being Alone
- About You
- Foreign Land
- Endless Arcade
- Alcoholiday
- Did I Say
- I Left A Light On
- Falling Into the Sun
- Your Love Is The Place
- Everything Is Falling Apart
- What You Do To Me
- It´s A Bad World
- I Don’t Want Control of You
- I’m in Love
- My Uptight Life
- The Concept
Bis
- Back in The Day
- Middle of My Mind
- Everything Flows
Fotografías de Ana Hortelano.
Anotación: No todas las opiniones de los representantes de Dirty Rock durante el concierto ayer de Teenage Fanclub en el Teatro Albéniz coinciden pero es lo bueno de ser un medio independiente donde la pluralidad de opiniones cohabitan en armonía. Y quiero de verdad añadir que me sabe fatal escribir una crónica así sobre mis queridos Teenage Fanclub pero no se puede permitir que en la actuación de una banda de un grupo de culto y de su calidad pase algo así con el sonido.
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