Cantando en portugués e inglés, y en su estilo libre y sencillo, Bebel Gilberto combinó perfectamente la bossa nova con el acompañamiento musical. En homenaje a su padre, el inolvidable João Gilberto, revisitó algunos de sus temas más clásicos y nos descubrió otras joyas menos reconocidas.
El Festival Internacional de JazzMadrid nos ofreció este viernes 27 de noviembre la actuación de la cantante brasileña Bebel Gilberto en Teatros del Canal, la primera gran artista femenina de renombre dentro de la programación de Villanos del jazz, y lo hizo acompañada en el escenario de Guilherme Montero (guitarra), Dennis Boolyoins (batería y percusiones) y su perro, que deambulaba por allí después del bis, alcanzando así sus merecidos cinco minutos de fama y provocando risas entre el público.
También vimos a Bebel portando su vaso de güisqui y saludando con muchísima estima a Marisa Paredes, sentada junto a Almodóvar, en una noche donde se agotaron todas las entradas y la expectación era bastante grande.
Un homenaje al inconmensurablemente grande João Gilberto
La destacada artista Bebel Gilberto venía a presentar su nuevo álbum João en un tributo profundo a su difunto padre, el inolvidable João Gilberto. Con esta actuación la artista quería honrar por completo su memoria elegiendo las canciones del disco que se acercaban más a sus recuerdos personales.
Aunque en João los temas se manifiesten de una manera más sosegada, la artista, con el mismo amor y añoranza, nos brindó una actuación más alegre, e incluso cabaretera, donde no faltaron los aplausos inducidos por la misma, que nos animaba a todos a cantar y acompañarla.
El punto y final de la gira de Bebel Gilberto
En cuestión de días, tanto Ibrahim Maalouf como Bebel Gilberto, nos han hecho entonar melodías en Teatros del Canal, y dentro del programa Villanos del Jazz, con una pasión que rivaliza con nuestros tiempos de juventud en el coro (o de la ducha). Y si las peripecias del primero nos dejaron boquiabiertos, las de Bebel no fueron para menos…más de 34 conciertos en infinidad de países que han ido desde EE. UU. hasta Japón, pasando por Dubái, Inglaterra o España, entre otros.
No hay mejor manera mejor de terminar una gira tan extensa que en Madrid, y así lo manifestó Bebel Gilberto. No obstante, apenas comenzó la actuación de hoy, aprovechó para contarnos que casi no alcanza a coger el avión a Madrid porque no le aparecía el maletín de su mascota registrado en el billete. “No hay nada como indicarle a los de Iberia que yo soy la hija de João Gilberto y que tengo que dar un concierto” expresó la artista, algo así como si esto fuera su famoso comodín de la llamada. Al final y con tan mala suerte, una vez ya en Madrid, le perdieron la maleta.
Un repertorio de lo más entrañable
El concierto, que empezó un cuarto de hora tarde, arrancó concentrando la atención en sus dos compañeros, Guilherme y Dennis, mientras Bebel se hacía de rogar y entraba unos minutos después con su actitud despreocupada a la par que sensual. Vestida de negro, inició su “Adeus América” que también es la pista de apertura en su álbum João.
De las canciones de este disco brillaron de forma sublime “Eu Vim da Bahia”, “É Preciosa Perdoar” y “O Pato”.
Lo mismo ocurrió con su interpretación de “Harvest Moon” de Neil Young. A pesar de no poseer la voz distintiva y nostálgica de Neil Young, lo compensó con creces con sus grandes dosis de carisma. Con “Samba da Bencão”, de Vinicius de Moraes, adoptó un matiz propio que le otorgaba a la canción una chispa divina. Antes de arrancar con la segunda añadió estas palabras: «La vida es una sola. Es importante tener conciencia del planeta y del amor».
Hubo mensajes de alabanza y cariño para Sidney O’connor y también las hubo para Astrud Gilberto, dejando claro en clave de humor que no era su madre, pese a que muchos lo pensaran, y deleitándonos así con su “Corcovado”.
Y entre unas canciones y otras del repertorio, y casi a modo de mashup, tarareamos con Bebel Gilberto la mítica “Aguas de março” de Regina y Jobin y la francesa “A 200 à l´heure” de la película Un hombre y una mujer.
Lo mejor y lo peor de la actuación
Nos habrían encantado algunos minutos dentro del programa para que Monteiro y Boolyoins se lucieran un poco más en solitario, ya que esta instrumentalidad encajaba muy bien para el Festival JazzMadrid. Tampoco eran necesarios la cantidad de coros con los que nos animó Gilberto a acompañarla.
Al principio de la noche, la entonación de la cantante no estaba en su mejor apogeo pero que luego, y a medida que iba calentando, fue mostrando todos sus matices vocales.
Nadie podrá poner en duda la energía y dedicación de Bebel Gilberto, así como su esfuerzo por hablar en “portuñol”, en una noche en la que los ritmos de Río de Janeiro llegaron sin duda alguna a Madrid.
Está claro que la bossa nova todavía tiene un lugar en la escena musical actual y que sigue en constante expansión. Esto nos hace a todos muy felices y la presentación de Bebel Gilberto, que posee un elemento de espontaneidad y un caos encantador que cautiva al público, también. ¡Gracias Gilberto!
Fotografías de Ana Hortelano
Estás crónicas no serían posible sin el apoyo incondicional de Maite Moreno de Villanos del Jazz.
