En un universo alternativo tengo muy claro que Roderick Falconer debería haberse convertido en una superestrella. Polifacético e inquieto artista (poeta, guionista, productor de televisión, director de cine…), empieza a componer mientras simultanea sus estudios universitarios, hasta que ficha por Asylum Records.
Tras debutar con un disco de querencia country bajo el nombre de Rod Taylor, Roddy se afianza con un segundo álbum excelente con evidentes influencias de Bowie (bien podría ser el eslabón perdido entre el soul futurista de ‘Diamond dogs’ y la sofisticación y el magnetismo de ‘Station to station’).
Producido sabiamente por Matthew Fisher (inmortal teclista de Procol Harum), ‘New nation‘ (1976) es un refinado trabajo que aglutina rock, pop, glam, soul, country futurista y baladas estratosféricas, envuelto en sublimes arreglos orquestales. Pero en el mundo real el fascinante álbum de un tipo con voz de crooner que derrochaba glamour, elegancia y magnetismo, con un puñado de temas con claro potencial comercial pasó totalmente desapercibido y lo que parece totalmente inaudito: a día de hoy tampoco hay demasiada información sobre él ni es especialmente reivindicado.
En los siguientes años siguió publicando más discos que pasaron sin pena ni gloria, mientras Roderick fue encaminando progresivamente su creatividad hacia el sector audiovisual. Uno de tantos misterios insondables…