La artista australiana Sarah McKenzie, junto a su talentosa banda, cautivó al público con su voz y habilidades en el piano, interpretando en portugués y español y mezclando nuevas composiciones, clásicos y su último álbum inspirado en la música brasileña, «Secrets of My Heart».
Sarah McKenzie, la talentosa cantante y pianista australiana, está actualmente de gira por Europa, y anoche, 4 de noviembre, la ciudad de Madrid tuvo el privilegio de ser testigo de su increíble actuación en La Sala Villanos en el marco del Festival de JazzMadrid 2023 y Villanos del jazz.
A pesar del retraso en su vuelo y la posibilidad de no hacer una prueba general, Sarah y su banda entregaron un concierto que dejó al público maravillado, con un sonido espectacular y una actuación que superó todas las expectativas. Se merecían un teatro pero la antigua sala Caracol, convertida ahora en Sala Villanos y acomodada también con asientos, ofreció un sonido de primera gracias a su adecuada sonorización.
El concierto, que estaba completamente agotado, atrajo a una multitud que llenó las calles colindantes, ansiosa por presenciar el talento de esta destacada artista.
Sarah McKenzie demostró anoche ser una verdadera virtuosa, cautivando a todos con su voz impresionante y su habilidad sobresaliente en el piano. Sus dedos son capaces de hacer magia sobre las teclas del piano, creando melodías de auténtico jazz. Su singularidad es incuestionable, la identificarás al instante. Y lo que la distingue verdaderamente es su absoluta entrega a nada más que la música, disfrutando visiblemente de cada momento. Es innegable que Sarah McKenzie es una de las mejores artistas de su generación, con un carisma que ilumina el escenario y una voz que toca el corazón de todos.
La artista deleitó al público cantando tanto en portugués como en español, mostrando su versatilidad y su profundo respeto hacia artistas clásicos y en especial anoche, a artistas de Brasil. El público se rindió ante su encanto y su talento y también aplaudió efusivamente a cada uno de sus músicos. Y es que si hay algo que le preocupaba a Sarah durante toda la noche, es que toda su banda tuviera su momento de gloria de manera individual.
Una banda de primera categoría
La banda que la acompañaba en el escenario estaba formada por músicos de primer nivel. La manera en que se se complementaron fue realmente destacable y deberían considerar la posibilidad de establecer una banda permanente juntos. Ulf Wakenius en la guitarra, Pierre Boussaguet en el bajo (con un gran parecido al actor Jim Carter) y Sebastiaan de Krom en la batería, brillaron con su destreza y maestría. Ulf Wakenius incluso interpretó un emocionante tema solo “Blues for Oskar” en el que abandonaron todos el escenario, incluyendo a la propia Sarah. Ulf es un aclamado músico de jazz sueco, conocido como miembro del último cuarteto de Oscar Peterson donde actúa desde 1997.
El solo del bajo, a pesar de los problemas con el ruido del aire acondicionado, fue una muestra del virtuosismo de Pierre Boussaguet. De la misma manera y al final del concierto, el baterista Sebastiaan de Krom se llevó una gran ovación en la noche con su impresionante exhibición, la que por cierto tenía diferentes agarres de baquetas en cada mano. Hubo un quinto miembro del que no hemos hablado en el escenario que era un oso de peluche que miraba hacia el público y que estaba como asomando desde un maletín.
Un repertorio de lo más variado pero contundente.
Cuando el concierto comenzó, Sarah McKenzie se hizo de rogar y dejó a sus músicos por un rato en el escenario, creando así una atmósfera de expectación. Vestida elegante de blanco, hizo su entrada triunfal unos minutos después y cautivó a todos con su presencia carismática. No paró jamás de sonreír.
El repertorio del concierto incluyó una mezcla de canciones de su nuevo álbum, Secrets of My Heart, inspirado en la música de Brasil, donde destacaron «Corcovado» con el que inició el concierto, «Chage de Saudade«, «The Girl from Ipanema» o «Bonita«.
Sarah compartió en nuestra entrevista hace dos semanas: «Grabar un disco inspirado en Brasil siempre había sido mi sueño de adolescente. Es imposible no caer rendida a una música tan vibrante y rítmica y no sentirse inspirada por ella». La dedicación de Sarah a esta música fue evidente en su interpretación apasionada.
Dirigió unas palabras durante la actuación al brasileño Romero Lubambo (guitarrista de gira de Astrud Gilberto) y el legendario Jacques Morelenbaum (violonchelista original de Antonio Carlos Jobim) con los que grabó este último disco.
Sarah también presentó composiciones completamente originales, como «L. A. Police» que captura la frenética actividad de los coches de policía durante su estancia en los Estados Unidos, y «Schneller», inspirada en la velocidad de los automóviles en Alemania. Estos dos temas parecían transportarnos directamente a esas situaciones, con las notas y los compases dialogando entre sí y en perfecta sintonía con el resto de músicos.
Hubo espacio para clásicos entre los que estuvieron «Fly Me to the Moon», originalmente de Bart Howard y popularizado por Frank Sinatra, y «Let’s Face the Music and Dance», originalmente escrita para la película «Follow the Fleet» (1936), en la que fue interpretada por Fred Astaire y Ginger Rogers y popularizada por Diana Krall.
Quiero señalar que de todas las canciones, nuestras antiguas favoritas compuestas por ella misma, fueron excepcionales “I wish I love you”, “I felt in love with you”y «De nada», con esta última consiguió que la audiencia se uniera timidamente a tararear con ella.
Al despedirse del público, Sarah McKenzie expresó su felicidad y gratitud, dejando a todos en la audiencia con un cálido y duradero recuerdo de su noche en Madrid: “Estoy muy feliz, muchas gracias, Madrid”.
Su talento, carisma y la maestría de su banda convirtieron el concierto en una experiencia inolvidable para todos los presentes.
Fotografías de Ana Hortelano. Compartimos debajo un carrusel con las mejores fotos.
