Anoche, en La Paqui de Madrid, The Magnetic Fields ofreció un emocionante concierto que incluyó una interpretación de sus últimas y mejores composiciones junto con clásicos antiguos. La velada comenzó con Conchúr White, quien ejecutó siete canciones y compartió detalles sobre su próximo álbum, Swirling Violets. Fue una noche llena de magia.
Ayer 6 de noviembre, en La Paqui de Madrid, el grupo conocido por sus sonidos lo-fi, synth-pop, chamber pop y folk, The Magnetic Fields, ofreció una excitante interpretación de algunas de sus últimas y mejores composiciones mezcladas con antiguas favoritas.
El grupo estuvo formado por el multiinstrumentista y vocalista Stephin Merritt, con una resonator guitar ataviada con venda neuromuscular rosa, junto con Shirley Simms en co-liderazgo vocal y ukelele, Tony Kaczynski (con cierto parecido a Paco Loco) en la guitarra, Sam Davol en el cello eléctrico y Chris Ewen a los teclados y con un portátil.
La composición sarcástica e irónica, y en algunos casos más romántica o infantil, de las canciones de Merritt es fundamental para el proyecto, a pesar de que como líder modesto, siempre se sienta feliz de compartir el protagonismo con sus talentosos compañeros de banda.
Merritt y Simms intercambiaron voces durante toda la noche, y sus estilos se complementaron muy bien entre sí. Seguramente Merritt haya perdido algo de agarre con su voz, pero ¿existe alguien con un ingenio tan peculiar o una voz más profunda que Stephen Merritt? Junto con los extravagantes toques de ukelele y violonchelo, el resultado fue un sonido íntimo y abrasador.
Después de años de siempre perderme sus actuaciones, finalmente tuve la oportunidad de ver a The Magnetic Fields, y no tengo palabras para expresar la belleza de este concierto. Si las entradas no llegaron a agotarse oficialmente, estuvieron a punto, porque no cabía ni un alma en la Sala La Paqui.
Un repertorio magistral de 30 canciones
El conjunto de 30 canciones que presentamos en este enlace de Spotify reflejan con precisión las canciones que se escucharon durante la actuación, pero no había ni una lista de canciones en el suelo y tampoco Merritt, un hombre de pocas palabras, nos dijo de qué canciones se trataban en ningún momento. En cualquier caso, señaló puntualmente los discos de los que provenían algunas de ellas.
Comenzaron con «Castles of America», seguida de «I Don’t Believe in the Sun», y concluyeron el concierto con «A Chicken With Its Heads Cut Off», «100.000 Fireflies», e «It’s Only Time». Los aplausos más efusivos del público, que se mantuvo particularmente respetuoso y silencioso, llegaron con canciones de su álbum 69 Love Songs, como «Papa Was a Rodeo», «All My Little Words», y «The Luckiest Guy on the Lower East Side», esta última interpretada por Tony y que generó la mayor ovación de todas.
Obviamente con “The Book of Love” hubo un estallido de amor profundo hacia la banda, canción con la que Merrit vaciló que ya había interpretado una niña en The Voice of Kids. Podéis ver a qué se refería aquí.
Otro momento, bastante cómico fue cuando Merrit se quedó con las mangas del jersey colgando y moviéndolas en plan muppet mientras cantaba “Andrew in Drag». Se ve que no se podía quitar el jersey en otro momento. ¡Nunca sabremos si estaba planeado o no era premeditado!
Hubo cuatro temas que me estremecieron especialmente, y que llegué con muchas ganas de reproducir en bucle antes de acostarme: “Drive on, Drive” incluido en el álbum Distortion, “01: Have You Seen It in the Snow” perteneciente a su disco 50 Song Memoir y “Smoke and Mirrors” de Get Lost, y “Quick!” de Love at the Botton of the Sea.
Conchúr White: El gran hallazgo de la noche
Previamente a The Magnetic Fields nos deleitamos con la voz y la guitarra de Conchúr White, quién inauguró el concierto y sin duda fue un gran hallazgo. El solista se mostró muy cercano al hablar con la audiencia. Su actuación fue muy íntima y accesible.
Durante la misma, interpretó un total de 7 canciones. En un momento de la noche, explicó que ni siquiera la gente en Irlanda sabe pronunciar su nombre, lo cual reveló cuando un chico de la audiencia le preguntó abiertamente quién era.
Durante el concierto, no faltaron sus hermosas canciones “Deadwood” y “Rivers”. Además, nos informó que su próximo álbum, titulado Swirling Violets, se lanzará el 19 de enero de 2024. White compartió una anécdota interesante sobre la grabación de una de sus canciones: A la hora de ponerse a grabarla con su coautor y productor, Iain Archer, no estaba convencido del tema en un principio. Sin embargo, mientras iba al baño y veía todos los discos de oro en las paredes, pensó que tenía que confiar completamente en él. Todo esto contado con humor, claro.
Aquí acaba la crónica del concierto de anoche. Una velada de magia absoluta y con momentos muy bonitos.
Fotos de Jorge T. Gómez