Cuando el afamado productor Rick Rubin acuerda separarse de su colega Russell Simmons, su primera decisión será llevarse a su flamante nuevo sello Def American a tres bandas: Slayer, Danzig y la formación que nos ocupa, Masters of Reality, cuyo líder, Chris Goss, había tomado el nombre del álbum clásico de Black Sabbath.
El disco homónimo resultante se convierte en un preciado clásico underground desde el momento de su publicación, en 1988. Hard rock, blues, country o folk son los ingredientes de un ecléctico trabajo que más de treinta años después no ha perdido su frescura y que con temas tan brutales como ‘Kill the king’, ‘John Brown’, ‘The blue garden’ o ‘Domino’ sigue sonando tan directo como un crochet en plena mandíbula.
En 2012, viendo cómo se cotizaban los originales en vinilo de dicho trabajo, Goss decidió reeditarlo conjuntamente al recomendable directo ‘How high the moon’ (1997). Grabado en el Viper Room, propiedad en otros tiempos de Johnny Depp, nunca se había publicado en dicho formato.
Recoge temas de los dos primeros álbumes de la banda (recordemos que en el segundo, Sunrise on the sufferbus (1992), formaba parte del grupo nada más ni nada menos que Ginger Baker a la batería), más algún tema inédito como ‘Jindalee Jindalie’, donde participa el malogrado Scott Weiland. Curiosamente, Chris Goss se haría conocido más adelante por ser el productor de dos bandas fundamentales de los noventa: Kyuss y Queens of the stone age…