El cartel del V Rootfest tuvo entre los nombres de esta edición el de Sarah Shook & The Disarmers. La cantante de Rochester vino con su nuevo disco «Nightroamer» bajo el brazo dispuesta a repetir el éxito del año pasado.
Sin embargo algo se quedó por el camino. Quizás fuera el frío de Noviembre, la ubicación del concierto o la inflación tan recurrida como excusa. Lo cierto es que la sala Upload se quedó grande para recibir a Sarah Shook & The Disarmers. Contados por encima no creo que llegara a pasarse un centenar de espectadores. Algo que a priori tampoco vendría a ser un problema (siempre que no seas el promotor). Porque lo cierto es que quién se acercó a un Poble Espanyol, aún decorado para estirar la fiesta de Halloween, puso mucho de su parte.
El último trabajo de la artista americana está más lleno de corazón que de revoluciones. Quizás por eso el concierto, a pesar de las iniciales “Good As Gold” y “Talking To Myself”, tuvo un carácter más tranquilo y reflexivo de lo que se esperaba. Parece que con “Nightroamer” Sarah Shook ha abrazado con cariño el country más reposado y ese carácter acabó contagiando al resto del repertorio. O como poco que le costara entrar en calor. Algo que no resulta ningún demérito sobre la calidad de las composiciones. Temas como “Been Loving You Too Long” o “Nothing Feels Good But Doing Wrong” dejan un buen sabor de boca. Pero la vitalidad no vino a ser una de las cualidades de la noche por parte de Sarah.
No así el resto de la banda, que consiguieron que el concierto diera una sensación de buen ritmo. El trabajo de Nick Larimore en el pedal steel resultó francamente refrescante y muy interesante. Blake J. Talent salía de su rincón para demostrar su calidad con la guitarra. Y la base rítmica compuesta por Andrew Lambie al bajo y Jack Foster en la batería aportan la contundencia. El relajado camino nos llevó a pasear por “No Mistakes”, “Damned” o “Someone Else” antes de que “Sidelong” nos fuera sacando del letargo. Quien compara sus registros vocales con los Dolores O’Riordan tienen en este tema su mejor baza. Aunque yo la vi mucho más parecida a Chrissie Hynde en general. Y para muestra el botón de “Backslider”.
A partir de “Fuck Up”, el concierto fue ganando parte de la intensidad que se esperaba de él. “Heal Me” o el cierre antes de los bises con “If It’s Poison” aportaron un calor que se echó de menos en el resto del show. No se hicieron mucho de rogar para salir a rematar el repertorio. Lo hicieron con dos buenos temas como “Years” y “No Name” dejando la agridulce sensación de que podría haber sido mejor concierto del que fue. En general, las canciones parecía que iban cayendo de manera casi lineal. Tampoco ayuda que presentase a los miembros de la banda como con desgana y dentro de un trámite por cumplir. O quizás simplemente no fue un buen día para Sarah Shook, que, como todos, tiene derecho a tenerlos.
Fotos: Desi Estévez
