Tigran Hamasyan fusiona Jazz, Metal y Tradición en El Teatro Pavón | Crónica concierto

Tigran Hamasyan Teatro Pavón

Cada detalle de la actuación del concierto de Tigran Hamasyan en el Teatro Pavón de Madrid se convirtió en un impacto de escala inolvidable, una invitación a reflexionar sobre los límites a los que la música puede llegar. Presentó principalmente su trabajo The Call Within en el marco del Festival Internacional de JazzMadrid y Villanos del jazz.

Hoy en el icónico Teatro Pavón de Madrid, disfrutamos del gran Tigran Hamasyan, el virtuoso pianista armenio de renombre internacional conocido por su estilo musical ecléctico que fusiona las raíces propias con el jazz, la música clásica y el metal progresivo. La ovación de público fue tan apabullante que nos regaló dos bises.

Gracias a la entrevista realizada a Tigran por Dirty Rock, contábamos con una información privilegiada: no sumergiríamos en su álbum The Call Within pero también habría espacios para algunos de sus temas más conocidos, eso sí, nada convencionales.

La actuación comenzó con Hamasyan en solitario, en lo que parecía un tema de lo más apacible. De repente, sin previo aviso, su batería Arthur Hnatek y su bajista Marc Karapetian irrumpieron en escena con una explosión de energía, revelando la complejidad rítmica de su música y dando paso a su “Levitation”.  La batería establecía un pulso constante, mientras que el resto de los instrumentos se sumergían en ciclos complejos con una precisión asombrosa.

El concierto de Tigran Hamasyan fue una experiencia musical fascinante y ecléctica. La actuación combinó momentos de serenidad con explosiones de emoción creando una noche única y memorable para los asistentes. Algunos de los temas que nos llevaron a este viaje fueron “The Dream Vogater”, “Our Film” o “New Maps”.

Aunque Hamasyan ocasionalmente experimenta con sintetizadores, esta vez se limitó exclusivamente al piano de cola, demostrando una maestría excepcional. Fue impresionante observar sus dedos moviéndose con tal destreza entre acordes rápidos y ráfagas de notas aún más veloces, para estar retando las leyes de la gravedad.

En ocasiones, se inclinaba hacia adelante sobre el piano de manera tan pronunciada que se veía su mirada de concentración reflejada en el mismo. Otras veces saltaba con su túnica de colores azules y verdes y tocaba de pie durante unos segundos en medio del explosivo caos. Escuchamos también sus silbidos y durante más de 5 minutos le cedió los honores a su batería, un músico de primera.

No es de extrañar que experimentando con compases extraños y coqueteando con el heavy metal, Hamasyan haya sido elogiado y admirado por muchas leyendas del piano como Herbie Hancock, Brad Mehldau y el fallecido Chick Corea.

Para la audiencia, la mejor manera de disfrutar del espectáculo fue simplemente dejarse llevar por la cascada de sonidos, sin preocuparse (preocuparnos) por descifrar cada matiz intrínseco de la música. No obstante, y a pesar de la complejidad y lo poco habitual de su música, la mayoría de la sala estaba repleta de seguidores apasionados, especialmente jóvenes.

Muchísimas gracias a Ana Hortelano por sus fotografías.

 

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