Cuando King Crimson tuvo la osadía de ir más lejos que nadie dentro de la escena del rock progresivo, todos los puentes de la lógica se vinieron abajo; el público y la crítica observaban la anatomía fantástica y épica de una banda insólita.
Una experiencia irresistible para los adictos a la brujería encantada del incipiente ‘symphonic avant-prog’ que esgrimía prodigios técnicos, poesía surreal y una filosofía tan melancólica como apocalíptica que volatizaba lo anteriormente escuchado.
Corría el mes de octubre de 1969 y el aluvión de ideas que supuso «In the Court of the Crimson King» catapultó a King Crimson al estatus de pioneros de un nuevo género: el Art Rock; algo tan misterioso y avanzado, que sus tropos tardaron décadas en ser asimilados.
El REY CARMESÍ MEETS THE FORMENTERA LADY
Primero había conocido el «In Awake of Poseidón» (su primer disco de 1970 y segundo de su carrera) para después disfrazarse de Lagarto medieval encriptado en el Avant -Garde del futuro (Lizard,1970), pero es con el advenimiento de la etérea Señora de Formentera,que alcanza un lirismo que escandaliza con sus horarios nocturnos marcados por un jazz- rock enigmático; que escribe «The Letters» y «Sailor’s Tales» en el sol esmerilado de la música de cámara contemporánea .
Un disco magistral que sortea la confusión de los bruscos, audaces y necesarios cambios de formación. Una obra que viste el rock progresivo de eclecticismo , con un Robert Fripp imprescindible que ya por esa época ya era la auténtica encarnación del personaje que designa a la banda.
Texto por Manuel Cova Tenard.
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