Rodrigo y Gabriela desembarcaron en Barcelona tras siete años sin girar por estas tierras para presentar su reciente “In Between Thoughts… A New World”. Englobado dentro de una obra conceptual que se completará con su continuación durante el próximo año, el dúo mejicano parece iniciar una nueva etapa en su carrera.
Muchas eran las ganas que tenían los seguidores de Rodrigo y Gabriela de ver al dúo en directo. Su puesta en escena, la originalidad de sus composiciones y la proximidad que mostraron desde el inicio con el público hizo que su popularidad creciera exponencialmente. Todo aquel que se acercó a la sala Razzmatazz el pasado día 9 de noviembre seguro que lo hizo para recuperar todas y cada una de esas sensaciones. Bueno, igual todo el mundo no, a tenor del continuo murmullo que hubo durante gran parte del concierto en las últimas filas.
Mucho ha llovido desde que Rodrigo y Gabriela aterrizaron en Dublín, ciudad que mereció uno de los temas de la noche, para iniciar esta travesía en la música. Y su última gira es un ejemplo de cómo han crecido y evolucionado a lo largo de los años. Ya no necesitan tirar de referentes, hacer versiones e incluso se permiten el lujo de no mirar al pasado sino al futuro. En el escenario, únicamente cuatro estructuras de metacrilato ocupaban el espacio. Desnudo de instrumentos dejaba claro que la velada iba a tener al dúo mejicano como únicos protagonistas. La primera sorpresa fue no ver a los dos con guitarras españolas. Solo Gabriela guardaba sus dedos para las cuerdas de nylon, mientras Rodrigo dejaba que la electricidad se ocupara el resto.
El resto de instrumentos venían lanzados desde la mesa listos para que ambos llenaran las atmósferas sonoras con los punteos de Rodrigo y el percusivo estilo de Gabriela. Desde la inicial “Astrum In Corpore”, tema inédito que formará parte de la segunda parte de este “In Between…”, el dúo pretende acercarnos al no-dualismo a través de múltiples parajes sonoros. El inicio duro y contundente del concierto pasa a las amables notas de “True Nature” con un contagioso ritmo lleno de una sensación de luz. “The Eye That Catches The Dream” pone un tono más calmado y reflexivo que me recuerda a los últimos trabajos de Anathema. El viaje parece cruzar algún desierto digno del far west mientras suena “Egoland”. Es en este momento en el que el dúo saluda al público asistente y aclara el concepto de esta gira.
“Monster” es otra canción inédita en la que Gabriela nos invita a que cada uno le pongamos nuestros propios monstruos como protagonista. Desde los iluminados cubos transparentes, la oscuridad de esos monstruos se va aclarando a medida que se enfrentan a ellos. Las pinceladas psicodélicas de “Seeking Unreality”, con ese final tan Jame Bond, nos lleva al frenesí de “The Ride Of Mind”. Con “The Simurgh”, en la que una robotizada voz de Rodrigo ponía el contrapunto vocal a las melodías orgánicas del dúo, llegó el solo de Gabriela. La intensidad y la manera con la que se relaciona con su guitarra española es un espectáculo en sí mismo. Eso sí, lamentablemente ensombrecida por tener que escuchar a gente chistando para que la parte trasera de Razzmatazz 2 guardara un mínimo de silencio. Algo que nunca llegaré a comprender, pagar para hablar continuamente.
En fin. Por suerte el tramo final en el que “Broken Rage”, “Finding Myself Leads Me To You” y “In Between Thoughts… A New World” se enlazan le dan un sentido casi catártico al show. Todo un catálogo de sensaciones que se van agarrando a la piel a través de los ritmos que Rodrigo y Gabriela van desgranando. Con ellas dieron por finalizado el gran bloque del repertorio. Solo quedaba por saber si en los bises le darían el gusto a los seguidores más antiguos de escuchar alguno de sus temas más conocidos. Su gozo en un pozo. La gira está confeccionada alrededor de un concepto, y ese es el que prima esta vez.
Así que tras el pequeño descanso volvieron con un tema dedicado a la ciudad que los vió crecer como artistas, “Dublín”. El fin de fiesta lo puso otro tema nuevo, aún sin título, durante el cual Rodrigo y Gabriela se bajaron del escenario para tocar entre el público. Un broche final con el que además cerraron su periplo europeo, en el que prometieron volver muy pronto. Si lo que esperas es que retomen sus clásicos de nuevo, deberás esperar algún tiempo más, porque ya anticiparon que su próximo disco y puesta en escena seguiría el mismo planteamiento. Interesante, pero alejándose poco a poco del carácter y la fuerza de aquellos primeros discos, puede que haga bajarse del carro a más de uno. Ojala entre esos, estén los que se dedican a comentar y hablar durante todo el recital.
Fotos: Desi Estévez
