Cada álbum cocinado por Hiromi Uehara (Hamamatsu, 1979) acaba siendo una verdadera exquisitez. “Sonicwonderland” (Telarc, 2023) es otro ejemplo de que la pianista y compositora japonesa está dispuesta a atravesar cualquier frontera que se le ponga por delante en el mundo del Jazz. Hiromi siente cada proyecto como algo realmente único, un instante que vive con total plenitud, por lo que el grupo con el que presenta esta obra se llama Hiromi’s Sonicwonder. Su propuesta es eléctrica y alegre, en contraste con el precedente “Silver Lining Suite” (Telarc, 2021), en el que se acercó a la música clásica para regalarnos un trabajo barnizado de belleza y sensibilidad. No debe extrañarnos esa valentía en alguien que ha tocado con leyendas como Chick Corea o junto a músicos del prestigio de Andy Jackson, Simon Philips o Edmar Castañeda. Pero en esta entrevista también descubriremos alguna cosa más, como su pasión por la gastronomía. De hecho, los ingredientes básicos de su receta musical son la creatividad y el talento.
Te he visto tocar en Barcelona hace unos años y es realmente extraordinario observarte tocar el piano con la energía de Jerry Lee Lewis. Pero al momento regresas a una manera de tocar mucho más delicada. ¿Cómo lo consigues? Es algo asombroso y, a la vez, mágico.
El piano es un instrumento orquestal y se pueden hacer muchas cosas, puede ser un instrumento melódico y de percusión a la vez; adoro tocar siguiendo ambas dinámicas.
Tu último álbum, “Sonicwonderland” es muy distinto a “Silver Lining Suite”. ¿Cuáles son tus sentimientos hacia “Sonicwonderland”?, ¿cómo definirías este disco?, ¿es un retorno a tus inicios, a tus primeros trabajos?
Siempre me ha encantado tocar teclados eléctricos y sentía que era el momento exacto para regresar a mi vertiente eléctrica con los músicos adecuados que busqué para este proyecto.
De hecho, en “Sonicwonderland” has trabajado con grandes músicos como Hadrien Feraud y Gene Coye pero me ha gustado especialmente Adam O’Farril con su trompeta en “Polaris”.
Todos ellos son músicos únicos y asombrosos, la trompeta de Adam suena como una voz, con un sonido muy emocionante.
Hablando de voces, una colaboración realmente interesante ha sido la de Oil Rockerberg cantando en “Reminiscence”, ¿cómo se te ocurrió esta idea?
Estudié en Berklee con Oli Rockberger y siempre he sido fan de su música. Cuando empecé a escribir esta canción, “Reminiscence”, comencé a escuchar su voz junto con este tema, así que le llamé y escribimos la letra juntos.
Cuando pienso en toda tu discografía, me doy cuenta de que cada álbum es siempre distinto al anterior, ¿es tu marca de fábrica, algo así como tu sello personal?
Sencillamente soy honesta respecto a lo que quiero escribir y tocar en cada momento y, a menudo, eso está determinado por con quién deseo tocar.
Regresando a “Silver Lining Suite”, este álbum se grabó durante la pandemia y opino que refleja tus sentimientos sobre aquellos momentos tan duros. Creo que la pandemia te cogió de gira por Estados Unidos, concretamente en Seattle. En este álbum trabajaste con músicos especializados en música clásica como Wataru Mukai (chelo), Meguna Naka (viola), Tatsuo Nishie (violín) y Sohei Birmann (violín). ¿Qué me puedes comentar sobre esta experiencia?
Desde que estuve en Japón, quedándome en casa como todo el mundo, estuve tratando de pensar qué podía hacer dadas las circunstancias, y entonces pensé en trabajar con Tatsuo Nishie, con quien toqué en un espectáculo orquestal en un par de ocasiones. Él es concertino de la New Japan Philharmonic y siempre está muy abierto improvisar a nivel musical. Por mi parte, siempre he sido una admiradora de los instrumentos de cuerdas y quería escribir algo para ellos, así que pensé “bien, ahora ha llegado el momento”.
Tengo mucha curiosidad acerca de una pieza de ese disco que se titula “Ribera del Duero”. ¿Cuál es el origen de esta canción? Observo en tus redes sociales que realmente te apasiona la gastronomía. Por cierto, ¿cuál es tu plato preferido?
Mi plato favorito es el ramen (nota del redactor: se trata de un plato de fideos muy popular en Japón), aunque también me gusta el vino tinto. En España descubrí ese vino, el Ribera del Duero, y me enamoré de su sabor y por esa razón le dediqué una canción tras probarlo.
Me gustaría que me comentaras algo sobre los discos que grabaste como parte del The Trio Project como “Voice” (2011) y “Sparks” (2016). Supongo que trabajar con músicos de la talla de Andy Jackson y Simon Philips supuso una experiencia fantástica.
Son una sección rítmica invencible, disfruté de una química musical muy fuerte.
Otra colaboración interesante fue con Edmar Castañeda.
Nunca había visto a nadie tocar el arpa como él y realmente me inspiró para que escribiera música para piano y arpa, otro artista con el que francamente disfruté de una química musical muy especial.
En 2006 actuaste en Tokyo con Chick Corea, ¿cómo lo recuerdas? Hablamos de una verdadera leyenda.
Fue como caminar a través de una biblioteca gigantesca; tanto conocimiento, tanta expresión…
Háblame de tus influencias como, por ejemplo, Oscar Peterson y McCoy Tyner.
Oscar es uno de los primeros pianistas de Jazz que descubrí cuando sólo tenía ocho años y me enseñó lo que significa el “swing” gracias a su música. A McCoy, aunque lo aprecie mucho como intérprete, también me gusta mucho como compositor.
¿Había mucha música en tu casa cuando eras pequeña?
Realmente no, nadie en mi familia se dedicaba a la música, pero yo estaba decidida a descubrir música maravillosa desde muy pequeña porque mi primer profesor de piano era un fanático del Jazz.
¿Cuáles son tus planes para el futuro?
Seguir de gira con Hiromi’s Sonicwonder durante un tiempo.
Fotos Mitsuru Nishimira.