Así sí, o al menos parece que están cambiando un poco las cosas. Me refiero a la buena afluencia de público para ver en sala a una banda perteneciente a la escena local. Cosa que da la impresión que parecía ya destinada a los festivales, a los grandes conciertos o al menos a nombres ya consolidados desde hace un tiempo.
Esperemos que la alegría no dure poco en este tipo de conciertos como en casa del pobre De esta estupenda guisa y con extrema puntualidad tomaron su posición en las tablas los encargados de abrir la noche: Monte Vista Drive. Que visto lo visto y observada la reacción del público no acabaron de calar entre una audiencia que quizás no era la que les correspondía. Su propuesta de cariz muy noventero con ecos a Nick Cave, Mark Lanegan, Screaming Trees e incluso Pearl Jam está más que bien ejecutada, no muestran fisuras e incluso hay que reconocer que el vocalista raya a un nivel muy alto.
Pero hubo algo que no acabó de funcionar, quizás su puesta en escena más deudora del shoegaze que de la energía rock, o una falta de imagen que en el rock es bastante importante creara una barrera entre ellos y el público, y en algunos momentos la intensidad no fuera la necesaria para lo que tenía que venir después. Igualmente habría que catarles en otras circunstancias, donde su propuesta encajara mejor.
Con un breve paréntesis, Saturna aparecieron en escena y enseguida captaron la atención del público. Y con toda la lógica del mundo, ese inicio con ‘The Never Ending Star’ con ecos de Black Sabbath (los de Ozzy, por supuesto) y también de The Allman Brothers Band fueron recibidos con un inaudito entusiasmo.
Habían salido a jugar con cartas ganadoras y bien que las supieron usar. Y es que una de esas cartas llevaba el nombre de ‘The Reset’, ese estupendo disco publicado a finales de 2023, del que dejaron claro que iba a ser el protagonista de la noche, con apenas concesiones a su pasado como las dos canciones que recuperaron de su anterior Atlantis (2020).
Prácticamente cayeron todas las canciones de ‘The Reset’ con momentos de mucha intesidad hardorckera como ‘Your Whimsical Selfishness’ u ‘On Fire’ combinados con remansos más psicodélicos y lisérgicos del nivel de ‘December’s Dust’ o ‘The Sign’. Además la ejecución instrumental rozaba la perfección. Un gran acierto haber incluido en la formación al The Mothercrow Alexandre Sánchez, que junto a James Vieco forman una dupla de contrastado buen gusto a las guitarras con un gozoso intercambio de solos y fraseos a las seis cuerdas.
Y lo mismo se puede decir del invitado a las teclas, Toni del Amo que enriqueció cosa fina el menú retro que estábamos degustando. Con todas estas buenas sensaciones se encaró la recta final con el extenso e intenso crescendo de ‘Made Of Stone’. Punto y final con un bis en el que homenajearon a Deep Purple con una robusta y fiel ‘Black Night’.
Todo perfecto, una noche en la que se recordará que Saturna pasaron de promesa a firme realidad, todo ello logrado poco a poco y sin ningún aspaviento. Dulce solvencia retro contrastada.
Fotos Desi Estévez.
