A pesar de abandonarnos demasiado pronto, Tommy Bolin dejó huella. Una huella trufada de frescura, experimentación e imaginación. Un guitarrista con sonido e identidad propia que tuvo la difícil tarea de sustituir a varios iconos de las seis cuerdas (Blackmore en Deep Purple y Walsh/Troiano en James Gang) pasando la prueba “cum laude”.
Músico más que inquieto, forma Zephyr en el 69 y comienza a dar salida a un ideario basado en una amalgama de jazz rock fusión con rock más contundente y unas gotas de funk.
Este hibrido sonido sería la marca de la casa en la carrera del guitarrista de Iowa, colaborando posteriormente en discos fundacionales del género como el “Spectrum” de Billy Cobham o “Mind Transplant” de Alphonse Mouzon.
Después de impresionar en los arrinconados James Gang con “Bang” y el tremendo “Miami”, Coverdale le reclama para el Mk IV, una de las formaciones más excitantes de la banda británica, dejando para la posteridad el sublime “Come Taste the Band”.
Ese mismo año publica su debut en solitario, “Teaser”, donde da rienda suelta a esos esbozos ahora permitidos por su condición de artista en solitario.
Muchas cosas que contar en 1976: en junio graba el nuevo disco, en julio se finiquita Mk IV y gira con la Tommy Bolin Band, en septiembre sale al mercado “Private Eyes” y en diciembre muere de sobredosis en Miami después de haber abierto la noche anterior para Jeff Beck.
Si bien “Teaser” es más individualista y personal, con multitud de colaboraciones, “Private eyes” es más cohesionado y un pelín más contundente, con Bolin tocando acompañado de su propia banda.
Volcánico inicio con una “Bustin’ Out for Rosey» sobrada de funky y groove, una «Post Toastee» que comienza Purpleniana para iniciar después su propia aventura y una «Shake the Devil» con un riff setentero de manual. «You Told Me That You Loved Me» destaca por sus vientos y la slide, y no podemos dejar de lado apetitosos medios tiempos como «Gypsy Soul» y «Someday We’ll Bring Our Love Home».
Un viaje demasiado corto que nos deja con la agridulce sensación de un fascinante legado y la eterna pregunta de hasta dónde podía haber llegado…