Ward Hayden & The Outliers muestran la luz en Barcelona

Ward Hayden & the Outliers recorren el territorio nacional con doce fechas en las que rinden tributo a Hank Williams. La sala 3 de Razzmatazz acogió una velada de alto octanaje músical. 

El primer concierto del año siempre tiene un extraño condicionante personal. De alguna manera, hago recaer en ese evento el devenir del nuevo curso musical. A fin de cuentas no es más que una de esas rarezas que todos tenemos en mayor o menor medida, pero siempre da gusto pensar que el año seguirá ese rumbo. Este 2024, el peso recayó sobre Ward Hayden & The Outliers y el espíritu indomable de Hank Williams. Poco homenaje se le da a alguien que con solo 29 años fue capaz de remover los cimientos del country y dejar joyas imperecederas y atemporales en la música. Con una ecuación como esta, la equis a despejar tenía un resultado bastante claro. El año musical iba a empezar muy bien.

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Al llegar a la manzana donde se ubican las diferentes salas de Razzmatazz estaba claro que las largas colas no eran para ver a Ward Hayden. Solo hacía falta echar un vistazo a las generaciones que las componían o dejarse llevar y seguir a quien llevara sombrero vaquero para llegar a buen destino. Sin prisas pero sin pausa la sala pequeña de Razzmatazz fue llenándose para disfrutar de la velada. Mientras llegaba la hora de los ex Girls, Guns and Glory, su road manager habitual en Europa Florent Dufour (y miembro de Chicken Fried) nos regaló cuatro temas acompañado de su acústica. Tiempo suficiente para mostrar algo de su cosecha y recordar al recientemente fallecido Shane MacGowan.

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Con la sala llena y el ambiente creado solo quedaba que Ward Hayden y los suyos subieran al escenario. Siguiendo con el guión ya conocido, los cuatro músicos se lanzaron a por el legado de Hank Williams con “Move It On Over” y “Why Don’t you Love Me”. La calidad que The Outliers destila sabe al mejor bourbon que pueda existir. Los temas de Williams suenan frescos y con un extra que le ofrece estar sazonados por los arreglos para una banda como esta. Cody Nilsen, aportó a “Your Cheatin’ Heart” el steel guitar y toda una masterclass con su Telecaster en “Ramblin’ Man”. Greg Hall al bajo y Josh Kiggans a la batería eran el corazón que latía a ritmo sin perder un compás. 

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Por nuestros oídos fueron pasando “Long Gone Lonesome Blues”, “Lost Highway” o “Honky Tonkin’”, el favorito de Hayden. Terminaron el homenaje a Williams con uno de los temas menos conocidos pero que Hank siempre eligió como favorita “I’m So Lonesome I Could Cry”. Y sin dar mucho respiro comenzaron la segunda parte del concierto dedicada al material propio. Con la banda lanzada, el repertorio de Ward Hayden brilló con la misma intensidad que el material de Williams. Su reciente “South Shore” contiene grandes temas que merecen estar en el repertorio como el tema que le da título o “(Breaking Up with) My Hometown”

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Aunque fue el repertorio de Girls, Guns and Glory el que llevó el peso del concierto. Temas como “Rock ‘n Roll”, “Root Cellar”, “Empty Bottles” o una intensa “All The Way Up To Heaven” colmaron de buen gusto Razzmatazz 3. Incluso hubo tiempo para un par de versiones en esta segunda mitad. La primera, la clásica “On The Road Again” de Willie Nelson, que tuvo a Greg Hall como voz principal. “Brilliant Disguise” de Bruce Springsteen, editada como single hace unos meses, fue el sorprendente cierre de concierto. Aunque muy disfrutable, entiendo que hubiera quien considere que este tema se salía un poco del resto. 

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La banda dejó el escenario para firmar y hacerse fotografías con un público que aún quería más. Y es que Ward Hayden & The Outliers habían dejado fuera del tributo de la primera parte la piedra angular de Hank Williams. “I Saw The Light” fue el broche de oro con el que los de Boston  dieron por concluido el concierto. Por lo que se pudo comprobar, fue capaz de satisfacer a todo el que estuvo presente. Y que la banda se lo había pasado tan bien como el público. Solo hacía falta echar un vistazo general para ver que el mundo salía convencido de que el año musical había empezado muy, pero que muy bien.

Fotos: Desi Estévez

 

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