El festival de Jazz de Barcelona abre cada año ventanas desde las que ver fronteras algo alejadas al purismo del género. Una de esas “finestres” tuvo el lujo de contar con Ariel Rot y Kiko Veneno, con una fecha en la que dan punto y final a un viaje que les ha llevado durante casi dos años por todos los rincones del país.
Siguiendo la estela del producto televisivo, Ariel Rot decidió darle continuidad sobre los escenarios por toda la piel de toro. Junto con Kiko Veneno, llevan al directo la fórmula del programa invitando a músicos con los que diferenciar los shows. En estos días en los que mantener un secreto resulta casi imposible, esta no fue una excepción y antes de empezar ya se conocía que Tomasito y Jairo (Muchachito) iban a ser los invitados especiales.
La belleza de un entorno modernista como es el Palau de la Música sirvió como envoltorio para un regalo cargado de nostalgia para los oídos. Nada menos que tener a disposición parte de lo mejor del pop español de los últimos años en una sola noche. Solo con el currículum de Ariel Rot ya se podría hacer un buen concierto. Pero si a eso le sumamos lo mejor de las composiciones de Kiko Veneno, el éxito está asegurado. Y las pocas butacas que quedaban libres así lo confirmaron.
Diego Pozo (guitarra), Anabel Pérez (teclados), Marcelo Carlos Fuentes (bajo) y José Antonio Jurado (batería) fueron tomando posición en el escenario. Y los dos viajeros comenzaron en Barcelona la última parada de esta larga travesía musical. La velada iba a ser un continuo toma y daca con el cancionero de ambos como referencia. El honor de abrir la lata recayó en la revisitación de Dylan “Memphis Blues Again” con un fino Ariel Rot en los arreglos y solos. La sentencia de una “Dulce Condena” fue la respuesta del argentino.
El intercambio de “golpes” sería el patrón que llevaría el ritmo del concierto. Y es que a cada canción de uno, el público encajaba su respuesta con una sonrisa en la boca. A “Los Delincuentes” de Veneno le siguió “El mundo de ayer”, una de las pocas composiciones de Ariel, junto con “Baile de Ilusiones”, como solista que sonaron. Para poner un poco más de leña al fuego, nada como la aparición de los invitados. Así, el primero en subir fue Jairo Perera (o Muchachito, como prefieran) que se calzó un tema de Kiko Veneno como “Lo que me importa eres tú”. Cantada entre los dos al alimón, tuvo después su momento para mostrar una belleza propia como “Tu Nombre”.
Jairo atravesó el viento “Sin Documentos” para cerrar su primer paso por el escenario dejando el listón muy alto para continuar. Pues si no querías chocolate, dos tazas como son “Lobo López” y “Joselito” para alegría del personal. Grandes los punteos de Ariel Rot en una de las mejores muestras de cómo fusionar con clase el deje flamenco con el blues en esa vuelta de tuerca al cuento clásico que apareció en “Échate un Cantecito”. La alargada sombra de Los Rodriguez y su lado más romántico puso calma antes de la tormenta con “Me estas atrapando otra vez” (a nadie más le resuena “Wonderful Tonight” cuando la escucha?).
Y es que sobre el escenario iba a pasar un tornado con el nombre de Tomasito. Aunque el repitió en numerosas ocasiones que había venido a trabajar, lo cierto es que aquello pintaba más a fiesta y algarabía. A ritmo de bulerías, encandiló al Palau con su locura con “Sobreviviré” y con “Oh Mare” hizo un sutil homenaje a Kiko Veneno. Tomasito es un espíritu libre con un sentido del espectáculo que contagia y arrasa por donde sus taconeos pasan.
Sin apenas darnos cuenta, el ecuador del show se había superado de largo, pero aún quedaban cartuchos que quemar. Recogiendo el ambiente de feria que Er Canijo de Jerez había dejado, la banda se lanzó con “En un Mercedes blanco” hasta dejar a Ariel Rot solo sobre el escenario demostrando su calidad como guitarrista. Sin freno que pudiera detener el ritmo trepidante de la velada llegó “La milonga del marinero y el capitán” y “Echo de menos”. Y los músicos se marcharon del escenario ante la alegría y la merecida ovación que el público les daba.
Pero la fiesta aún no había terminado. Tras un inicio que evocaba las sonoridades de un western clásico Ariel Rot y Kiko Veneno pusieron en pie y a saltar al Palau de la Música con el clásico de Tequila. Nadie ya se volvió a sentar, y con la presencia de Tomasito y Muchachito de nuevo en el escenario terminaron la gran noche a ritmo de “Volando Voy”. el sabor de boca que dejó el concierto en todos era palpable.
Con dos estrellas de la música en español como estas, uno podría pensar en una lucha de egos. Pero nada más allá de la realidad. Como Quincy Jones escribió a los participantes del “We Are The World”, los egos se dejan fuera. Lo que se vió entre Ariel Rot y Kiko Veneno fue el respeto de uno por el otro y la extraordinaria capacidad para aportar un granito personal en las composiciones ajenas. En definitiva, uno de los conciertos más entretenidos del año en el que pudimos disfrutar de música nacional de muchos quilates. Una preciosa manera de recordarnos que hay mucha música de este país que merece ser escuchada.
Fotos: Desi Estévez
