En el continente perdido.
Decía el escritor y coronel Inglés James Churchward haber conocido a un sacerdote indio que tenía unas tablillas de piedra con escritos de Naacal lengua nativa de los pobladores Mu, un continente según decían que yacía sumergido en el océano pacífico, la tierra natal del hombre, una leyenda plasmada en su libro «Mu, el continente perdido».
Un relato que fue acogido con los brazos abiertos por bandas de los años 60 en los que las hadas de oriente vinieron a fraternizar con occidente y la cultura Hindú tuvo una gran influencia en la cultura musical.
Grandes creadores de sueños psicodélicos como Merell Fankhauser alias MU, HMS Bounty o Grateful dead con el nombre de su álbum Anthem of the sun utilizaron este referente como fuente de inspiración.
Formados en Austin, que en los años 60 pasó de ser una pequeña ciudad universitaria a meca de la música rock y country; Bill Miller, (un Roky Erickson aún más alienígena, con instrumento raro incluido, un autoarpa eléctrica) funda en 1968 junto con su amigo y guitarrista Tom Mcgarrigle, la banda de rock Couldron, para pasar más tarde a llamarse Amethyst y empezar a tocar en pequeños locales de underground psicodélico en Austin.
Después de algunos cambios entre los miembros, pasan a llamarse Cold Sun y en 1969 graban Dark Shadows en los estudios Sonobeat, pero el álbum queda en el olvido hasta el año 1991 en el que el sello Rockadelic Records de Dallas lo descubre y lo edita en una versión limitada. Inspirados por los predicadores de la secta del cactus los 13th Floor Elevators, Cold sun construyen una psicodelia similar con textos poéticos y opiáceos, pero con un un tono más melancólico y un spleen desbordante.
El álbum contiene entre otras, largas melodías que expresan una poesía oscura y mística acompañada del espíritu fuzz de los años 60, como here in the year, una composición flotante, un letargo entre el desasosiego y la paz interior. Solemne y elegante, South Texas, es una profunda exploración sonora poblada de venenosas criaturas, o Ra-ma un tema cargado de guitarras ácidas y manipulaciones sónicas.
Con el paso del tiempo Dark shadows pasó a convertirse en uno de los álbumes más importantes del rock de los 60′, venerado por algunos músicos como Jello Biafra que lo definió como el mejor disco psicodélico de todos los tiempos.