No conocía a Giacomo Turra. Cuando salió la programación del festival investigué su trayectoria y me hice un esquema mental de cómo podría ser su concierto. Mi conclusión fue que pasaría un buen rato, nada esencial, agradable, y ya está. Me equivoqué. Porque sí, Turra nos entretuvo durante hora y media. Pero lo hizo con una gran selección de canciones, una sensacional instrumentación y una exquisita banda en modo apisonadora. Y eso ya es otra cosa.
Desde el inicio instrumental el Funk lo llenó todo. Lo que el Soul era para los Blues Brothers el Funk lo es para el italiano: una misión divina. Con unas sobradísimas condiciones técnicas (tremendo el slapp bass aplicado a la guitarra), es de agradecer que siempre ponga su virtuosismo al servicio de la canción, sin triviales teatralidades.
Pero la incontenible intensidad del recital le debe mucho a sus compañeros de viaje: Anna Polinari llenó todos los espacios posibles con su voz y teclado, Alessandro Russo imprimió ese toque diferente de calidad que otorga el saxofón y mención aparte para la sección rítmica: Francesco Dallago al bajo y Matteo Dallapè’ a las baquetas fueron implacables, perfectamente compenetrados y dotando al conjunto de un groove indispensable para entender que es el Funk.
Las covers tan bailables como irresistibles: “Forget me nots”, “September”, “I Wish” y “Superstition” de Stevie Wonder, “Le Freak” y varios “excerpts” y riffs de clásicos del género. Citas italianas a “Tu Vuo Fà L’Americano” y “Ma quale idea” y originales de Turra como “Get into the groove” o “Better” que no desentonaron en absoluto.
Todo ello sin apenas descanso, hilando canción tras canción para regocijo de un numeroso y entregado público. Y es que el entusiasta despliegue físico y espiritual con que la banda encaró el recital les sitúa muy por encima de proyectos similares que no gozan de la fuerza, chispa y ganas de trascender de los italianos. Let’s Go Crazy…!!!
Fotos Noemí Pujolar.