Partiendo de esta premisa se puede entender perfectamente que la sala Wolf situada en Poble Nou registrara una entrada más que aceptable. También es normal, ya que Dogs D’Amour fueron una banda muy especial y con una personalidad muy marcada, y han permanecido en la memoria roquera colectiva de unos cuantos.
El pase empezó con la presencia sobre las tablas de The Jerrycans, que también son los mismos acompañantes de Tyla en esta nueva andadura rememorando a The Dogs D’Amour. Los de Igualada estuvieron treinta minutos desgranando su material propio, que oscila entre los Rolling Stones más puros y el rock americano de un Tom Petty por poner un ejemplo. Buena presencia y buenos músicos consiguieron captar la atención del público.
Y como también son la banda que respalda a Tyla, no hizo falta ninguna interrupción. El protagonista de la noche se subió al escenario para interpretar juntos un tema de los catalanes y enlazando ya con su propio espectáculo y repertorio, que es un extenso repaso a lo más granado de la etapa más clásica de Los Perros del Amor. Y ya de entrada nos dio lo que todos queríamos con ese infalible “Billy Two Rivers”.
Buen comienzo que también dejaba bastante claro que The Jerrycans no tienen ni el encanto ni el carisma de los Dogs originales, pero también que ahora son la banda que mejor puede respaldar al músico británico. Que se mostró en estado puro, con su estilo gypsy un poco a la Willy De Ville y con los efluvios etílicos muy presentes en el ambiente.
Así, sin prisa pero sin pausa y entre tragos a una botella de vino fue encadenando ese repertorio tan único en su especie, al que por supuesto no se le pudo poner ninguna pega. “Heroine”, “Satellite Kid”, “Victims Of Succes”, una curiosamente temprana “How Come It Never Rains”, “Trail Of Tears”, la siempre emocionante “Last Bandit”, “Drunk Like Me”…Al ser un concierto en sala y no tener las urgencias horarias de los festivales Tyla y sus acompañantes se pudieron recrear en cadencias más relajadas como la inesperada interpretación de su oda a Charles Bukowsky, la fenomenal “Bullet Proof Poet”.
Prácticamente dos horas de rock & roll a prueba de cualquier época, donde Tyla no escatimó en esfuerzos ni en ese vino que le ayudó a mantener la esencia bohemia y un poco anárquica que siempre caracterizó a la banda original. Y ya encarando la recta final no pudieron faltar “I Don’t Want You To Go” y la muy coreada “Errol Flynn”.
¿Una noche de nostalgia? Por supuesto, pero con el principal creador y protagonista del repertorio que acometió, con esa voz de borrachuzo en perfecta forma y sin fallar ni una nota, es decir una velada de música y curda de buen rollo. O lo que es lo mismo; el rock & Roll como debe ser.
Fotos Desi Estévez.
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