Israel Nash en Madrid. Sala Copérnico. Sonidos sin traducción

Israel Nash Madrid review crónica Copérnico

Hay palabras que no tienen traducción. Por ejemplo, el inglés no carece de término para “tocayo”. Israel Nash, mi tocayo de Misuri, toco por primera vez en Madrid en octubre de 2013. En aquella ocasión pudimos charlar con él a la salida de La Boîte (FOTO) donde comentamos nuestra homonimia. Aquí la crónica de ese concierto.

Israel Nash Gripka sensibilidad cautivadora, Sala Boite Madrid 17-10-2013

Además, hay manifestaciones culturales que tampoco tienen traducción en otras sociedades. Las canciones de aquel discoRain Plans tampoco tienen una correlación no solo en las tendencias musicales actuales, que las han arrumbado en un rincón cegado por histeria del pop y el tecnolatino de YouTube.

Israel-Nash.Copernico Madrid 2024

Qué aparente irrelevancia en el mainstream les queda a temas largos con solos distorsionados y letras que apelan a la universalidad de ciertos sentimientos o de la dificultad de la vida. “La música puede ser el espacio en el que la gente piensa”, afirma en su sitio web oficial de este licenciado en Ciencias Políticas. Aquí no caben perreos o cadenotes metálicos de cultura narco.

Aquí cabe la paz de un bosque de Misuri con una guitarra acústica y las historias que te contaba tu madre sobre veteranos de la guerra del Vietnam. Eso es lo que nos confesó el artista esta noche. Un planteamiento, qué queréis que os diga, que tampoco tiene traducción al español.

Israel-Nash.Copernico Madrid 2024

Además, pude decirle que ya entonces no se hacía música como la de antes. Y que aquella noche madrileña verdaderamente supuso un viaje en el tiempo hacia una época de sonidos psicodélicos, atmosferas lisérgicas y solos eternos en los que las Gretsch dialogaban sin prisa. Un verdadero edén para algunos nostálgicos como nosotros de Pink Floyd o Neil Young.

Israel-Nash.Copernico Madrid 2024

Pero más de 10 años después, pudimos presenciar en la sala un cambio del guion. Para empezar, Ozarker, el sobresaliente disco que presentaba Israel. Ya se veía claro que este trabajo lo componen temas de no más de 4 minutos, con solos contenidos. Y la puesta en escena en Copérnico así lo confirmó. Del repertorio apenas había concesiones a la carrera anterior (olvidado el estilo de cuando se apellidaba Gripka en 2009). Pero, sobre todo, han desaparecido los solos eternos, excluyendo la versión de Rain Plans con la que cerró el bolo.

Israel-Nash.Copernico Madrid 2024

Ha acortados los temas, se refieren a sentimientos más universales y habla constantemente al público tratando de evocar esas sensaciones que hoy llamaríamos hippies. Entre canciones una historia de la cadena montañosa de los Ozarks donde creció. Hoy a muchos seriéfilos nos suena por la estupenda serie protagonizada por Jason Bateman y Laura Linney. Los brazos extendidos hacia la luz azul, quizás emulando al “cosmic Eagle” que surca sus tatuajes y el anagrama del fondo del escenario desde la portada de su disco.

Israel-Nash.Copernico Madrid 2024

Destaca el planteamiento de hacer sonar suavemente de fondo a la banda mientras Israel hablaba. Creaban atmósferas parecidas a una liturgia. No en vano, Nash se crió entre iglesias de pueblo misuriano. Debe de ser lo que llaman la “religión civil” estadounidense.

Israel-Nash.Copernico Madrid 2024

¿Y al otro lado, en la cuarta pared? Pues ahí estábamos en su mayoría hombres de más de 40, llenando la sala y con escasa conexión con este planteamiento. Más preocupados de inmortalizar tontamente estos momentos con el móvil (de eso ya no ocupamos los pequeños cronistas que como en Fahrenheit 451 escondemos los libros del fuego del olvido y la culpa). O el propio Israel que tiene más de 5000 suscriptores a su newsletter de “pensamientos” desde “el águila cósmica”.

Israel-Nash.Copernico Madrid 2024

Hay que destacar el magnífico trabajo de una banda perfectamente engrasada. El batería sostenía el ritmo con potencia. El teclista y pedal Steel llenaba la sala con ecos de los 70. El bajista en un segundo plano, pero con eficacia. y el guitarrista solista era el que más nos permitió conectar con aquellas sensaciones del concierto de 2013. Por último, Israel no cambió ni una vez de guitarra, siempre con la gibson gretsch blanca, marcando la rítmica y las progresiones de acordes clásico de la americana, sol, do, re, mi menor. Esta banda, una vez que se lanza, ¡¡“can’t stop”!!

Texto Israel Pastor, Javier Naranjo y Decio Gómez. Fotos Ana Hortelano.

Israel-Nash.Copernico Madrid 2024

 

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