Sarria se consagra con «El Mundo Es Cruel (Pero Creo En Él)»

Nacho Sarria acaba de estrenar su segundo álbum de estudio: El Mundo es Cruel (pero creo en él)”. El disco ha sido editado por Esmerarte. Producido por el sempiterno Paco Loco, la mezcla corrió a cargo de John Agnello (Patti Smith y Kurt Vile, entre otros), mientras que el mastering se realizó en los emblemáticos estudios Sterling Sound (famosos por su trabajo con artistas como John Lennon, Bruce Springsteen y Ramones). La portada del álbum fue diseñada por Álvaro Martín.

Escucha El Mundo es Cruel (pero creo en él)de Sarria aquí:

Nacho Sarria es una de las grandes promesas del pop rock español. Con sólo quince años, ya daba bolos con su primera banda. Con veinte, aprovechó la espantada de Álvaro Suite de Los Labios para enrolarse con ellos. Recorrió el mundo como guitarra rítmica y segundas voces, algo que fue un aprendizaje de valor incalculable.  De su compromiso y pasión hacia la música, Nacho ha ido construyendo un aura sonora que se reflejaba a la perfección en su primer disco en solitario. Un álbum autobiográfico, atmosférico y atemporal que se tituló como él mismo, Sarria”. Uno de nuestros discos del año 2021, en el cual el malagueño dejó latente su extrema sensibilidad y su exquisito gusto musical.

La voz de Nacho es el vehículo perfecto para narrar su propia novela vital a través de sonidos inspirados en el rock más clásico de bandas como The Doors o Pink Floyd. Las reminiscencias zeppelinianas también tenían cabida en la parte más acústica del álbum. Aunque en los aires de folk y de soul los que dan lugar a una amalgama de influencias que aportan una enorme personalidad.  Sin olvidar el blues primigenio, las influencias andaluzas y las atmósferas psicodélicas, Sarria redescubría un mundo de sonidos gracias a su amplio bagaje cultural y musical. Un tipo necesario. 

El nuevo álbum destaca por su sonido sólido y renovador dentro del panorama del rock español, que él mismo ha denominado como “Rock Retrofuturista”. Con la intención de inyectar una nueva energía al género, Sarria ha fusionado influencias de las legendarias bandas de pop y rock de las décadas de los 60 y 70, al mismo tiempo que se inspira en el relevo generacional encabezado por bandas emergentes como Parcels o The Lemon Twigs.

“Este álbum resume los tres – cuatro últimos años de mi vida. He intentado contar el tránsito entre los primeros años adultos, idealizados en la adolescencia, y la madurez, donde tomas conciencia de la crudeza y la crueldad del mundo y de la propia vida. Está escrito desde el punto de vista de alguien que poco a poco va aprendiendo a aceptar las cosas tal y como son, que va desprendiéndose de su inocencia, que lucha por sus sueños aceptando los obstáculos, sin perder la esperanza”.  

El primer disco fue como un salto al vacío. Los Labios habían acabado y tenía que intentar buscar el camino a seguir. Funcionó. En este se observa una evolución clara. La banda lleva tocando junta casi cuatro años y ha podido desarrollar un lenguaje común. El proyecto se ha abierto y ha evolucionado, mucho más libre. Se nota el riesgo y las ganas de experimentar con otros sonidos. Por ejemplo, el bolero de “Rosas Negras” o el funk rock de “Química Inestable”. Otra cosa fundamental es que ahora hay un sello discográfico detrás. Hay más medios, poder grabar con Paco Loco tres semanas hace que todo sea mucho más profesional. Y es que Paco siempre aporta un plus en todas sus producciones. Si fuera guiri, lo tendríamos en un pedestal.

“El mundo es cruel (pero creo en él)” (la canción que da título al disco y cierra el disco) es una mezcla bastarda de Lennon y Charly García, tanto en la melodía como en la instrumentación. Favorita del autor y de quien escribe, una de esas canciones que suenan a clásico desde la primera escucha. Una apología de la imperfección, del mundo y de los que lo habitamos. Una epopeya pop que nos confirma que Sarria forma ya parte de la aristocracia de la música española. Y también un resumen de las temáticas del disco. Canciones que hablan de problemas cotidianos, de momentos vitales, crudos con el momento en el que vivimos, pero también con un toque de esperanza y activismo. Las cosas, por muy mal que vayan, dependen un poco de nosotros para darle la vuelta a la tortilla y salir más fuertes.

En cuanto a los sonidos, hay mucha más diversidad que en su debut. La psicodelia con la que se abre el disco, “El Cálido Paso del Tiempo”. El tono folk rock, a lo Cánovas, Rodrigo Adolfo y Guzmán de “Mala Racha”. También los ecos del rock argentino de “Flor” o “Mi Amor No Se Vende (Se Regala)”. Un disco fantástico, de los que perduran; un paso al frente después de un debut que ya estaba lleno de virtudes.

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