John Moreland tras de haber llevado su country folk rock en una dirección cada vez más electrónica en sus dos últimos trabajos como LP5 de 2020 y Birds in the Roof de 2023, acaba de volver a sus orígenes con «Visitor» lanzado este 5 de abril.
«Visitor» fue en gran parte autograbado en la casa de John en Oklahoma, tocando prácticamente todos los instrumentos y con solo unos pocos músicos más, impulsado principalmente por la guitarra acústica, la voz apasionante y sombría de John y el ocasional toque ligero de la batería.
John Moreland, después de casi una década en el centro de atención, constantemente empujado por las expectativas de su audiencia y la industria musical, se tomó un tiempo para descansar, sanar y reflexionar por primera vez desde 2022 apagando su teléfono durante 6 meses.
Canciones impulsadas por el infierno en el que vivimos, cantadas de una manera que resulta personal y vulnerable. La interpretación de John es suave pero devastadora, con melodías que te envuelven como una manta cálida y frases ingeniosas que te detienen en seco.
Un disco de folk-rock íntimo grabado en sólo diez días, tocando casi todos los instrumentos (su esposa Pearl Rachinsky cantó en una canción y su colaborador de toda la vida, John Calvin Abney, contribuyó con un solo de guitarra), además en trabajos de mezcla y producción. Este es un regreso al enfoque que Moreland adoptó en sus álbumes revolucionarios, In The Throes de 2013 y High On Tulsa Heat de 2015, los cuales fueron en gran medida autograbados en casa con un pequeño grupo de músicos.
El futuro, el abatimiento, las luchas personales con las drogas, las armas y sus efectos, los falsos predicadores y los tiempos digitales. Cada disco es como una colección de historias cortas.
John Moreland lo vuelve a hacer en «Visitor» donde es un forastero donde las letras siempre han sido el punto focal de su música. Cada palabra es muy clara y canta como si dijera: «No se equivoquen» Moreland evita florituras inesperadas y reserva todo el dramatismo para sus letras.
«Hubo un tiempo en el que pensé que podía detener el dolor. Corrí en todos los sentidos menos hacia adelante, hice una inundación con una gota de lluvia. Y no sabes cuanto he estado pensando en ti. Soy un convidado donde quiera que vaya, soy un visitante. Bueno, no necesito mucho. La ciudad se hace más grande, mientras el mundo se hace más pequeño. Los tiempos son cualquier cosa menos amablesHe estado perdido, drogado y asustado de mi reflejo. Puedo ver tu sonrisa furtiva desde las profundidades de mi depresión pero no seré tu marioneta ni tu pago. Tu entretenimiento fácil. Soy un visitante«, canta John Moreland en uno de los discos del año.