Nine Below Zero hicieron parada en Madrid el 12 de Abril, segunda fecha de las seis que componen su gira por nuestro país. La legendaria sala Clamores acogió al cuarteto británico, los cuales nos brindaron una solemne velada de rock and blues. La ceremonia prometía, una banda de culto encima del escenario, gran expectación, entradas casi agotadas y ganas de boogie rock and blues. Capitaneados por dos de sus miembros fundadores, el guitarrista y cantante Dennis Greaves y el armonicista Mark Feltham junto a Anthony Harty al bajo y Sonny Greaves a las baquetas dieron un pequeño repaso a su carrera. Extensa trayectoria que es difícil resumir en una hora y veinte minutos. Aunque los mejores años de la banda datan de unas décadas atrás, estamos ante una leyenda que aún sabe sacar el máximo rendimiento a sus composiciones encima de las tablas.
Tod@s sabemos que los patrones del blues son sota, caballo y rey. Ahora bien, si modificamos la fórmula e introducimos cualquier parámetro que engrandezca el sonido de la banda hemos dado en el clavo. Y es lo que han hecho esta formación a lo largo de los años y lo que pudimos presenciar. Cuatro «mendas» bien ataviados con ganas de revivir los mejores años de la banda con un repertorio donde porfiaron al tiempo. Recuperaron «Three Times Enough», «Don´t Point Your Finger At The Guitar Man»… «Yes We Do», «Watch Yourself»… «Rockin Robin» por citar algunos. Difícil es, no dejarse llevar por la música de esta banda cuando una pertinaz y continua base rítmica es proporcional a la enfatización de la guitarra y armónica. La continua lucha entre los dedos envejecidos de Mr. Greaves con las seis cuerdas fue un incesante flirteo de respetables solos.
Sin quitar importancia de la buena voz que poseen tanto Greaves como Felthman, los laureles se los lleva la instrumentación. No faltó ofrenda a bandas que han sido influyentes en su carrera interpretando «Riding On The L&N» de Dr. Feelgood con preámbulo de armónica incluida, «Wooly Bully» de Sam The Sam And The Pharaohs o «On The Road Again» de Canned Heat. También hubo guiños a los Stones o Ray Charles recurriendo a los famosos estribillos del «Satisfaction» o «Hit The Road Jack». Cada músico supo afrontar su papel con total profesionalidad, noble competitividad que se armoniza en un fin común. Buen sonido, buen repertorio, la labor de los músicos «chapó» pero… a mi parecer, faltó cierta chispa para que el público manifestara su recepción en movimiento. En cualquier caso disfrutamos de una gran velada de rock and blues, y eso es a lo que fuimos.
